Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Venga la esperanza, un proyecto juvenil contra el sida

Desde hace cinco años, el Programa de Trabajadores Sociales participa en la campaña para detener el avance de esa pandemia en Cuba Sabías que Pregunte sin pena

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila
Cumplamos nuestro compromiso, juntos podemos detener al VIH. (Lema de la campaña internacional de respuesta al sida)

En la última década, la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales bajó en Cuba, sobre todo en las muchachas. Rara vez este comienzo es protegido, pues aún prevalece el estereotipo de que el condón reduce el placer y los jóvenes privilegian este aspecto de su relación sin pensar en el resto de sus consecuencias.

Lo irónico del asunto es que el número de disfunciones sexuales y displaceres —sobre todo la anorgasmia femenina y la eyaculación precoz— es bastante alto en estas edades por falta de madurez biológica y psicológica para asumir adecuadamente esta compleja área de sus vidas.

Lamentablemente, también crece en el país cada año la cifra de adolescentes y jóvenes infectados con el VIH, a pesar de que esa población está al tanto del peligro e incluso logra identificar los grupos y actitudes más vulnerables (HSH [Hombres que tienen sexo con otros hombres], jóvenes, mujeres, promiscuidad, parejas secuenciales sin protección...) pero su conocimiento sobre la forma de prevenirlo es aún inadecuado o —peor aún—, existe un marcado divorcio entre el saber y el actuar cotidiano.

De ahí la constante necesidad social de promover estilos de vida más responsables, y sobre todo de satisfacer la insaciable demanda de información que el tema genera, especialmente durante la adolescencia.

En estos casos, la familia debería ser la principal fuente de conocimientos, pero se ha demostrado la validez de otras fórmulas para propiciar una cultura de la prevención en adolescentes y jóvenes, entre las que destaca la figura juvenil y entusiasta de los trabajadores sociales.

Son ellos los protagonistas del proyecto Venga la esperanza, que bajo el asesoramiento del Centro de Estudios Sobre la Juventud (CESJ) ha logrado en el último lustro capacitar desde la comunidad a miles de jóvenes, lo cual repercute en un mayor grado de aceptación social de las personas que viven con el VIH/sida y en un cambio favorable en cuanto a la percepción de los riesgos que todos enfrentamos en nuestra vida sexual.

Sensibilidad y buen tino

Ser trabajador social implica, de hecho, sensibilidad hacia conflictos humanos de todo tipo, uno de los requisitos esenciales para promover salud, pero este proyecto implica además desarrollar habilidades comunicativas, mostrar respeto por la diversidad sexual y ser capaces de adaptarse a las diferentes situaciones que les depara esta labor.

El mensaje del proyecto a las nuevas generaciones se sustenta en tres pilares esenciales: aplazamiento de la primera relación sexual, prácticas sexuales protegidas y la búsqueda de una relación mutuamente fiel para evitar que elementos tan dañinos como las ITS, y en especial el VIH, opaque el futuro de la nueva generación.

El alcance de sus acciones depende de la comunidad en que se mueven, por lo que una adecuada caracterización del entorno les permite enfocar sus principales acciones hacia puntos críticos en cada provincia, municipio y consejo popular, sin descuidar el resto de sus labores.

Por ejemplo, mientras Granma prioriza sus comunidades rurales, Ciudad de La Habana tiene como más vulnerables a sus grupos HSH y trabaja con ellos, sobre todo en centros recreativos o espacios urbanos, y Pinar del Río centra la alerta en las mujeres, a las que se llega en peluquerías, centros de despalillo de tabaco o en sus propios hogares.

En provincias de alta concentración de estudiantes de la Enseñanza Media, como La Habana, Matanzas y Camagüey, el mayor esfuerzo se vuelca hacia los centros internos, sin descuidar los otros grupos vulnerables y en especial la juventud que vive o fluctúa por los polos turísticos.

En el último taller nacional sobre el tema se presentaron también experiencias muy positivas en penitenciarías de la capital, Sancti Spíritus y otros territorios, así como el resultado de vincular el proyecto a otros programas de la Revolución, como los instructores de arte y los Cursos de Superación Integral para Jóvenes en Las Tunas. Un medidor significativo del impacto que han logrado en estos cinco años es la demanda espontánea de sus acciones por parte de empresas o instituciones de cada territorio para enfrentar conductas promiscuas o tabúes dañinos en su masa trabajadora, según cuenta, por ejemplo, el grupo gestor municipal de Arroyo Naranjo, en Ciudad de La Habana.

