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Washington y sus aliados reciclan a sus mercenarios atrapados en Siria

El Gobienro francés anunció recientemente que repatriará  a 130 integrantes galos del Daesh, refugiados en un campamento de las Fuerzas Democráticas Sirias

 

Autor:

Leonel Nodal

En un acto revelador de su colaboración con grupos extremistas como el llamado Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe), países de la Coalición Antiterrorista creada por Estados Unidos se apresuran a usar estos grupos en nuevos frentes, tras el descalabro en Siria ante la ofensiva del ejército gubernamental apoyado por la Fuerza Aérea rusa.

Desde mediados de 2018, ante la inminente derrota de los llamados «yihadistas» (bandas terroristas nutridas de miles de mercenarios extranjeros), las tropas de Estados Unidos que ingresaron a Siria ilegalmente comenzaron a acogerlos en bases creadas en zonas fronterizas con Irak, próximas al Éufrates, donde supuestamente están detenidos bajo custodia de las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), armadas, financiadas y dirigidas por el Pentágono.

El general iraní Rahim Safavi, consejero del ayatola Khamenei para los temas militares, denunció entonces que Estados Unidos trasladaba miles de combatientes de Daesh hacia Afganistán, donde ahora disputan poder y representatividad al Talibán, opuesto a toda presencia extranjera en ese país.

El anuncio del presidente Donald Trump de una inminente retirada de Estados Unidos de Siria desató la preocupación de los gobiernos que tienen mercenarios en Siria, guarecidos por las FDS, que tampoco están seguras de lo que les depara el futuro.

París acaba de informar, con la mayor discreción posible, que decidió repatriar a 130 integrantes franceses del Daesh refugiados en un campamento de las FDS, una legión formada por kurdos y árabes de zonas fronterizas con Turquía.

Los mercenarios franceses que ingresaron a territorio sirio desde mediados de 2011 con el fin de derrocar al presidente Bashar al Assad, son apenas una parte de los que lograron escapar de la fuerte ofensiva del ejército sirio y la aviación rusa.

Según confirmó el ministro del Interior francés, Christophe Castaner, París repatriará a unos 130 hombres detenidos en Siria, a los que calificó de «sospechosos de tener vínculos con el Estado Islámico».

A fin de suavizar el impacto de la decisión, debido a los graves actos terroristas ocurridos en París y otras localidades, atribuidos al Estado Islámico, Castaner alegó que «todos los que regresarán a Francia serán juzgados en el tribunal».

 «Si el juez estima que será necesario encarcelarlos, y ese será el caso habitual, los encarcelarán», afirmó el Ministro del Interior francés.

El discreto anuncio de Castaner al canal noticioso privado BFM TV en Francia ganó notoriedad al ser amplificado por el diario israelí The Jerusalem Post.

Los pasos emprendidos por la administración Trump indican que intenta reciclar una parte de sus mercenarios para utilizarlos de otra manera con nuevos objetivos, nuevos socios y nuevos métodos, una estrategia atribuida al consejero de Seguridad John Bolton.

Francia se ha mostrado vacilante ante la situación creada por la nueva política de Trump, porque muchos países europeos y miembros de la Coalición se han abstenido de repatriar hasta 600 de los aproximadamente 3 200 miembros del Daesh detenidos en Siria.

The Jerusalem Post recordó que algunos de los 5 000 extranjeros del Estado Islámico perpetraron actos comprobados de genocidio contra la población del área.

Las fuentes recordaron que muchos de los extranjeros integrantes del temido grupo terrorista cometieron y filmaron para su difusión pública los crímenes más brutales de la organización, incluida la decapitación en 2014 de los periodistas free-lance estadounidenses Steven Sotloff y James Foley, ambos especializados en las zonas en conflicto del Medio Oriente.

A diferencia del ultraje cometido con presuntos sospechosos enviados a la ilegal base militar de Estados Unidos en Guantánamo, donde permanecen en un limbo jurídico, fuentes citadas por The Jerusalem Post dijeron que el FBI ha entrevistado a algunos de los estadounidenses detenidos en los campos de las FDS.

Ahora, agregaba The Jerusalem Post, las FDS están pidiendo ayuda financiera a gobiernos extranjeros para que recuperen a sus miembros del Estado Islámico, y alegan el alto costo de cuidar a los 3 000 que acampan bajo su protección.

Organizaciones que presumen ser defensoras de derechos humanos se oponen a que los terroristas sean entregados a Irak o al Gobierno sirio.

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