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Cumbre del ALBA-TCP Autor: Estudios Revolución Publicado: 25/04/2024 | 12:13 am
EN el año de su 20mo. aniversario, que se cumplirá el 14 de diciembre, el ALBA-TCP se ratificó en Caracas no solo como vanguardia de la integración sino de la unidad de nuestros pueblos y, al decir del presidente anfitrión, Nicolás Maduro, del mundo pluripolar y multicéntrico en gesta.
Con la presencia de representaciones de alto nivel de sus países miembros, con Honduras como invitada y con la pertinente compañía, por primera vez, de delegados de los movimientos sociales reunidos hace una semana allí, también en cita regional, la 23ra. Cumbre de la Alianza Bolivariana-Tratado de Comercio de los Pueblos aprobó por unanimidad una Declaración final con 22 postulados, una Declaración especial acerca de Palestina, y una agenda de trabajo con vista a 2030 que la perfilan como el mismo conglomerado combativo por la justicia bajo los cánones de la soberanía, la solidaridad y la complementariedad que fundaron Fidel y Chávez en La Habana, en 2004.
Atemperada a los tiempos, la agenda, que preparó la Secretaría General del ALBA-TCP encabezada desde hace algunas semanas por el excanciller venezolano Jorge Arreaza, fue descrita por Maduro tras la instalación de la Cumbre y de una reunión privada sostenida por los participantes en un ambiente de vecinos y hermanos tras su recibimiento en el Palacio de Miraflores.
Creación de un programa de cooperación y desarrollo para una ofensiva multipolar que redunde en el desarrollo de nuestros países; estudio y aprobación de un plan para el relanzamiento de Petrocaribe en una nueva etapa; el plan ALBA-alimentos con vista a la autosuficiencia alimentaria, para lo que debe atender la necesidad de semillas orgánicas suficientes, de fertilizantes no contaminantes, maquinaria agrícola, aplicación de la ciencia y la técnica, financiamiento para la producción y la comercialización, fueron explicados por Maduro como los primeros puntos de la hoja de ruta que signará el trabajo del conglomerado en los próximos seis años.
El plan también contempla la culminación y definitiva adopción del Tratado de Comercio de los Pueblos, de modo de establecer una zona de comercio justo y de complementariedad económica que respete las asimetrías y los niveles de desarrollo de cada país, «como solo el ALBA lo puede lograr», dijo Maduro citando al Presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
La adopción de un programa especial de desarrollo científico compartido cultural y comunicacional, con carácter académico, constituye el quinto punto de la agenda, junto con la fundación de la Universidad de los Pueblos del ALBA.
El relanzamiento del plan ALBA/Salud con la consiguiente formación de médicos y enfermeros y la prestación de servicios en los barrios y comunidades también está en el plan, así como avanzar en la creación de una agencia para mitigar los efectos del cambio climático.
Maduro calificó esa «agenda estratégica» de «integradora, unionista, motivante» y actualizada a los tiempos que estamos viviendo cuando ocurre «un gran cambio de la geopolítica» y surge un nuevo mundo multipolar con nuevas potencias emergentes como el grupo Brics. «El ALBA ya está conectada con ese nuevo mundo» y lo que llamó el «nuevo orden internacional pluripolar», afirmó.
También advirtió de grandes amenazas como el resurgimiento del neofascismo. «Habría que estudiar ese fenómeno», exhortó Maduro, quien consideró que la Agenda 2030 debe permitir marchar juntos a los gobiernos, pueblos y países del ALBA rumbo a objetivos superiores en todos los campos con visión unitaria, y pasar de la visión solo de la integración —que es importante, remarcó—, a una visión superior que es la de los Libertadores: la de construir la unión de nuestros pueblos.
Los derroteros suscritos en la Cumbre confirman la apuesta del esquema integracionista latinoamericano y caribeño a favor de la felicidad de nuestros pueblos, sin desconocer los dolores que afligen a la humanidad por lo que ocurre en otros lugares del mundo.
Pronunciamientos ineludibles
Lugar especial en casi todas las intervenciones tuvo el rechazo al genocidio contra el pueblo palestino y la exigencia de una solución justa a lo que se ha considerado «un problema», y que ha sido creado por la prepotencia de Israel y su desconocimiento a los pronunciamientos de la comunidad internacional, gracias a la protección y apoyo de Estados Unidos.
En comunicado especial, la Cumbre se pronunció por la creación de dos Estados que permita a Palestina el ejercicio a la libre determinación como Estado libre y soberano, con Jerusalén Oriental como su capital dentro de las fronteras anteriores a 1967 y que garantice el derecho al retorno de los refugiados; además, reiteró el llamado a la comunidad internacional para que se imponga un inmediato cese el fuego en Gaza y se detenga el genocidio.
También reafirmó el respaldo a la inmediata admisión de Palestina como Estado miembro pleno de las Naciones Unidas, lo que consideró un paso justo y necesario que contribuirá a la protección de los derechos de su pueblo.
El pronunciamiento instó, además, a que se determine la responsabilidad del Gobierno de Israel y «los que lo apoyan» en los crímenes perpetrados contra su población, y manifestó la intención de invitar a Palestina a participar en la cumbre que conmemorará los 20 años del ALBA-TCP.
La preocupación por Haití y el reclamo de que halle solución a sus problemas entre los propios haitianos luego del desfalco de que ha sido objeto por fuerzas interventoras, y la necesidad de asistencia y cooperación de parte de la comunidad internacional para su desarrollo, como puntualizó el Presidente Díaz-Canel fue, precisamente, punto enfatizado por los dignatarios presentes en la reunión.
Además se reiteró la solidaridad con los asediados procesos revolucionarios en Cuba, Venezuela y Nicaragua; la condena a las medidas coercitivas unilaterales impuestas por Estados Unidos y, específicamente, al bloqueo contra nuestro país; la demanda de que la Mayor de las Antillas sea excluida de la mentirosa lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo que emite Washington, así como el agradecimiento a la colaboración prestada por la Isla a las naciones de la región.
En ese sentido se enmarca perfectamente la reivindicación de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en su Cumbre de La Habana en 2014 e, incluso, la propuesta formulada por el presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, de que «se extienda al mundo».
El reconocimiento al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y al Comandante bolivariano Hugo Chávez Frías por haber desbrozado el camino como los fundadores de un colectivo de naciones que ha hecho «tanto en tan poco tiempo», como se enfatizó durante la cita, resultó un pronunciamiento ineludible y reiterado.
También se destacó el liderazgo y la contribución del General de Ejército Raúl Castro Ruz, a quien Maduro envió un saludo especial junto al aplauso, la admiración y el reconocimiento, así como «al hermano pueblo de Cuba, que resiste creativamente el recrudecimiento del más criminal asedio que se haya conocido en el último milenio».
«Pero Cuba está firme y de pie, resistiendo», aseveró.
Participaron en la Cumbre, además del presidente anfitrión, sus homólogos de Cuba, Miguel Díaz-Canel; de Nicaragua, Daniel Ortega; Luis Arce, de Bolivia, y los primeros ministros de Antigua y Barbuda, Gaston Browne; de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves; de Dominica, Roosevelt Skerrit; de Santa Lucía, Phillip J. Pierre, así como el canciller de Granada, Joseph Andall, y el embajador de San Cristóbal y Nieves en Caracas, Norgen Wilson. Invitada especial fue Honduras, representada por su embajadora en la nación bolivariana, Scarlet Romero.
