Carlos, vecino del consejo popular Colón, en la ciudad de Sancti Spíritus se arrepiente una y otra vez de no haber inmortalizado el pequeño ser vivo que salió disparado por el grifo de su lavadero. Con la misma velocidad que entró cayó por el hueco del tubo de desagüe, insiste cuando más de un ojo se ha retorcido al escuchar su historia.
Tan rápido fue que no puede asegurar si resultó o no un guajacón. Pero de que era una especie animal no tiene dudas. Como tampoco exagera cuando comenta que ha sacado del fondo de los cubos, donde diariamente almacena agua, pequeños caracolitos de río.
La presencia de estos últimos y, también de larvas, la corrobora media vecindad de las zonas sur y Kilo-12, de la ciudad del Yayabo, el territorio con mayores problemas con la calidad del agua potable, según estadísticas de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado en Sancti Spíritus.
Y, aunque en el resto de los siete municipios se conocen algunos hechos, donde
el preciado líquido aparece turbio, se mantiene esa realidad año tras año, arreciada cuando San Pedro se empeña en dar trabajo a la añeja villa, que tiene como fuentes de abasto a ríos y presas.
Específicamente, la sed de residentes en la cabecera provincial se sacia con el agua del afluente Yayabo y el acuatorio Tuinucú, ambos, víctimas de la fuerte sequía que hostiga a Sancti Spíritus. De ahí surge la primera causa identificada para que el preciado líquido que hoy —cuando llega porque también su ausencia es recurrente— no tenga algunas de sus propiedades: inodora, incolora e insípida.
En declaraciones exclusivas a este periódico, Roberto Nápoles, director de la referida empresa, reconoció que por los bajos niveles de agua se estanca el líquido en los puntos finales de las redes hidráulicas, ubicadas en las áreas ya mencionadas. Igualmente, al estar prácticamente seco el Yayabo, la Planta Potabilizadora de igual nombre bombea solo cien litros por segundo de 283 que es su capacidad máxima.
A la sequía se le añade otro factor: el vertimiento de las fuentes residuales de los Caminos de las Cañas y de La Habana, ubicadas zonas arriba de la Planta Potabilizadora Yayabo; situación que por el momento es imposible erradicar ya que precisa de una inversión respaldada por una cifra millonaria difícil de asumir en el actual contexto.
Conscientes de que no hay tiempo para esperas, especialistas de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado laboran de conjunto con los de la Dirección Provincial de Higiene y Epidemiología decidieron aumentar la dosis de cloro en el tratamiento del agua. Por supuesto, los volúmenes a utilizar no afectan la salud de las personas y se evalúan con sistematicidad desde diferentes puntos de la añeja villa.
Con respecto al tema tratamiento, en la población espirituana corre entre muchas preguntas por qué no se expenden productos que permitan desde las casas mejorar la calidad del vital líquido.
Otro de los males que hoy provoca que la calidad del agua enturbie a Sancti Spíritus son los largos y constantes cortes del servicio eléctrico. Si bien la Planta Yayabo cuenta con un grupo electrógeno, resulta imposible mantenerlo encendido en los períodos más extensos de apagones. De esa forma, se interrumpe el proceso de purificación.
Con esas realidades en la mano, en más de una ocasión los especialistas de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado en Sancti Spíritus han salido hacia las áreas con mayor recurrencia de quejas. Y, aunque han corroborado muchas de las opiniones, también han detectado indisciplinas como tanques sin protección y agua acumulada por muchos días, así como han desmentido las fake news que circulan por las redes sociales de quienes alegan haber visto peces salir por las tuberías.
Exagerar en los males que hoy nos aquejan más que ayudar propagan malestar en los estados de ánimo colectivos y nada resuelven. Mucho más, cuando se sabe que la sequía e inestabilidad en el servicio del tratamiento del agua permanecerán por mucho más tiempo en el mapa espirituano. Corresponde, entonces, a la institucionalidad implementar cuanta alternativa mitigue esa realidad. Y, por supuesto, a la ciudadanía redoblar las medidas higiénico sanitarias.