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Dilma, una guerrera contra el golpe

La presidenta constitucional de Brasil afirma que luchará «con todos los medios jurídicos posibles» para mantener su mandato, mientras se hace evidente la naturaleza del golpe y Nuestra América auténtica acompaña la denuncia de esta gran dirigente y del pueblo que la eligió

Autores:

Juana Carrasco Martín
Yailé Balloqui Bonzón
Nyliam Vázquez García
Enrique Milanés León

BRASILIA, mayo 12.— La presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida en la madrugada de este jueves de su cargo por 55 votos del Senado, dijo que luchará con todos los medios jurídicos posibles para mantener su mandato, y llamó a todos los que luchan «contra el golpe» a mantenerse «movilizados, unidos, y en paz».

En un pronunciamiento dirigido al país desde el Palacio de Planalto, minutos después de ser apartada formalmente del cargo, durante 180 días, Rousseff declaró ser víctima «de una gran injusticia» al ser sometida al impeachment sin haber cometido «ningún acto ilegal», reportó Xinhua.

Acompañaron a la Presidenta en el acto todos sus ministros, que también dejaron el cargo, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, su mentor político, parlamentarios de la base aliada al Gobierno y miles de simpatizantes que la recibieron al grito de «Dilma, guerrera de la patria brasileña».

La mandataria afirmó que fue «electa presidenta por 54 millones de ciudadanos y ciudadanas» y que se dirigía a las masas en esa condición para decir que «lo que está en juego es el respeto a la voluntad soberana del pueblo brasileño y a la Constitución, y las conquistas de los últimos 13 años».

Dilma recalcó que se trata de un proceso de impeachment «fraudulento, un verdadero golpe». Agregó que, desde que fue reelecta en octubre de 2014, la oposición, insatisfecha con el resultado, «sumergió al país en una inestabilidad política permanente con el objetivo de tomar por la fuerza lo que no conquistaron en las urnas».

La Presidenta definió el proceso como «frágil, jurídicamente inconsistente, injusto, contra una persona inocente. Es una de las mayores brutalidades que se puedan hacer a un ser humano; no existe injusticia mayor que condenar a un inocente».

Gobierno sin mujeres

En tanto, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, anunció la mayor parte del gabinete que le acompañará, en el que no hay mujeres y muestra una clara inclinación a la derecha. Según la agencia EFE, solo falta nombrar a los titulares de Minas y Energía y de Integración Nacional, que aún eran objeto de consultas.

El Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), de Temer, tendrá el mayor peso y ocupará seis de los 24 ministerios que tendrá el nuevo Gobierno, que ha fundido algunas carteras para reducir el actual número de 31.

También fueron contemplados los partidos de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Republicano Brasileño (PRB), Progresista (PP), Demócratas (DEM), Laborista Brasileño (PTB), Verde (PV), Social Democrático (PSD) y Popular Socialista (PPS).

Aunque sin estatus de ministro, en su gabinete también estarán sentados Ilan Goldfajn, hasta hoy economista jefe del banco Itaú Unibanco, la mayor entidad privada del país, y el dirigente del PMDB, Wellington Moreira Franco, que asumirá una flamante Secretaría Especial de Inversiones.

En la lista destaca como «hombre fuerte» Henrique Meirelles, quien fue presidente del Banco Central durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011), y que fue presidente mundial del Bank of Boston. Otro detalle interesante es que José Serra, candidato presidencial vencido por Dilma y antes por Lula, será el nuevo canciller.

Un despiste «A la derecha»

Una temprana pifia de Temer ilustra la prisa de alianzas con la derecha. Desde Buenos Aires, la agencia ANSA refiere que el presidente interino confundió a un periodista con Mauricio Macri, el jefe de Estado argentino.

El periodista Jorge García le preguntó al brasileño cómo se sentía y le agradeció por atenderlo al asumir el cargo, pero Temer respondió algo inesperado: «Aló, ¿cómo está presidente?», suponiendo que lo saludaba Macri.

El reportero, que lo entrevistaba, al aire, insistió en el saludo, para advertirlo con disimulo, pero el usurpador de la presidenta Dilma Rousseff siguió en su laberinto.

«Muchas gracias, presidente. Yo quiero luego visitarlo en la Argentina» … «Si me invita», confesó Temer siempre convencido de que le hablaba Macri. La prensa argentina publicó el desatino, con sorpresa y con mordacidad.

La emboscada a los Brics

Más allá de anécdotas singulares, otros han calado el programa desestabilizador a gran escala. Tras conocerse el golpe, cobra más fuerza la tesis de un plan para debilitar a los países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).

PL recuerda que, durante su reciente visita de trabajo a Sudáfrica, el vicepresidente ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, advirtió que el objetivo es «desmontar a los Brics» y consideró que no deben ser casuales los ataques en los últimos tiempos «contra Rusia, contra el presidente Vladimir Putin, e igual en Sudáfrica».

