Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Disfrazados de libertad de prensa

El conflicto ucraniano se dirime con igual fuerza en el campo de la propaganda, con una clara y desmesurada inclinación a favor de Estados Unidos y la OTAN

Autor:

Juana Carrasco Martín

Paypal Holdings, Inc., una empresa estadounidense de alcance mundial que permite pagar, enviar dinero y aceptar pagos sin tener que introducir los datos financieros, una opción electrónica a los métodos de pago tradicionales como cheques y giros postales, es capaz también de censurar a la prensa independiente, y acaba de  cerrar las cuentas de  dos importantes medios alternativos estadounidenses, Consortium News (CN) y de MintPress News, con la intención de cortarles sus finanzas, provenientes de las donaciones de sus lectores.

A la compañía le ha molestado el análisis y las informaciones sobre el conflicto de Ucrania y su aprovechamiento por la industria de la guerra contratista del Pentágono; y el acoso a esos medios coincide con la celebración del Día Internacional de la Libertad de Prensa, fecha instituida por la Unesco, de 1993, para evaluar si se respeta en todo el mundo este derecho y para defender a los medios de comunicación de los atentados contra su independencia.

Días antes, el gigante de las redes sociales Facebook, advirtió sobre un artículo de Consortium News, diciendo que violaba «sus estándares comunitarios». El escrito de CN informaba que hay preguntas sobre lo verdaderamente ocurrido en Bucha, Ucrania, cuando todos los medios, sin comprobación e investigación previa, han culpado a Rusia.

Por su parte, Google advirtió a todo el mundo: medios de comunicación, blogueros, influencers, etc., que no tolerará ciertas opiniones sobre la operación militar rusa en Ucrania, un mensaje similar al de YouTube: «Nuestras pautas de la comunidad prohíben el contenido que niega, minimiza o trivializa eventos violentos bien documentados…». Traducción  práctica: eliminar versiones rusas de los acontecimientos.

El conflicto ucraniano se dirime con igual fuerza en el campo de la propaganda, con una clara y desmesurada inclinación a favor de Estados Unidos y la OTAN, y la red TikTok sube videos «en tiempo real» y son 1 200 millones sus seguidores en el mundo (70 millones de usuarios en Estados Unidos), de ahí que el director de estrategia digital de Joseph Biden, Rob Flaherty, le dijera a 30 de los más importantes influencers en TikTok: «queríamos asegurarnos de que tuvieras la información más reciente de una fuente autorizada». TikTok eliminó más de 320 000 cuentas rusas y al menos 41 000 videos con «información errónea» sobre la guerra.

Las advertencias a quien quiere ver lo publicado por Russia Today y otras 48 cuentas rusas marcan una censura clara: «Medios controlados por el estado de Rusia», cuando Occidente se precia de ser defensora a ultranza de la libertad de prensa y de expresión.

Estados Unidos, sus aliados del Occidente político y las multinacionales tienen claro que los medios independientes son, para sus historias manipuladoras, un obstáculo estratégico y nunca han dudado en romper sus propias reglas del juego con tal de que predomine su narrativa oficial, trasmitida y opinada a través de los grandes medios, los suyos, los hegemónicos y cómplices ideológicos, y en aquellos digitales de supuesta participación democrática, en las llamadas redes sociales, de las que son dueños y las manejan a su antojo, cerrando cuentas a derecha e izquierda, y preferiblemente a la izquierda.

Apenas hemos señalado algunos ejemplos y sobran en 2022. El pasado miércoles, un juez del Reino Unido ordenó la extradición a Estados Unidos de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, para enfrentar allí un juicio por la filtración de documentos secretos que revelaban y documentaban crímenes de guerra en Irak y Afganistán. Assange solo hizo su trabajo periodístico al dar a conocer terribles verdades «omitidas» por la gran prensa. Pueden condenarlo a 175 años de prisión.

Dicho a lo cubano, para poner la tapa al pomo, el presidente Biden, desde finales de abril cuenta con una Junta de Gobernanza de Desinformación. Lo anunció el secretario del Departamento de la Patria, Alejandro Mayorkas, y según The New York Post, al frente de esa oficina está Nina Jankowicz, cuyo historial deja claro que más bien promoverá la desinformación: trabajó para el Instituto Nacional Democrático, fuertemente financiado y un brazo ejecutor de la Fundación Nacional para la Democracia, la famosa NED, supuesta organización no gubernamental, pero la financia el Gobierno de Estados Unidos y tiene por objetivo interferir en los asuntos internos de países no afines a Washington, crear proyectos subversivos y promover los llamados «cambios de régimen».

El primer presidente de la NED, Allen Weinstein, admitió públicamente: «Mucho de lo que hacemos hoy era llevado a cabo en secreto por la CIA hace 25 años», por eso se le conoce también como «la Segunda CIA», y es matriz de la Jankowicz…

Ahora mismo, en Estados Unidos se debate sobre la creación de ese «Ministerio de la Verdad» y su jefa, que, desde la seguridad nacional, una de las mayores fuentes de noticias falsas en los últimos tiempos (no olvidemos el cuento de horror y misterio contra Cuba que han denominado «el síndrome de La Habana), decidirán sobre lo verdadero y lo falso, lo que deben divulgar a los cuatro vientos o suprimirle al mundo.

Sigamos nosotros perfeccionando nuestros medios, exponiendo la verdad de un pueblo bloqueado y, por ello, sometido a uno de los mayores crímenes de guerra en más de 60 años.

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