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Venezuela: sin luchas no hay victorias

Ya han transcurrido tres días desde la llegada de la delegación juvenil cubana a la tierra de Bolívar, Chávez y Maduro, y los estudiantes de la Isla comprueban en las calles caraqueñas que Venezuela nada tiene que ver con la que describen los grandes medios de comunicación

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Caracas, Venezuela.— La Habana nos despidió para que esta ciudad nos diera la bienvenida y nos acogiera por una semana, y así no perdernos ni un detalle de lo que está haciendo la Revolución Bolivariana, ahora mismo, inmersa en el 18vo. Congreso Latinoamericano y Caribeño de Estudiantes (CLAE), que pondrá aliento renovador e insurgencia a las nuevas generaciones de nuestro continente, tan querido y lastimado, tan urgido de ser otro.

Algunos ya habían tenido el privilegio de conocer la tierra del Libertador. Pero para mí, es esta la primera vez en que puedo constatar lo que he escuchado y leído acerca de una nación que se empeña en consolidar los sueños de justicia y dignidad de su gente. Antes del encuentro con las laderas de la gran urbe y los cerros caraqueños, en uno de los salones del aeropuerto internacional Simón Bolívar, nos «abrazó» el amor sincero, la simpatía natural, la alegría del hermano y la auténtica solidaridad de los pobladores.

Ya han transcurrido tres días desde la llegada a la tierra de Bolívar, Chávez y Maduro, y da gusto conversar con la gente humilde y del pueblo o caminar por sus calles, pues la Venezuela que estamos viviendo nada tiene que ver con la que describen los grandes medios de comunicación —decía uno de los representantes bolivianos en el vestíbulo del hotel ALBA Caracas, que sirve de villa a algunas delegaciones.

Eso lo comprobamos este lunes al ver al costado de nuestra villa cómo la gente se sumaba a una imponente manifestación que celebraba la victoria popular obtenida en la elección presidencial realizada el 20 de mayo del pasado año, en la que fue reelegido presidente constitucional Nicolás Maduro Moros. Allí se demostraba la fuerza del pueblo y se patentizaba la disposición a defender la democracia, la Revolución Bolivariana, la paz y la soberanía.

También lo vivimos el domingo último cuando fuimos a la Plaza Bolívar, adonde mismo llegara el Apóstol de nuestra independencia, quien sin quitarse el polvo del camino se conmovió al pie de la estatua del Libertador y sintió que el prócer se inclinaba como un padre ante su hijo; o cuando atravesamos todo el recinto hasta llegar justamente a la plaza que lleva el nombre del Héroe Nacional de Cuba.

Fue emotivo, además, cuando en un necesario encuentro con la historia de la nación bolivariana, y antes de visitar el Panteón Nacional, donde reposan los restos de Simón Bolívar y otros patriotas de las gestas independentistas de América Latina, Rogelio Polanco Fuentes, embajador de Cuba en Venezuela, nos sirvió de cercano guía y nos adentró en singularidades del pasado y presente de una nación que afronta una batalla épica ante la arremetida imperial.

Todo el trayecto fue a pie, atravesando una y otra calle con la complicidad manifiesta de amigos que nos mostraban seguridad. Por eso dio gusto estar frente a la casa por donde en 1881 pasó el hombre de La Edad de Oro, un centro «formador de la infancia» donde dictó clases durante su estancia en esta tierra, y también en el lugar —a pocos metros— que funcionó como Escuela Pública de Primeras Letras y Latinidad de Caracas, en la que impartió clases el maestro Simón Rodríguez al niño Simón Bolívar.

Ante esas coincidencias del recinto —que hoy se nombra Casa Nuestra América José Martí—, el Embajador aseguró que «quienes intentan cortar los lazos de hermandad entre Cuba y Venezuela están condenados al fracaso». Y dijo más: «Estamos viendo cómo el pueblo, su Gobierno y el presidente constitucional, Nicolás Maduro Moros, están demostrando la resistencia, y de qué está hecho este pueblo cuando lucha por impedir que los intentos agresivos y hostiles de Estados Unidos y sus aliados acaben con los sueños de libertad del pueblo venezolano, que son los mismos de Bolívar y de Martí», significó.

