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Juega con la ficción, pero no con el poder

Aaron Sorkin decidió convertir a Will McAvoy (Jeff Daniels) en el protagonista de The Newsroom para contarnos esta historia sobre por qué es esencial el periodismo, cuál debe ser su función en la sociedad

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

Gabriel García Márquez lo denominó «el mejor oficio del mundo», cuando en Los Ángeles, en octubre de 1996 intervino, con la autoridad que le aseguraba su respetable obra como escritor y periodista, ante la 52 asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa. «Hace unos 50 años no estaban de moda las escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta, en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar el café en cualquier lugar de la redacción. Era una tertulia abierta donde se discutían en caliente los temas de cada sección y se le daban los toques finales a la edición de mañana. Los que no aprendían en aquellas cátedras ambulatorias y apasionadas de veinticuatro horas diarias, o los que se aburrían de tanto hablar de lo mismo, era porque querían o creían ser periodistas, pero en realidad no lo eran».

Sí, el periodismo puede crear esas «adicciones», y reunir personajes muy curiosos, «intensos», por esa vocación de servicio que la mayoría de las ocasiones lo distingue. Y esa verdad constituye un perfecto caldo de ficciones, con los nutrientes que Aaron Sorkin necesitaba para crear The Newsroom, serie que HBO produjo entre 2012 y 2014, y que tengo casi la certeza de que no ha sido transmitida por la Televisión Cubana, aunque sí puedo asegurar que la he visto pasar de memoria flash en memoria flash.

Aaron Sorkin decidió convertir a Will McAvoy (Jeff Daniels) en el protagonista de The Newsroom para contarnos esta historia sobre por qué es esencial el periodismo, cuál debe ser su función en la sociedad. Y aunque no le falta el amor que lo arregla o lo entorpece todo, y explota con inteligencia diálogos cargados de ironía y de humor, sustancias que, junto a otras (rivalidad, lucha por el poder, envidias), le brindan mayor verosimilitud y emotividad a las tramas para que puedan ser digeridas con más placer por el espectador, de todos modos el hilo narrativo fundamental de La redacción se propone que nos interroguemos cuál es en verdad el fin de esta profesión, sobre todo cuando responde a empresas informativas, que necesitan consolidar a toda costa sus audiencias y han comprobado, con frecuencia, que entre la buena práctica y el sensacionalismo, el último reporta superiores dividendos, al menos económicos.

En la trama, el mismo Will McAvoy está muy consciente de lo importante que resultan las cifras, y ha estado aplicando una fórmula que le ha permitido vivir en la zona de confort. Él, un afamado y millonario presentador de noticias en un canal por cable, que se ha mantenido al margen en cuestiones políticas y no le complace meterse en los rollos de andar asomando donde no le llaman sus narices —por principio investigativas, pero felizmente calmadas—, de pronto un día se equivoca y su equipo parte en busca de otro presentador como él, pero más «neutral».

Pasó que a McAvoy se le ocurre ponerse a dar criterios sobre la guerra y su país, y su programa cambia por completo, comienza a tomar otro rumbo, en buena medida gracias a su nueva productora ejecutiva, MacKenzie McHale. Para no sorprender al televidente, ella conocía a Will de atrás: habían trabajado juntos, disfrutaron un romance, sabe que piensan distinto (fundamentalmente a partir de que le cogiera sabor a la fama), y ahora viene a imponerle su forma de ver cómo se hace un auténtico noticiario. Surge así News Night (el renovado programa de McAvoy) que apuesta por el mejor periodismo de investigación, y al cual solo le importará la noticia y la verdad, gústele a quien le guste y duélale a quien le duela, pues lo esencial es el bien común.

The Newsroom puede constituir una propuesta muy interesante para aquellos que gustan de dramatizados entretenidos y que además conlleven a la reflexión. No puede ser de otro modo cuando se trata de un drama que se basa realmente en dos grandes cuestiones, de hondo alcance humano: los valores y la ética.

 

Son fabulosos los diálogos que entablan los personajes de La redacción, aunque convendría tener una cajita en casa, o verla por la computadora para poder regresar, en caso de «extravío», a las interesantes ideas que se expresan, por la rapidez con que se sueltan. Pero sería una lástima perdérselos, pues resultan discursos de peso, llenos de fuerza, de enseñanzas, de sentimientos, dichos, además, con tanta verdad que uno no puede resistirse ante la manera de conducirse de los actores. No únicamente destaca Will (Jeff Daniels conquistó un Emmy por su papel en la serie), sino también MacKenzie McHale (Emily Mortimer), Charlie Skinner, el directivo de la empresa (Sam Waterston); Neal Sampat (Dev Patel, el mismo de Slumdog Millionaire), quien pasa de atender la parte digital a transformarse en un verdadero reportero; o los otros integrantes del equipo: los productores Maggie Jordan (Alison Pill) y Jim Harper (John Gallagher), así como el antiguo productor ejecutivo del espacio televisivo de Will, Don Keefer (Thomas Sadoski). Cada uno de ellos con sus sueños profesionales y sus dramas personales.

¿Será que The Newsroom es la octava maravilla del mundo? Jamás diría eso. Hay no pocas cosas que Aaron Sorkin hubiera podido hacer mejor, como no haber sacado su veta de machista y colocar siempre a los personajes femeninos en segundo plano, a expensas de lo que decidan los hombres. Por ello ha sido fuertemente criticado, así como también por desarrollar dentro de la ficción acontecimientos de gran relevancia a nivel mundial en la vida real.

Ciertamente las opiniones andaban divididas: están quienes la atacan y aquellos que la han tomado como una serie de culto. Y aunque este último no es del todo mi caso, no creo que sea extraño adivinar que me hallo entre quienes la aplauden.

Es más, confieso que me hallo en el grupo de los que se entristecieron al comprobar que The Newsroom pudo materializar solo tres temporadas. La última con apenas seis capítulos, al parecer para que terminara con rapidez. Algunos consideran que uno de los motivos para el cierre estribó en que cada entrega ideada por Aaron Sorkin representaba una crítica mordaz al sistema, por los ataques frontales al poder en Estados Unidos. Bueno, tal vez en lo adelante Sorkin entienda que se puede jugar con la ficción, pero no con el poder.

Antecedentes

 

Algunos consideran a la película The paper (Ron Howard, 1994) como la que mejor ha reflejado, hasta la fecha, las esencias de las redacciones. También lo han hecho filmes como Luna nueva, con Cary Grant y Rossalind Russell; y Primera plana, con Walter Matthau y Jack Lemon. En cuanto a las serie el sitial de honor es para Lou Grant (1977-1982).

Novedoso

 

Sorkin intercambia con sus actores.

La serie arrancó además con una novedad respecto al resto: sus personajes de ficción cobraban vida en Twitter e interactuaban con los espectadores. La idea partió de Aaron Sorkin, también el director y guionista.

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