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Canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, ofrece declaraciones ante prensa extranjera este martes

El diplomático cubano refirió que desde el 23 de junio se tenía información de que arrancaba una operación comunicacional de alta envergadura y acusó directamente al gobierno estadounidense de provocar la inestabilidad en la Isla

Autor:

Juventud Rebelde

El Canciller cubano ofrece declaraciones en la tarde de este martes frente a 28 periodistas de 9 países, sobre las acciones injerencistas de Estados Unidos con el fin de desestabilizar internamente la Isla.

«El domingo pasado se manifestó en Cuba el impacto combinado de un aumento de un pico de casos y fallecimientos de la pandemia de covid-19. La tensión consecuente sobre el sistema nacional de salud, su efecto en la vida de todas las personas, miles de ciudadanos cubanos y sus familias, y también de las carencias económicas provocadas por las carencias económicas, especialmente de estos dos años, agravadas sensiblemente por la intensificación deliberada del bloqueo contra Cuba y el impacto de la pandemia en la situación económica internacional», aseguró al inicio de sus declaraciones el Canciller cubano en la tarde de este martes. 

El diplomático cubano refirió que desde el 23 de junio se tenía información de que arrancaba una operación comunicacional de alta envergadura. El gobierno norteamericano, afirmó, sometía a condiciones extremas sus posiciones con relación a la anunciada Revisión de la política hacia Cuba.

Las dificultades económicas que hoy enfrenta nuestro país tienen diversas, múltiples implicaciones de naturaleza objetiva y repercuten en nuestro sólido sistema de Salud, afirmó el Canciller. Provocan daños en el suministro energético, aseguró el ministro de Relaciones Exteriores.

Entre las limitaciones ocasionadas por la política genocida del bloqueo estadounidense enumeró como ejemplo la falta de combustibles,de  mantenimiento, la cual repercute en los alimentos, medicinas, provoca las colas para la compra de productos, favorece el desabastecimiento, entre otras dificultades, explicó.

El diplomático cubano aseguró además que el gobierno norteamericano identificó en impacto del virus y la pandemia como una oportunidad para reforzar el bloqueo con motivaciones políticas y aplicar lo que llamó medidas de máxima presión para reforzar la agresión a nuestro país. Ha sido un intento oportunista, dijo, en las condiciones de una pandemia intentar extrangular a nuestra economía.

 

 

«Se conoce que el Gobierno de Estados Unidos ha dedicado históricamente, pero en particular en los últimos años, cientos de millones de dólares para interferir en los asuntos internos de Cuba, para hacer injerencia en ellos; para intentar inútilmente fomentar una oposición política al precio incluso de generar desorden, inestabilidad, con el fallido propósito de fracturar el orden constitucional, el consenso social, las condiciones de estabilidad, tranquilidad, seguridad ciudadanas, armonía, en que vive nuestro pueblo. 

 

 

«Para ello ha utilizado herramientas de alta tecnología, poderosas y sofisticadas, de las cuales tiene, en este mundo desequilibrado, control prácticamente monopólico y lo ha hecho para tratar de aprovechar las duras condiciones sociales que ha generado en el planeta la pandemia y, en nuestro caso, haciendo, además, un uso impúdico, obsceno, desvergonzado de la mentira, la calumnia y la manipulación de datos en el intento de movilizar, convocar, incitar, manipular a las personas», afirmó el diplomático.

«Es un diseño con fines políticos, en el cual el imperialismo norteamericano ha trabajado por largo tiempo, ha acentuado sus esfuerzos y ha incrementado su financiamiento en los últimos años», añadió.

 El ministro de Relaciones Exteriores recordó además que en la presentación de la resolución contra el bloqueo a Cuba, que aprobó abrumadoramente la Asamblea General de Naciones Unidas el 23 de junio, se advirtió que «los Estados Unidos emplean cuantiosos recursos, laboratorios sociales y herramientas de alta tecnología en una desenfrenada campaña dirigida a desacreditar a Cuba mediante el uso de la mentira y la manipulación de datos»

«El Gobierno norteamericano, incluso, sometía a condiciones extremas sus posiciones con relación a la anunciada revisión de la política hacia Cuba, y había heredado obstáculos interpuestos por el Gobierno anterior con el avieso propósito de impedir esto», añadió Rodríguez Parrilla.

Explicó en este sentido que las presiones sucedieron en momentos en que voceros estadounidenses hablaban de temas sensibles para la vida de las personas, como las medidas coercitivas unilaterales relacionadas con los viajes en ambas direcciones, con las remesas o con los servicios consulares, detalló.

