Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Dejo todo por mi novia

Autor:

Mariela Rodríguez Méndez

E.E.: Amo a mi novia, trato de complacerla en todo, pero nada le resulta suficiente. A veces siento que debo abandonar mi vida y lo que me interesa para ponerme en función de ella. Aunque no estoy seguro de que sea suficiente.

Quizás es más un síntoma personal este «ponerse en función» de su demanda, esforzarse en adivinar qué puede querer ella sin preguntarte lo que deseas, qué te gustaría o qué te daría placer a ti.

A veces tememos a nuestra intuición, nuestras ganas o inclinaciones. Otras veces creemos que si no ofrecemos favores no seremos suficientemente interesantes para atraer a la otra persona. En cualquiera de esas situaciones y muchas más, ponerse enteramente en función de los otros es una solución, pero sintomática: evita confrontar lo que más tememos, pero al mismo tiempo nos genera malestar.

Es cierto que no nos podemos desprender de una «solución» sin antes dejarnos guiar por ella misma hasta ese punto de temor y sinsabor que la genera, para valorar otros modos de actuar o decidir quedarnos igual. A veces ayuda conversarlo con un profesional.

Asumir que no la complacerás en todo puede ser el primer paso. Nada es suficiente para taponar carencias de la otra persona o de nosotros mismos. Es un reto de cada uno encontrar su manera de arreglársela con lo que les falta, basándose en lo que sí experimentan gracias a estar juntos.

El amor aparece allí donde percibimos que la otra persona no es del todo lo que soñamos, pero nos resulta entrañable. Elegimos su compañía a pesar de no ser «suficiente», por todo lo que representa para nosotros.

 

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