Iniciar una relación implica siempre riesgos tiñendo la esperanza
P.M.: Estoy enamorada de un muchacho que, según me confesó, es seropositivo al VIH, y estoy choqueada. Hace años no escuchaba hablar del tema y ahora lo tengo frente a mí. No quiero enfermar, pero él me gusta mucho. Por otro lado, me pregunto si será homosexual, porque muchos hombres enfermos de SIDA lo son. En fin, no sé qué hacer.
Esa es una decisión que dependerá de la calidad de ese vínculo, lo que logren conversar, acordar, y sobre todo del deseo de amar que ese lazo inspire. Tal vez ayude definir qué deseas hacer y las condiciones para lograrlo.
Ciertamente hay riesgos, como en todos los encuentros eróticos. Ahora sabes que es seropositivo, a diferencia de otras veces que desconoces tus riesgos. Existen prácticas seguras, como caricias y besos sin intercambiar fluidos genitales o sangre en las mucosas, además del uso del condón, que limitan el riesgo de contagio. También influye su nivel de carga viral y adherencia al tratamiento.
Iniciar una relación implica siempre riesgos tiñendo la esperanza. En este caso, ya sabes que su infección puede comprometer la salud y obligar a un tratamiento médico por vida. Incluso, si no te contagias, tendrás un compañero con riesgo de enfermar por otras varias causas.
Las infecciones de transmisión sexual continúan siendo un flagelo de la humanidad. El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se cuenta entre ellas. Si bien ha disminuido la cantidad de personas contagiadas y nuestras cifras son menores que las de muchos países, existen portadores. Es cierto que la mayoría de los diagnosticados son hombres que tienen sexo con otros hombres, pero no siempre es así.
El VIH/SIDA es hoy una condición de salud, con tratamientos que prolongan la vida. Solo es uno entre otros elementos a valorar antes de das rienda suelta al enamoramiento. Es una elección íntima que solo tú puedes asumir, en dependencia de tu posibilidad de afrontar posibles desenlaces.
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