Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Sin tregua contra el Aedes aegypti

Autor:

Lisandra Gómez Guerra

Guerra avisada, dice el refrán, no mata soldado. Pero, ni tan siquiera así, hemos sido capaces de cortar de raíz las alas al Aedes aegypti.

El incremento de casos confirmados con dengue en las últimas semanas lo corrobora. Un galopante aumento en prácticamente todo el país tiene encendidas las alarmas. Por lo que el accionar no puede ser otro, de una vez y por todas es necesario ponerle freno al incómodo huésped de nuestras viviendas, centros de trabajo y comunidades.

Y es que no resulta secreto tampoco que frente a todos pululan salideros que corren como ríos calles abajo, patios con desechos de todo tipo, tanques sin protección, bandejas detrás del refrigerador con añejas aguas, espacios públicos y privados tupidos de maleza, ineficiente accionar de los operarios de vectores, ausencia de las cantidades necesarias de abate, insecticidas y diésel, vertederos con envases, latas y objetos que sirven de depósito de aguas claras, enfermos haciendo vida normal sin protegerse debajo de un mosquitero —unos porque no tienen y otros porque no quieren. Realidades que avivan el vuelo y la picada del dañino insecto.

También lo incita el descuido, la falta de percepción de riesgo y el conformismo de que «el problema me lo tienen que resolver los de fuera de casa», como si no fuese una responsabilidad individual y social mantener con higiene nuestros entornos.

De ahí el llamado más reciente del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, a través de su cuenta en Twitter: «Como hicimos contra la COVID-19, convoco a nuestro pueblo a participar en la prevención y control del dengue. Esta también es una batalla de todos. Imprescindible la responsabilidad individual, familiar, de las administraciones y los colectivos laborales».

Tal vez, los complejos dos últimos años entre contagios y muertes por el virus SARS-CoV-2 obligaron a bajar la guardia en una batalla que precisa el accionar de todos los días. Mas, aunque no se hablara demasiado del tema, el Aedes aegypti no dejó de sobrevolar —en unos períodos con más intensidad que en otros—. Causa fundamental por lo que ha sido imposible a nivel de país declarar cero transmisiones de la enfermedad.

Ganarle la pelea al mosquito, tal y como alertó recientemente José Angel Portal Miranda, titular del Ministerio de Salud Pública, precisa intensificar el control para lograr mayor calidad en todas las acciones antivectoriales.

Es esa la máxima en Sancti Spíritus, uno de los territorios que a nivel de país se reconoce con un marcado crecimiento en la transmisión de la enfermedad. Circulan, como en el resto de Cuba, los serotipos uno, dos y tres del virus, los cuales pueden provocar dengue grave. Porque, quizá en el desconocimiento esté la poca percepción de riesgo: por más leve que parezca, según lo vivido con la COVID-19, el dengue también mata. Lamentablemente, ya más de un caso en la nación nos lo ha demostrado.

El no asumir todos los riesgos y concientizar la necesidad de revertir la actual situación higiénico sanitaria pudieran ser estocadas graves para Cuba, tal y como alertó el Ministro de Salud: «Los próximos meses tienden a ser los más complejos y lo que no hagamos ahora puede ser determinante».

De ahí que eliminar el vuelo del Aedes aegypti resulta prioridad y no opción, solo así quizá no tengamos que volver sobre otro refrán: tanto va el cántaro a la fuente... 

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