Autoestima por vacuna

Además de profundizar en temas específicos de salud sexual y reproductiva y divulgar técnicas para un sexo seguro y placentero, el proyecto pretende fomentar en la población juvenil un mayor grado de autoestima y resiliencia (capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o períodos de dolor emocional), recursos básicos para enfrentar los conflictos típicos de nuestra realidad sociocultural asociados al amor, la amistad y las relaciones de pareja, explicó a Sexo Sentido Natividad Guerrero, directora del CESJ.

Asimismo, este grupo de promotores trabaja fraternalmente con personas portadoras del VIH en cada barrio para facilitar su integración social: cada paciente rescatado es un motivo de orgullo, aseveran, por lo que tratan de sumar a estas personas a sus conversatorios, dinámicas grupales, ferias de promoción, actividades culturales diversas y discusiones de materiales impresos o audiovisuales en cada comunidad.

Por eso el próximo lunes, cuando en todo el planeta se celebre el Día Mundial de Respuesta al VIH/sida, nuestros llamados médicos del alma andarán por toda la Isla con nuevas ocurrencias para abrir los ojos de sus coetáneos ante el peligro de la pandemia, y tenderán desprejuiciadamente su mano a quienes, ya infectados, no han de perder en esta Isla ni la cordura ni la esperanza.

Sabías que

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) desarrollan actualmente una estrategia preventiva frente al VIH denominada Profilaxis de Preexposición (PrEP), que podría reducir el riesgo de contraer el virus en personas sexualmente activas siempre que estas tomen diariamente dos de los antirretrovirales que se utilizan para el tratamiento de pacientes infectados.

La propuesta se basa en el modo de enfrentamiento a otras enfermedades como el paludismo: no se trata de evitar la entrada del virus, sino de inhibir su replicación desde el momento en que penetre al organismo para evitar que establezca una infección permanente. Al menos en teoría debe funcionar así.

Hasta el momento los estudios en animales han dado algún resultado, pero es muy pronto para predecir la reacción que tendrá en humanos el virus atacado de esa forma y si el mecanismo será efectivo para todas las cepas del VIH o sus combinaciones.

También hay que tener en cuenta el alto costo de estos fármacos antirretrovirales (muchas personas mueren porque no pueden costearse el tratamiento, tanto en países ricos como en los más pobres de África) y como tienen numerosos efectos secundarios desagradables su consumo sistemático exige disciplina y voluntad por parte de los pacientes, pues cuando no hay la debida adherencia terapéutica la carga viral aumenta con rapidez y el sistema inmunológico se deprime nuevamente.

Por ahora, los únicos métodos efectivos para evitar el VIH son: practicar el sexo seguro, la fidelidad o la abstinencia.

Pregunte sin pena

A.V.: Hay días en los que me levanto y quisiera encontrarme en otra dimensión, sin que nadie esté ahí. Soy una muchacha que trabaja y estudia. A mis padres no les importa lo que pienso. Nunca se ponen en mi lugar para ayudarme a dar pasos en la vida. Todo es imposición. Perdono para no desarrollar sentimientos negativos. Mi madre dice que es mi amiga pero pasé por una mala situación y me dijo «eso es un problema tuyo y de él». No sabe cómo me dolió que me haya dado la espalda. He tenido ganas de morir por el tiempo que he estado deprimida y ella ni cuenta se da. Sigo siendo la misma niña que tiene que pedir permiso hasta para llorar. No sé qué hacer. He intentado hacerles entender. Lo captan, pero vuelven a lo mismo. Me estoy destruyendo con tal de complacer y al final no quedo bien. El tiempo corre y no puedo salir a divertirme, no estoy tranquila cuando lo hago. Tengo 22 años.

Posiblemente es cierto que sigues siendo una niña a pesar de tu edad. Esperas de tus padres lo mismo que una escolar. Los culpas como una adolescente. Y mientras estés atascada ahí perpetuarás la misma situación. Es preciso salir de la queja pueril para crecer a la altura de tus años.

Por un lado quieres respeto e independencia, pero por otro esperas que tu madre dé el frente cuando te encuentras en una situación difícil. Al mismo tiempo, tomas tus decisiones para complacerlos, en detrimento de tu placer.

Mientras más renuncies a tu deseo, más fortalecerás tus depresiones. Para actuar en coherencia con uno mismo, es preciso definir lo que se quiere. También es necesario hacerse responsable por las decisiones personales y sus consecuencias.

Tienes ante ti la tarea de definir quién eres, qué quieres y hacia dónde vas. Tal vez ya lo intentaste sin lograrlo. Suele ser difícil. Por eso te recomiendo que continúes esta consulta de manera personalizada, con un psicólogo.

Mariela Rodríguez Méndez, Máster en Psicología Clínica, Consejera en ITS y VIH sida. Psicoanalista

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.