Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Derechos vs cultura del parto con dolor

Por casi 30 años, cuando he coincidido con mujeres que son madres o abuelas, no importa qué nos una en ese evento, aula, vehículo o sala de espera: siempre surgen anécdotas sobre nuestros partos y siempre hay algo triste que contar

Autor:

Mileyda Menéndez

La madre es la patria que primero habitamos.

Por casi 30 años, cuando he coincidido con mujeres que son madres o abuelas, no importa qué nos una en ese evento, aula, vehículo o sala de espera: siempre surgen anécdotas sobre nuestros partos y siempre hay algo triste que contar, desde el orgullo de la «heroína» que superó el trance o desde la humillación de ser maltratada por personas para quienes está tan naturalizado el ejercicio de poder sobre el cuerpo femenino que se volvieron insensibles en su sagrado oficio.

La diferencia de apreciación no viene por la experiencia particular vivida, sino por una conciencia de género que cada vez más mujeres, y también más hombres, desarrollan, y eso incluye una mirada ética al parto, en el cual confluyen subjetividades del contexto cultural, familiar y de salud.

En el Día Mundial de los Derechos Humanos, les proponemos debatir sobre un acápite sensible de esa convención: los derechos reproductivos, que abarcan desde la decisión de ejercer o no la maternidad (y paternidad); cuándo, con quién, en qué circunstancias y cuántas veces; la elección del método de planificación familiar y el acceso a servicios de calidad y a una educación integral de la sexualidad, basadas ambos en evidencias científicas y en principios que defiende la ley suprema de cada nación, como la dignidad y la autonomía.

La expresión bíblica «parirás tus hijos con dolor», castigo supuestamente impuesto a todas las mujeres cuando la primera ejerció su derecho al conocimiento, ha servido de excusa por demasiado tiempo para perpetuar prácticas violentas durante el embarazo, el parto y el puerperio, empezando por una invasión frecuente del cuerpo sin pedir permiso ni argumentar la pertinencia de cada maniobra en un lenguaje ajustado al nivel, edad e imaginario de esa madre en ciernes.

De ese consentimiento informado, sistemático y con carácter revocable se habló con mucha fuerza en el panel
dedicado al tema a partir de una
exhaustiva investigación de las colegas del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SemLac), en el marco de los 16 días de activismo contra la violencia de género, organizado con el auspicio de la embajada en Cuba del Reino de los Países Bajos.  

El resultado de esa labor está disponible en una monografía impresa de muy cuidado diseño, y en una serie de materiales digitales a los que podemos acceder a través del sitio https://www.redsemlac-cuba.net/redsemlac

Desde Sexo sentido, recomendamos su consulta en especial a activistas y educadores populares, a todas las mujeres que han sido o desean ser madres, y sobre todo a quienes tienen a su cargo el acompañamiento de esa feliz decisión desde los servicios primarios y secundarios de salud.

Cuando lean las entrevistas e infografías y contrasten todo con historias cercanas a su entorno, difícilmente no se sorprenderán como protagonistas o testigos de alguna de estas agresiones que pasan como necesarias sin serlo, porque incluso el feminismo ha tratado el asunto de modo periférico hasta ahora, abocado a otras violencias más evidentes, al decir del doctor Alberto Roque, máster en Bioética y activista de Derechos Humanos.

Encuentros

Para quienes viven o visitan la capital en estos días, recuerden que el sábado 20 a partir de las 11:00 a.m. tenemos una cita en la emblemática Plaza Vieja, para reencontrarnos y celebrar lo logrado este año, coinspirar proyectos nuevos y dar la bienvenida a quienes se han sumado a nuestras redes. ¿El reto? «Yo nunca, nunca he…». No es obligado participar, pero será divertido. Escribe al 52164148 y te doy detalles. Hoy además agradecemos al colectivo de Radio Taíno, y en particular a quienes hacen posible la revista Oasis de Domingo (8:00 a.m.-10:00 a.m.), donde nuestra sección mantiene desde hace 11 años el segmento Sexualmente hablando.        

De la investigación desarrollada en varias provincias, y de no pocas décadas de comentar el tema con insatisfacción, pero sin identificar sus causas profundas, expertas y otras invitadas al debate reafirmaron varias conclusiones.

Primero, que la violencia obstétrica se escuda en una mirada biologicista del fenómeno del nacimiento y tiene mucho de abuso físico (episotomías innecesarias, poco uso de medios para aliviar el dolor, forzar posturas para comodidad del equipo médico y no de la parturienta, privar de agua y alimento durante el trabajo de parto…), pero también sicológico (cuestionar el miedo o el dolor, impedir compañía, comentar casos frente a otras pacientes, ignorar la entrega inmediata del bebé a su madre para asegurar esa impronta tan necesaria a ambos…).

Segundo, que esta violencia tiene
causas estructurales perfectamente ajustables, si las leyes y políticas públicas se aplicaran con ahínco y el personal involucrado recibiera una adecuada preparación ética y con mirada de género desde la formación profesional de pregrado, como remarcó la colega y Doctora en Ciencias Demográficas Dixie Edith Trinquete.

Y tercero, urge rescatar buenas prácticas de educación temprana para las embarazadas y sus familias, como los cursos de Sicoprofilaxis para el parto y los de Maternidad y paternidad responsable, y empoderar a las mujeres para que sepan sus derechos y los ejerzan a lo largo de todo el proceso, al igual que sus parejas, como narró según su experiencia la socióloga Geydis Fundora Nevot,
directora de la filial cubana de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso Cuba).

Para ello necesitamos compartir más en voz alta y desde el compromiso con las madres futuras el derecho a un parto respetuoso y un servicio amigable, como los que promueve el Fondo de Población de Naciones Unidas en varios hospitales.    

El tema no está agotado en los medios, ni debería estarlo en el debate familiar, profesional o comunitario. Asistentes al panel reclamaron, por ejemplo, el respeto a las tradiciones religiosas o los lazos familiares, y sobre todo pensar en el sufrimiento que vive ese nuevo ser a través de la inseguridad o el dolor materno, cuando debería ser todo lo contrario. 

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.