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Retorna la tranquilidad en Brasil, pero la democracia sigue alerta

El intento de los bolsonaristas radicales de impedir el suministro de gasolina en algunos estados da cuenta de que las tensiones no han terminado

 

Autor:

Juventud Rebelde

BRASILIA, enero 9.— El desalojo de los grupos terroristas de bolsonaristas que el pasado domingo asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado otorgó tranquilidad a Brasil frente al atentado sufrido por la democracia la víspera; pero no han cesado los peligros fomentados por la actitud del expresidente Jair Bolsonaro al no reconocer explícitamente la victoria electoral de Luiz Inacio Lula da Silva y sus anteriores mensajes de odio, así como por el dejar hacer de autoridades locales civiles y policiales en esta capital. La fuerza militar, si bien ha hecho caso omiso a los pedidos de intervención que le han formulado los bolsonaristas durante semanas, tampoco los disuadieron. 

El ministro de Justicia, Flavio Dino, aseguró en rueda de prensa que el país «ya camina hacia una normalización institucional absoluta. Podemos decir que los estafadores, terroristas, delincuentes en general no han tenido éxito en sus intentos de violar la ley. En ese sentido, lo peor ya pasó».

Lula recibió de nuevo y formalmente, mediante un comunicado conjunto, el apoyo del jefe del Senado, Veneziano Vital do Rêgo; de la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), Rosa Weber, y del alcalde, Arturo Lira —quienes rechazaron los actos violentos—, el deseo de promover un golpe de Estado dejó ver la gravedad a que ha conducido la manera impune con que han actuado quienes agreden la democracia.

Contra esa impunidad se han pronunciado distintas voces; la principal de ellas, la del juez del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes, quien emitió la orden que estableció un plazo de 24 horas a los violentos para abandonar el lugar.

En su alocución al país el propio domingo, cuando dio a conocer el decreto que estipuló la intervención de Brasilia hasta el 31 de este mes, también el presidente Lula se había preguntado de dónde salió el financiamiento para las actividades terroristas de los vándalos.

Según dijo RT, al menos unos 400 autobuses trasladaron a manifestantes hacia Brasilia; cien de ellos, solo durante la jornada del sábado.

Otro hecho que invita a pensar en quiénes estaban coludidos en los actos fue el que divulgó el ministro de Comunicación Social, Paulo Pimienta, quien denunció el domingo la sustracción de armas y municiones que estaban almacenadas en el Gabinete de Seguridad Institucional, en el Palacio de Planalto, uno de los sitios asaltados.

Pimienta mostró, mediante un video, las cajas vacías en las que se guardaban las armas destinadas a los miembros de la seguridad presidencial, dio a conocer Telesur.

En su opinión, los asaltantes «tenían información» de que allí se «guardaban armas y sabían qué era lo que debían llevarse».   

Por su lado, el actual encargado de la seguridad en el Distrito Federal, Ricardo Cappelli, declaró que «no permitiremos la continuidad de concentraciones que funcionan como incubadoras de planes contra el Estado Democrático de Derecho».

Tras la ejecución de un cerco policial, los bolsonaristas se retiraron de la zona y dejaron abandonadas sus carpas.

Sin embargo, desde la propia jornada dominical, personalidades cercanas al Gobierno como la titular del gubernamental Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffman, denunciaron el intento de seguidores de Bolsonaro de afectar el suministro de gasolina impidiendo que las refinerías distribuyeran el combustible en localidades como Paraná, lo que constituía clara expresión de su deseo de seguir afectando la estabilidad.

Ante ello, la policía impidió este lunes que los insubordinados bloquearan el acceso a las refinerías en al menos cinco estados, informó Telam. Según la Federación Única de los Trabajadores del Petróleo (FUP), este lunes se registraba una caída en el número de bolsonaristas que intentaban bloquear las refinerías de Petrobras, en medio de lo que la agencia calificó de «escalada golpista».

Petrobras precisó que las refinerías operaban normalmente y que «está tomando todas las medidas de protección preventiva necesarias, según el procedimiento estándar», dijo Folha de Sao Paulo.

También la FUP confirmó que las unidades continuaban en actividad sin afectaciones en su funcionamiento; no obstante, ese gremio convocó una reunión con partidos, centrales sindicales, movimientos populares y organizaciones de la sociedad civil para llamar a la movilización en respuesta a los hechos golpistas.

Ante las amenazas, la FUP había activado durante todo el domingo a los órganos de seguridad federal, al servicio de inteligencia y seguridad empresarial de Petrobras y al senador Jean Paul Prates, designado por Lula para asumir la presidencia de Petrobras.

Acerca de la necesidad de la ciudadanía de estar alertas se pronunció la víspera Gleisi Hoffman, mediante un mensaje en Twitter en el que anunció que «a partir de ahora entramos en movilización permanente», y anunció actos «en defensa de la democracia y contra los delincuentes en varios puntos de Brasil», en la tarde de este lunes. «Además de la ofensiva judicial y policial, tenemos la popular», agregó.

La repulsa a los asaltos al Palacio de Planalto, el Congreso, y el Tribunal Federal de Justicia fue general a nivel internacional, incluyendo a Estados Unidos, y no dejó fuera al propio Bolsonaro, quien se fue a Orlando, en EE. UU., desde antes de la toma de posesión de Lula, y ahora intentó deslindarse de los sucesos.

No obstante, medios de prensa dijeron que «el núcleo duro —encargado de monitorear los procesos que involucran a Bolsonaro— del Partido Liberal, al que recientemente se afilió el expresidente y con mayoría en ambas cámaras del Congreso, estimaron que los actos terroristas del domingo 8 aumentan el riesgo de que el Supremo Tribunal Federal ordene la detención del exmandatario.

Incluso antes de las invasiones criminales, el alto mando del Partido entendió que había posibilidades de que el ministro Alexandre de Moraes emitiera una orden de arresto contra Bolsonaro, con base en las investigaciones en curso en los tribunales.

O Globo dijo este lunes que Bolsonaro fue hospitalizado en Orlando con fuertes dolores abdominales.

Reitera Díaz-Canel respaldo a Lula

El Presidente Miguel Díaz-Canel habló telefónicamente con su homólogo de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, a quien reafirmó el apoyo de Cuba ante los intentos de desestabilizar su Gobierno por elementos de extrema derecha.

En su cuenta de Twitter, Díaz-Canel señaló este lunes: «En conversación telefónica con el hermano presidente Lula reiteré toda nuestra solidaridad hacia él y su Gobierno, frente a los hechos violentos de ayer».

Añadió: «Le ratifiqué la voluntad de impulsar y profundizar los vínculos bilaterales en beneficio de ambos pueblos».

 

Los radicales bolsonaristas, con su praxis violenta, han puesto en grave peligro la democracia brasileña. Foto: El País

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