Hace poco, el presidente del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC) en la provincia de KwaZulu-Natal (este), Sihle Zikalala, coincidió con tal punto de vista cuando afirmó que existe una conspiración de Occidente para sacar del poder tanto a Rousseff como a Jacob Zuma, en Sudáfrica.

Los Brics representan más de tres mil millones de personas o el 42 por ciento de la población mundial y generan aproximadamente el 20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del planeta.

Casi todos contra el golpe

La mayoría de los países e instituciones del mundo, especialmente de la región, condenaron la decisión del Senado brasileño, aunque no faltaron declaraciones de «respeto y confianza a la institucionalidad» de países que ven una oportunidad para desmembrar la unidad latinoamericana.

El Gobierno de Mauricio Macri, como corresponde a su naturaleza, dijo que respeta el proceso institucional, lo que muchos criticaron al considerar «un reconocimiento al golpe institucional», reportó AFP.

Desde Estados Unidos, el presidente Barack Obama «continúa teniendo confianza en la solidez de las instituciones democráticas de Brasil para enfrentar la crisis política», dijo el portavoz de su Gobierno, Josh Earnest, quien añadió que respetaban los «procedimientos gubernamentales».

Un comunicado de la Cancillería colombiana expresó que «en la actual coyuntura, Colombia confía en la preservación de la institucionalidad democrática y la estabilidad, fundamentos indispensables del estado de Derecho» (…) «La estabilidad de Brasil es muy importante para toda la región por su influencia y liderazgo», subrayó.

En general hay preocupación por los acontecimientos en el gigante latinoamericano, donde el vicepresidente Michel Temer ostentará el mando interinamente durante un máximo de 180 días, y hasta el final previsto del mandato de Rousseff, en diciembre de 2018, si la Presidenta es finalmente declarada «culpable».

Desde Quito, donde se encontraba de visita, el ministro español saliente de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo refirió la «preocupación» por lo que está pasando en Brasil, «un socio capital para España en términos políticos y en términos económicos».

Mientras, la portavoz de Izquierda Unida en el Parlamento Europeo, Marina Albiol, y el eurodiputado Javier Couso calificaron el proceso como «golpe blando» y advirtieron de los «tiempos oscuros que se avecinan para Latinoamérica», indicó PL.

«El Gobierno de Chile expresa su preocupación por los acontecimientos (...) que han generado incertidumbre a nivel internacional, considerando la gravitación de Brasil en el ámbito regional», dijo un comunicado de la  Cancillería de Santiago, que calificó de amiga a Rousseff.

La América de Bolívar respalda a Dilma

Desde Nicaragua, el presidente Daniel Ortega manifestó su indignación y dijo: «No nos asombran los argumentos y juegos políticos de las derechas que, como siempre, apuntan a debilitar o decapitar procesos populares de liberación de la pobreza y de transformación de la cultura opresora».

Por su parte, un comunicado del Gobierno venezolano refiere que «el proceso de golpe de Estado en Brasil pretende sustituir la soberanía popular y desconocer la voluntad legítima de su pueblo. En razón de lo cual, hacemos un llamado a los pueblos del mundo a mantenernos alertas y listos para la defensa de la democracia, de la presidenta Dilma Rousseff y de los procesos de unidad e integración entre nuestros países».

La Cancillería de Quito expresó a su vez: «Ecuador apela a la plena vigencia y preservación de las instituciones democráticas y los valores que la sustentan», y respaldó al Gobierno de Rousseff, «legítima depositaria del mandato popular expresado en las últimas elecciones democráticas, y contra la que no pesa, hasta el momento, una sola imputación».

Citado por Xinhua, el ex presidente de Uruguay y actual senador, José Mujica, lamentó la decisión del Senado de Brasil. «Lo más conveniente era una elección general y renovar todo», y añadió: «Seguramente algunas fuerzas de la economía brasileña podían tener intereses (en el juicio político)».

El mundo ve los peligros

Frente a las muestras de preocupación y de rechazo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon dijo «confiar en que las autoridades honrarán los procesos democráticos brasileños, con apego a las leyes y a la Constitución», y llamó al «diálogo y a la calma en todos los sectores de la sociedad».

Por otra parte, EFE dijo que Ernesto Samper, secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) manifestó preocupación ante la posibilidad de que las «circunstancias pudieran «trasladarse de manera peligrosa a la región», y apuntó: «Nosotros creemos que mientras que este proceso sigue adelante ella sigue ostentando el título de presidenta constitucional del país». Samper solicitó que se garantice el derecho de defensa de la mandataria y que sea juzgada con las garantías propias de un Estado de Derecho.

«Ojalá el ordenamiento de su economía, que creo que es lo que vendrá enseguida, se haga sin retrocesos sociales», dijo Alicia  Bárcena, la secretaria ejecutiva de la Cepal, quien calificó de «dolorosa» la decisión del Senado brasileño y recordó que las crisis económicas previas en la región han demostrado que el tejido social tarda mucho más tiempo en recuperarse que los indicadores macroeconómicos.

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