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La ternura te cambia

No es fácil eliminar las raíces culturales que perpetúan en el imaginario social cualquier trato discriminatorio, y ante el llamado a una práctica más inclusiva siempre hay quien opina que la sociedad no está lista o la mentalidad no se cambia en tan poco tiempo

Autores:

Mileyda Menéndez Dávila
Jorge Sánchez Armas

La inteligencia es la capacidad de adaptarse al cambio.

Stephen Hawking

No es fácil eliminar las raíces culturales que perpetúan en el imaginario social cualquier trato discriminatorio, y ante el llamado a una práctica más inclusiva siempre hay quien opina que la sociedad no está lista o la mentalidad no se cambia en tan poco tiempo, así que nos toca esperar…

Pero difícil no significa imposible: Sexo sentido indagó entre sus públicos cuánto se había transformado la visión de este asunto en la última década y qué impulsó esa apertura, y mientras la generación más nueva mencionaba series foráneas, el acceso a internet o la posibilidad de visitar la realidad de otros países, mucha gente mayor reconocía haber «evolucionado» frente a lo diferente y abrir los ojos a otras formas solapadas de violencia gracias a Facebook, las novelas cubanas y la labor sostenida del Cenesex.

Curiosamente, ambos grupos mencionaron como importante acicate los documentales del proyecto Palomas, iniciativa dirigida por la cineasta Lizette Vila, quien accedió a compartir con JR la filosofía que la mueve en esa apasionada práctica del periodismo humano.

Sus audiovisuales trabajan el cuerpo «como primer espacio político: un territorio a la vez público y privado», y sus protagonistas se pronuncian sin ira, desde esa tesitura en que se dicen las verdades cuidando los juicios, porque «aunque parezca una utopía, buscamos que broten todas las realidades desde la resiliencia, que es una resistencia, pero con vigor y ternura».

En materia de diversidad e intención, Palomas se empeña en despojarse de etiquetas y emplea el género como categoría absolutamente cotidiana: «Nuestro lenguaje es para todo el mundo porque está hecho desde los sentimientos y desde la reparación del dolor: no hacemos nada con prevenir, capacitar, incluso denunciar, si no hay esa reparación indispensable para la justicia humana».

«El arte no es para transformar, sino para acompañar las políticas públicas e inspirar la conciencia emotiva», dijo, convencida de que a la gente le gusta verse reflejada, pero con esperanza: «Quieren saber que el dolor es reparable, y que tienen derecho a soñar porque los sueños son derechos humanos: si la intransigencia ajena te obliga a cambiarlos, debes entender que están violando uno de tus capitales humanos más importantes: tu propio proyecto de vida».

Felicidad como meta

Los documentales son el gran pretexto para interactuar con los diversos públicos, con las propias realidades y colocar su voz a favor de más igualdad, pero Palomas también acuna talleres con personas de la tercera edad y apoya la creación de artistas jóvenes.

«Mucha gente no tiene con quien hablar, y cuando saben que nuestra sede está abierta desde temprano nos llaman, aparecen, mandan mensajes, y se suman a lo que estamos haciendo con este movimiento que es nuevo en la región, el Artivismo, al que nos sumamos también desde enero: ese arte de vivir va más allá de las manifestaciones artísticas porque es una distinción humana, algo que se promueve desde la conciencia social», explica.

En esa cuerda, Palomas incentiva proyectos como Mi clítoris es mío y Girar al sur (este último dedicado a la próstata), para invitarnos a repensar nuestros cuerpos fragmentados, satanizados, a rescatar sus sensaciones y memoria, y verlos integralmente desde la ternura y el bienestar.

«Elegimos ver la felicidad no como un destino o azar, sino como un programa de vida. Cuando miras la vida cubana y las  dificultades con las que hay que bregar y bregar, y la comparas con otros lugares del mundo, puedes preguntarte ¿Cuánto nos queda por hacer?, ¿Cuánto podemos hacer?».

En esa cuerda se mueve el nuevo documental (Mujeres, de la basura al bienestar, a estrenarse en el cine Chaplin el próximo sábado 31), que habla una vez más de lo diferente desde la experiencia femenina y su noción de dignidad.

Tras 16 años de activismo, Palomas apuesta por la Pedagogía de la ternura, una inspiración martiana de la Doctora Lidia Turner: «la ternura es una fuerza misteriosa, transformadora de las violencias: Mientras el amor necesita un alguien o algo para crecer, la ternura no necesita contexto, y ustedes lo saben muy bien».

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