Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Algo para recordar

Autor:

Agustín Lage Dávila

El texto que vamos a comentar aquí es muy conocido, y ha sido citado en muchos artículos, pero aun así es bueno recordarlo una vez más, porque más del 80 por ciento de la actual población cubana no había nacido cuando se escribió.

Es un memorándum secreto de abril de 1960, escrito por Lester Mallory, entonces vicesecretario de Estado para Asuntos Interamericanos del Gobierno de Estados Unidos.

En ese memorándum se decía esto:

«La mayoría de los cubanos apoyan a Castro… el único modo previsible de restarle apoyo interno es mediante el desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales… hay que emplear rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba… una línea de acción que, siendo lo más habilidosa y discreta posible, logre los mayores avances en la privación a Cuba de dinero y suministros, para reducirle sus recursos financieros y los salarios reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno».

Cínico, ¿verdad? También inmoral. Pero es exactamente lo que el Gobierno de Estados Unidos ha estado haciendo durante 62 años.

Y lo que sigue haciendo hoy, reforzado en el momento actual no solamente por medidas nuevas de bloqueo económico, sino por un poderío de medios masivos de comunicación (incluyendo internet y las redes sociales) a una escala desconocida en 1960, y que pretende convencer a los cubanos de que las penurias económicas que sufrimos a diario son consecuencia de errores administrativos internos o de la inviabilidad de una economía socialista.

Como si los cubanos fuésemos lo suficientemente estúpidos o ignorantes como para creernos eso (aun conociendo, como conocemos bien, las realidades de nuestras propias insuficiencias y lentitudes).

Ciertamente han aparecido en los últimos años más compatriotas sensibles al «desencanto y la insatisfacción que surjan del malestar económico y las dificultades materiales» cuya debilidad daría la razón a la propuesta de Mallory.

También la omnipresencia de los medios electrónicos y las redes globales de comunicación ha ido creando un segmento de la población con muchachos que saben más de los chismes de la farándula de moda, pero nada de historia, política, literatura o matemáticas, que pasan más tiempo atendiendo a las estupideces que hay en Internet, que estudiando, o leyendo casi sin comprender lo que leen; zombies del iPhone y el Android, las tablets, el Facebook, Instagram, los chats o los juegos informáticos, en un claro aislamiento que se empieza a conocer como «autismo cibernético», que promueve un egoísmo ciego y un distanciamiento de los proyectos colectivos de la sociedad. Funcionan con reflejos, no con razonamiento.

Pero no son mayoría. La mayoría somos los que ponemos el hombro, el sudor y el pensamiento en derrotar el cinismo del memorándum de Mallory.No es imposible. Lo hemos estado haciendo esos mismos 62 años y lo vamos a seguir haciendo en lo adelante.

Hay en Cuba mucha ética, mucha cultura y mucha historia en que apoyarnos, y mucha fe en los valores del ser humano.

Así lo advirtió José Martí: «La pobreza pasa: lo que no pasa es la deshonra que con pretexto de la pobreza suelen echar los hombres sobre sí».

El talento y la creatividad de los cubanos están ahí para continuar la batalla. No van a fragmentar la sociedad cubana, ni hacernos renunciar al ideal de convivencia humana, justicia y cultura que nos une. Los revolucionarios de ayer, durante décadas, no lo permitieron. Los jóvenes de hoy tampoco lo van a permitir. (Tomado del blog personal del autor)

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.