El 23 de junio venía ya desarrollándose esa campaña, que incluía llamados a la violencia, a acciones terroristas, a la agresión a las autoridades, al asesinato del presidente de la Republica, aseguró.

También, el ministro de exteriores aseguró que el verdadero tema a discusión hoy es la alternativa entre el derecho de un Estado independiente, soberano, de una nación, de un pueblo a ejercer su derecho a la libre determinación, a disfrutar de sus derechos humanos sin intervención extranjera ni injerencia en sus asuntos internos.

Añadió al respecto que ayer y en días anteriores voceros y políticos estadounidenses se han expresado «con insuperable cinismo, hipocresía y manipulación política. El presidente Joseph Biden emitió un comunicado en el que  pide "al régimen de La Habana" que escuche al pueblo cubano y alivie sus necesidades».

«El presidente Biden y el Gobierno de Estados Unidos deberían, en primer lugar, escuchar a sus propios ciudadanos que mayoritaria y sistemáticamente se pronuncian contra el bloqueo a Cuba, y en defensa de su libertad de viajar a cualquier lugar del mundo y a recibir información libre, exacta y de primera mano. Harían bien en escuchar a la comunidad internacional, que le reclama todos los años, de manera tangible, el levantamiento del bloqueo, enfatizó Rodríguez Parrilla.

Esta actitud, dijo, es de cinismo, y refirió seguidamente que durante la administración anterior, la política que aplicó el presidente Donald Trump, con las 243 medidas coercitivas unilaterales que sumó al bloqueo en su mandato, se trató de un frío, calculador y oportunista, deliberado propósito de aprovechar las condiciones de una pandemia.

«Haría bien el presidente Biden en escuchar la voluntad abrumadora, expresa, reiterada de nuestro pueblo que reclama, de todas las formas y en todos los ámbitos, y en toda su diversidad, el fin del bloqueo que daña a todas las familias cubanas», resaltó el Canciller.

Si el presidente Biden tuviera algún interés o preocupación sincera y quisiera aliviar la dificultades del pueblo cubano, creadas por la política de Gobiernos anteriores y la que aplica este minuto su propio Gobierno, continuó, «podría tomar decisiones ejecutivas, usar una pluma y con su firma podría modificar significativamente, sustancialmente, sin necesidad del voto legislativo, aspectos fundamentales del bloqueo, incluido los que más daño humanitario provocan y los que más afectan el enfrentamiento a la pandemia por parte de nuestra nación».

También ejemplificó que Biden podría instar al Congreso de Estados Unidos a que levante el bloqueo, a que adopte también iniciativas legislativas. Podría, además, recuperar algunas de sus prerrogativas soberanas y podría, por ejemplo, suspender la aplicación del Título III de la Ley Helms-Burton», prosiguió.

Recalcó que la conducta del Gobierno de Estados Unidos viola el derecho internacional, algo que calificó como «una amenaza tangible, constante, incrementada, al bienestar y a la integridad de nuestro pueblo».

«El 11 de julio hubo disturbios, hubo desórdenes en una escala muy limitada, aprovechando de manera oportunista las condiciones difíciles que estamos viviendo hoy los cubanos», aseveró el ministro cubano, condiciones, dijo, que sin embargo son similares a las que viven también muchos países en medio de la pandemia.

«No hay en Cuba fosas comunes como las que están en el estado de Nueva York, cuyas imágenes ustedes han visto, aunque hablen poco de ellas. No ha habido muertos en las calles, como los hubo en Guayaquil por cientos. No ha habido corrupción en relación con la vacunación, como la que implica al presidente de Brasil.

«Son incomparables las dificultades, la tasa de contagio, la cantidad de enfermos de COVID, la tasa de letalidad que hay hoy en Cuba con lo que está ocurriendo hoy en todo el planeta, incluso en las naciones más ricas y desarrolladas, incluso en Europa occidental.

«Y hubo disturbios generados no solo de manera sistemática, no solo a partir de una inversión que tiene décadas, no solo a partir de la intensificación de esos actos en los últimos dos años y en los últimos meses, sino también del desarrollo de una operación político-comunicacional dirigida a generar esos desórdenes, aun al precio de que ocurrieran, como han ocurrido, hechos de violencia condenables, rechazados por todo nuestro pueblo.

«Conocen ustedes, en particular desde los meses finales del año pasado hasta ahora, los numerosos actos de instigación a la violencia, a acciones terroristas que con absoluta impunidad han ocurrido y siguen ocurriendo, intensificada desde el 15 de junio, y que se producen desde cuentas radicadas en el ciberespacio de Estados Unidos, desde dispositivos que están bajo la soberanía del Gobierno de Estados Unidos, desde territorio de Estados Unidos, desde compañías y grupos, algunos con vínculos con el terrorismo, que reciben financiamiento directo del Gobierno de Estados Unidos», afirmó el canciller Rodríguez Parrilla.

