R. M.: Hace ocho meses inicié una relación con un muchacho que tenía una novia con quien terminó pronto, por no estar enamorado. Me advirtió que no estaba enamorado de mí. Ilusionada, inicié mi vida sexual con él y ahora supe que sale con otra. Al enfrentarlo, me responde que no vio razón para negarse a esa oportunidad puesto que en fin de cuentas, él no está enamorado. Yo me enamoré a pesar de sus confesiones de desamor. Ahora está haciendo lo mismo con esa muchacha que está en mi escuela. Aunque creo que debo advertirle, no lo he hecho. ¿Qué me aconseja?
Prestar más atención a las palabras de aquel que elegirás amar, en particular si insiste en declarar su desamor. Al advertirte que no está enamorado también está anunciando su negación al compromiso emocional. Podrá actuar como lo hizo ahora, alegando que simplemente no estaba enamorado, y para colmo ya te lo había advertido.
El ser humano tiene la capacidad de seleccionar aquello que prefiere para disfrutar su «felicidad», desestimando todo obstáculo a ese propósito. La defensa es permitida, pero no por ello lo real deja de imponerse. Así, en el cuadro fantaseado se revelan escenas no deseadas como esta de su infidelidad. Su respuesta no dejó lugar a otros engaños.
Alertar o no a la otra muchacha es una decisión de tu parte. Al elegir debes saber que tu palabra no ha de ser suficiente para ella. Al igual que tú, podrá justificar la actitud de él si prefiere creer que es ella la elegida. Es probable que requiera otros sucesos o argumentos que no podrás brindarle. En todo caso, es recomendable que tengas claras las razones por las cuales tú te sentirías mejor si le confiesas tu experiencia.
Mariela Rodríguez Méndez, máster en Psicología Clínica y psicoanalista
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