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Venezuela se ha mostrado dispuesta a defender su soberanía y sus riquezas. Autor: cgtn Publicado: 24/12/2025 | 03:38 pm
Caracas, diciembre 24.- Expertos independientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) condenaron el bloqueo marítimo parcial impuesto por Estados Unidos contra Venezuela, y advirtieron que se trata de una violación grave del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de los derechos humanos del pueblo venezolano, a lo que se ha sumado el asalto y secuestro de buques que transportan petróleo de esa nación, bajo la acusación de que es crudo «sancionado».
En un pronunciamiento oficial, los especialistas alertaron que la decisión de Washington de bloquear todos los buques petroleros que entren o salgan de Venezuela, junto al despliegue de una fuerza militar significativa en el Caribe, constituye un uso prohibido de la fuerza armada contra otro Estado soberano, reseñó Telesur.
«No existe derecho a imponer sanciones unilaterales mediante un bloqueo armado», subrayaron los expertos, al recordar que la Carta de las Naciones Unidas prohíbe expresamente el uso o la amenaza del uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier país.
Los especialistas precisaron que un bloqueo naval representa una forma de agresión armada, reconocida como tal en la Definición de Agresión adoptada por la Asamblea General en 1974, lo que, en términos jurídicos, habilita al Estado víctima al ejercicio del derecho a la legítima defensa, conforme al artículo 51 de la Carta de la ONU.
También advirtieron que el uso ilegal de la fuerza y las amenazas militares en el mar y en tierra ponen en grave peligro el derecho a la vida y otros derechos fundamentales, no solo en Venezuela sino en toda la región del Caribe.
Igualmente, y yendo a la base de la falsa justificación de sus ataques manipuladas por Washington, los expertos expresaron serias preocupaciones sobre la legalidad, proporcionalidad y carácter punitivo de las sanciones estadounidenses, y señalaron que estas han socavado gravemente los derechos humanos del pueblo venezolano y han obstaculizado el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El pronunciamiento también denuncia que el bloqueo se produce luego de que EE. UU. designara a autoridades del Gobierno venezolano, incluido el presidente Nicolás Maduro, como parte de una supuesta «organización terrorista extranjera», denominada “Cartel de los Soles”, una entidad cuya existencia no ha sido demostrada, subrayaron los expertos.
A ello se suma la denuncia de asesinatos arbitrarios cometidos por fuerzas estadounidenses contra al menos 104 personas señaladas por Washington, sin pruebas, de estar vinculadas al narcotráfico marítimo, y cuyas muertes constituyen el saldo de 28 ataques contra embarcaciones civiles desde septiembre de 2025.
Los expertos dijeron que esos asesinatos constituyen violaciones del derecho a la vida y deben ser investigados con urgencia «llevando a los responsables ante la justicia», e instaron al Congreso de Estados Unidos a intervenir para detener nuevos ataques y levantar el bloqueo.
Los relatores y estudiosos también llamaron a los Estados a actuar de manera colectiva y urgente para poner fin al asedio naval y a las ejecuciones ilegales, mediante acciones diplomáticas, resoluciones de la Asamblea General y contramedidas pacíficas, con el fin de salvaguardar el Derecho Internacional y la paz mundial.
El importante dictamen tuvo lugar un día después de que el Consejo de Seguridad debatiera el tema a propuesta de Venezuela, país que recibió un respaldo considerado como «abrumador» por el presidente Nicolás Maduro, en consideraciones dadas a conocer este miércoles.
Los embajadores de China, Rusia, México, Nicaragua, Brasil y Cuba, entre otros países, usaron de la palabra para condenar la actuación estadounidense, y respaldar los justos reclamos de Venezuela.
Al valorar la sesión, Maduro añadió que también se había reivindicado el derecho de su país a la libre navegabilidad y el libre comercio.
Similar consideración hizo antes la Cancillería venezolana, que consideró la sesión «una gran victoria» para Venezuela, pues quedó demostrado que no existe aval para agredir a naciones soberanas bajo el falso pretexto de la lucha contra las drogas, informó el titular, Yván Gil.
En una misiva enviada el lunes a los jefes de Estado de América Latina y el Caribe, así como a los 194 países que integran la Asamblea General de las Naciones Unidas, Maduro había alertado acerca de la amenaza de desestabilización sobre toda la región y el orden jurídico internacional que está latente en la escalada de agresiones de EE. UU.
Junto a Venezuela
Dichas denuncias fueron el antecedente de los análisis en el Consejo de Seguridad el martes cuando, el representante permanente de Cuba ante la ONU, Ernesto Soberón, denunció que el Gobierno de Estados Unidos transgrede «resuelta y violentamente el Derecho Internacional» y afecta la libertad de navegación y comercio, y apuntó que sus acciones se realizan de manera «arbitraria, fraudulenta, unilateral y políticamente motivada», manipulando el terrorismo como arma política.
«¿Qué moral tiene el Gobierno de Estados Unidos para estas designaciones cuando protege y financia organizaciones terroristas en su territorio, se niega a colaborar con países vecinos como Cuba en materia de terrorismo y habla abiertamente de acciones encubiertas y sabotajes desde los Estados Unidos?», preguntó el Embajador cubano.
Soberón calificó de irónico que el país con «el principal mercado de drogas en el mundo» promueva una guerra contra este flagelo en la región, y aseveró que el propósito de Estados Unidos «es justificar el costoso y extraordinario despliegue militar en la región, con el que pretende agredir a Venezuela e imponer su odiosa hegemonía en el hemisferio».
El representante cubano alertó de las provocaciones estadounidenses buscan «escalar aún más la agresión contra territorio venezolano y apoderarse de sus recursos naturales», y advirtió que «Venezuela y cualquier otro estado agredido tiene derecho a la legítima defensa».
Ernesto Soberón destacó que la «nueva estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos», con su «llamado corolario de la doctrina», busca consolidar el hemisferio occidental como «su zona exclusiva de influencia». Esta política «valida la peligrosa doctrina de la paz a través de la fuerza y consagra la guerra cognitiva como política de Estado», transgrediendo los preceptos de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Por su parte, el embajador de Brasil, Sérgio Danese, reiteró que «la fuerza militar desplegada y mantenida por Estados Unidos en las cercanías de Venezuela y el bloqueo naval recientemente anunciado constituyen violaciones de la Carta» de Naciones Unidas, e insistió en que «deben cesar de inmediato e incondicionalmente, en favor del uso de los instrumentos políticos y jurídicos de amplia disponibilidad».
El representante brasileño advirtió que la política agresiva de Washington no afecta solo a Venezuela, y remarcó que es un asunto que concierne a toda la comunidad internacional ya que el estallido de un conflicto en la región podría tener consecuencias a escala global.
Al hacer escuchar la voz de México, su enviado permanente, Héctor Vasconcelos, subrayó que el aumento en las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela y el despliegue por parte de Washington de fuerzas militares frente a costas venezolanas, «representan actos que ponen en riesgo la estabilidad regional».
«Es imperativo preservar nuestro espacio de convivencia pacífica, no solo como aspiración regional, sino como una contribución concreta y valiosa a la paz internacional», remarcó.
Con la fuerza que les otorga el carácter de miembros permanentes del Consejo, también se dejaron escuchar las voces de China y Rusia.
Entre otras afirmaciones, el representante de Beijing, declaró que su país «se opone a todos los actos de unilateralismo e intimidación y apoya a todos los países en la defensa de su soberanía y dignidad nacional».
China apuntó que Latinoamérica y el Caribe son una parte importante del Sur global y recordó que constituyen una fuerza vital para mantener «la pasiva estabilidad mundial».