Como parte del tributo a Chávez la delegación cubana se reunió a un costado del Cuartel de la Montaña para compartir canciones junto a los acordes de Tony Ávila. Foto: @YunielLabacena

El sentimiento lo comparten representantes del movimiento estudiantil que han venido a esta tierra, como Valentina Mirada, vocera de la Coordinación Nacional de Estudiantes Secundarios de Chile, quien asegura que no se trata solamente de una ideología política, sino también de participar y de venir a un país que ha sido saboteado por los medios de comunicación. «Queremos dar a conocer al mundo que hoy Venezuela no es la crisis grande que muestra la televisión. Aquí vamos a reivindicar todos nuestros derechos sociales y vamos a decir basta a la neocolonización y al imperialismo».

Sin luchas no hay victorias, dice sin titubeos la panameña Mariela Hidalgo, y alude a que no podemos renunciar a ninguno de nuestros principios, pero sí rechazar todas las formas de chantaje que pretenden utilizar contra los pueblos.

Kenny Morales, vicepresidente de la Federación Venezolana de Estudiantes Universitarios, asegura que la Revolución Bolivariana ha devenido amenaza inusual y extraordinaria, «no porque tengamos las armas más novedosas del mundo, sino porque nos enfrentamos al imperialismo y decidimos ser independientes y soberanos».

Nos habló también de cuánto significa  el ideal de sabiduría y resistencia que legó el eterno comandante Hugo Rafael Chávez Frías, el mismo hombre al que la delegación cubana le rindió tributo en el Cuartel de la Montaña, donde descansan sus restos mortales.

De ese homenaje sencillo, íntimo y profundo, alejado de todo protocolo, quedará lo sucedido a un costado del lugar, cuando minutos antes de las 4 y 25 de la tarde —justo a la hora en que Chávez se «despidió» de su pueblo para partir a la inmortalidad, y tiene lugar cada día un recio cañonazo en homenaje suyo—, la delegación cubana se reunió para compartir canciones junto a los acordes de Tony Ávila.

Fue algo tan singular e impresionante lo que sucedió allí, que estoy seguro de que los habitantes de la parroquia 23 de Enero, de esta Caracas tan nuestra, tan de todos, recordarán por siempre.

La voz estremecedora de nuestros delegados, al evocar al mejor amigo, se unió a ese «acto de memoria pública para recordarle a Venezuela y al mundo que el pensamiento bolivariano, revolucionario, socialista, chavista y antimperialista» que nos legó Chávez se mantiene y la Patria sigue.

Son esos sueños los que viene a defender el 18vo. CLAE. A contrapelo de aquellos que con sus políticas neoliberales han pretendido aislar a Venezuela, aquí 5 000 jóvenes de 20 países de la región se unen para enarbolar sus preceptos sobre la necesaria unión de todos los pueblos de este continente, la voluntad de integración del movimiento estudiantil y el sentimiento antimperialista de las nuevas generaciones. 

Flashazos Caraqueños

El lobby del hotel Alba Caracas ha sido tomado por el entusiasmo y las energías de la delegación cubana al 18vo. CLAE. Cada mañana en ese espacio se escuchan canciones de amor y combate que nos han acompañado durante estos años de resistencia. Tal ha sido la algarabía antillana, que poco a poco se han ido sumando algunas de las representaciones del movimiento estudiantil que están en Venezuela. A algunos se les ve tararear melodías y los más entusiastas hasta tiran allí su pasillo con los nuestros… La agenda del Congreso reserva una conferencia magistral sobre la Doctrina Monroe y sus nuevas manifestaciones en América Latina. También se han previsto varias mesas de trabajo, un foro de solidaridad con los pueblos, y una muy especial noche cultural de Centroamérica y el Caribe, en la cual Cuba tiene protagonismo.

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