El 11 de julio, continuó, hubo desórdenes, hubo vandalismo, hubo violencia y, como es natural , transcurre la investigación correspondiente. El 11 de julio actuaron lo que en Estados Unidos llamarían "agentes de una potencia extranjera", que son personas que reciben dinero e instrucciones directamente, que son pagadas, que se transportan en vehículos diplomáticos, que diplomáticos estadounidense reúnen, que visitan constantemente los predios diplomáticos y que son instigadas constantemente a actuar contra el orden constitucional y la ley cubana.

También, dijo, hubo disturbios con presencia de elementos delincuenciales con antecedentes penales, personas vinculadas a elementos de marginalidad, que nuestro pueblo profundamente rechaza. Y se ha tratado también de manipular a personas, generar seudomovimientos con la vana aspiración de lograr formar una oposición política en condiciones en que el bloqueo genera daños y efectos que afectan la vida de todos. Esta operación, que utiliza recursos millonarios, laboratorios y plataformas tecnológicas con fondos del Gobierno de Estados Unidos, se agudizó a partir del 15 de junio”, precisó el ministro cubano de Relaciones Exteriores. 

Por estas causas, el Canciller acusó nuevamente al Gobierno de Estados Unidos de estar implicado directamente en tales hechos y de tener grave responsabilidad en los incidentes que ocurrieron el 11 de julio. Asimismo, advirtió nuevamente que será responsable de las consecuencias que se produzcan de persistir en esa política de estrangulamiento de nuestro país, de incitación a flujos migratorios, irregulares y desordenados entre ambos países o a la permanente instigación por parte de algún senador de la Florida para que se despachen medios navales con fines de provocación, flotilla o incluso que se sitúen medios navales en zonas próximas a nuestros límites territoriales.

«Advierto al Gobierno de Estados Unidos que su conducta irresponsable puede tener consecuencias graves que dañen el interés nacional de ambos países», aseguró Rodríguez Parrilla. 

Sobre los métodos para promover estos disturbios, el ministro refirió que el 15 de junio se lanzó la convocatoria SOS Cuba en Nueva York, con el trabajo de agentes pagados por el Gobierno de Estados Unidos, «físicamente allí frente a la propia sede de las Naciones Unidas en una farsa, y movieron esta etiqueta para tratar de obstaculizar el pronunciamiento de la Asamblea General de Naciones Unidas contra el bloqueo», explicó. 

Esta campaña, sin embargo, consideró que quedó desarticulada «prácticamente al nacer», aplastada por un clamor internacional, por el predominio en redes de la voluntad de la gente en todo el planeta, de los cubanos, los norteamericanos, los cubanos que viven en Estados Unidos, quienes se pronunciaron contra el bloqueo, dijo.

«En esa convocatoria el éxito fue registrar 29 personas en Facebook. La convocatoria a protestar en Naciones Unidas y el lanzamiento de la etiqueta en redes fue realizada por una compañía estadounidense radicada, registrada en la Florida, que curiosamente recibió el certificado de validez o existencia por parte del Departamento de Estado de la Florida. Recordarán, los que siguieron el fraude electoral del 2000 en la Florida, la ocupación de los colegios electorales, el impedimento del recuento, el papel que jugó el Departamento de Estado de la Florida en aquel momento». 

«Afirmo categóricamente, y dispongo de la evidencia irrebatible para hacerlo, que la mayoría de los usuarios que participaron en esta campaña estaban ubicados en Estado Unidos, y emplazo a Twitter a que lo desmienta o lo confirme. Y le solicito que actúe en prevención de ello, en cumplimiento de las propias políticas y reglas que declara», destacó el ministro.

Reiteró que fueron manipuladas las herramientas de geolocalización de Twitter para indicar falsamente que el 60% de los usuarios estaban en Cuba y La Habana. Afirmo que mienten, que es falso y que manipularon los sistemas de geolocalización.

Asimismo, el ministro cubano enfatizó que el pueblo actuará junto a nuestro Gobierno y nuestros órganos judiciales en la aplicación de nuestras leyes. Lo haremos, también, tomando en cuenta el derecho internacional y los propósitos con que en el ámbito de la comunicación digital los Gobiernos del planeta han suscrito los instrumentos jurídicos, es verdad que deficientes, pero que el mundo se ha dado para prevenir la agresión en estos ámbitos digitales.

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