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Lago Bam en Burkina Faso. Autor: Centro para la Investigación Forestal Internacional Publicado: 12/11/2022 | 08:14 pm
Hace un año generó consternación el informe de la Organización Meteorológica Mundial en el que se preveía la desaparición de los glaciares del continente africano. De inmediato la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura se hizo eco de esa penosa realidad, y ratificó la pérdida irreparable de esos espacios naturales, algunos de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad, como los ubicados en las montañas Kenia y Kilimanjaro, en el complejo montañoso Rwenzori y en el parque nacional Virunga.
Se trabaja por mayor conciencia ecológica en campo de refugiados en Camerún. Foto: ACNUR
Las tendencias de deterioro de la situación climática a escala planetaria afectarán de manera particular el hábitat de centenares de millones de africanos. Este panorama crítico agravará la situación ya precaria de diversas regiones del continente, afectadas de manera sistemática por la escasez de agua potable y la disponibilidad de tierras fértiles; la contaminación del aire y la propagación de enfermedades pulmonares; la precarización de los ecosistemas a causa de las fuentes hidráulicas; la deforestación, la degradación de los suelos y la desertificación; la explotación minera y la caza furtiva de especies endémicas; la falta de infraestructura para el saneamiento urbano, y la pobreza asociada a la falta de planificación familiar.
Proyecto Gran Muralla Verde en el Sahel. Foto: FAO
Parecería que ante la magnitud de estos fenómenos y la limitación de los Estados africanos de solventar las inversiones millonarias que requiere la estrategia de enfrentamiento del cambio climático a mediano plazo, no existen en la actualidad alternativas de desarrollo sostenible para África. Sin embargo, el trabajo sostenido de las agencias especializadas de Naciones Unidas en esa región del planeta ha permitido alcanzar resultados apreciables en ámbitos como la inmunización, la reforestación, el microcrédito, la asistencia alimentaria, la restauración de hábitats marinos y terrestres, la rehabilitación de zonas de cultivo, de infraestructuras hídricas y de mecanismos de irrigación; en un esfuerzo mancomunado en el que han colaborado la Organización Mundial de la Salud, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, la Organización para el Desarrollo Industrial, el Programa para el Medio Ambiente, el Fondo de Población, la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado para los Refugiados.
La erosión del suelo se combate en Eswatini. Foto: Sistemas Alimentarios Resilentes
Por su tendencia de crecimiento demográfico, sus fuentes de recursos minerales, sus potencialidades de producción energéticas, y por los valores que representa en materia de biodiversidad; África ocupará un protagonismo creciente en las próximas décadas, en correspondencia con su condición de Madre de la especie humana.
Agricultores locales en Senegal inspeccionan redes para ostras. Foto: FIDA
