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Conferencia para la ayuda a Haití consigue algunos compromisos

La cita buscó respaldo para la reconstrucción del sur haitiano, después del terremoto de agosto pasado

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Juventud Rebelde

Puerto Príncipe, febrero 16.— La Conferencia Internacional para la Financiación de la Reconstrucción de la Península Sur de Haití «arrancó» el compromiso de ayuda de varias naciones desarrolladas, aunque su ofrecimiento todavía resulte insuficiente para lo que la devastada nación necesita.

Canadá se comprometió con un importe adicional de 19,5 millones de dólares para ayudar con los desafíos de seguridad en medio del acoso de las bandas armadas, principalmente en la capital, así como para asistir a las víctimas del sismo, reportó PL.

Estados Unidos anunció unos 50 millones en asistencia a través de un nuevo programa de cinco años para aumentar la seguridad alimentaria y el estado nutricional, mientras Noruega se comprometió a brindar seis millones a través de programas de Naciones Unidas que trabajan en seguridad climática y féminas.

Otras instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo anunciaron 20 millones y otros 14 millones del Banco Mundial.

Al iniciar la cita, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, había informado que la nación necesita unos 2 000 millones de dólares para recuperarse de los estragos dejados en el sur por el terremoto de magnitud 7,2 que asoló los departamentos meridionales el pasado 14 de agosto.

De ese total, 347 millones de dólares se usarían de inmediato para iniciar las acciones en los departamentos Sur, Nippes y Grand Anse.

El dinero se dividiría en cuatro áreas: sector productivo (197 millones de dólares), sectores sociales (1 515 millones de dólares), infraestructuras (172 millones de dólares) y transversales (94 millones de dólares), señaló Henry en su alocución.

El terremoto provocó la muerte de unas 2 200 personas y dejó a 12 700 heridas, además de afectar 130 000 viviendas, según datos oficiales.

En una nota informativa publicada este sábado en su sitio web, la ONU dijo que seis meses después del terremoto Haití ha superado la situación de emergencia inmediata, y que ahora se plantea la recuperación y reconstrucción a largo plazos.

Delegaciones de una decena de países y organismos internacionales encabezadas por la secretaria general adjunta de Naciones Unidas, Amina Mohammed, participaron en la conferencia de este miércoles.

De modo previo a la cita, el representante en Haití del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Bruno Lemarquis, estimó que las economías locales deben beneficiarse del proceso de ayuda, así como también podría fortalecer las instituciones estatales, y puntualizó que unas 1 250 escuelas sufrieron daños, lo que afectó a más de 300 000 estudiantes, mientras 97 hospitales y centros de salud se deterioraron.

La situación agudizada por el nuevo fenómeno natural recuerda el sismo de enero de 2010, que dejó más de 316 000 muertos, 350 000 heridos, miles de casas desplomadas y el 60 por ciento de las escasas infraestructuras médicas destruidas. Un millón y medio de personas perdió su hogar, y en total, el daño económico fue valorado en 7 900 millones de dólares, lo que representaba el 120 por ciento del PIB de Haití.

La celebración de varias conferencias internacionales convocadas por la ONU en busca de ayuda no logró, sin embargo, que fluyera el respaldo necesario para una nación que, cuando ocurrió el sismo, ya vivía asolada por la pobreza que ha dejado el saqueo de siglos, y que conduce a la inestabilidad social y política, como la que vive ahora el país después del asesinato del presidente Jovenal Moise en septiembre pasado.

Cuatro años después de aquel desastre, todavía cien mil familias vivían en chabolas porque no tenían vivienda.

La «enorme deuda» de la comunidad internacional con Haití fue señalada por el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel al intervenir en la conferencia, cuando recordó que allí tuvo lugar la primera revolución social del continente americano, respondida con tiranías militares, saqueos e intervención extranjera, y apuntar que «su pueblo noble y trabajador merece y necesita nuestro respeto y apoyo».

«Todos tenemos la obligación moral de prestar cooperación sustancial y desinteresada a Haití, no solo para la reconstrucción, sino también para impulsar su desarrollo sostenible», aseveró Díaz-Canel.

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