Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Lactar: un acto de bondad, sentido común y salud

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

DE los regalos que trae la maternidad, amamantar es de los más grandes. No haberlo experimentado aún no me aleja del sentir pues, al contrario, lo anhelo. Es la magia de seguir dándole vida al nuevo ser que trajiste al mundo y, sobre todo, darle amor.

Sin embargo, aun cuando está recomendada la lactancia materna exclusiva en los primeros seis de meses de vida del recién nacido y de manera complementaria hasta los dos años, no todas las madres cumplen ese tiempo. En Cuba, solo poco más del 40 por ciento de las madres lactan a sus hijos de manera exclusiva durante los primeros seis meses, de acuerdo con la última Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados realizada en 2019. ¿Acaso abandonan esta práctica por no considerar su importancia para la salud del bebé? No lo creo.

En no pocas ocasiones, interrumpir la lactancia materna exclusiva responde al deseo de la madre de retomar su vida anterior, de no conseguir acostumbrarse al proceso tal vez agotador de amamantar varias veces al día y a falsas creencias, en no pocos casos, en las que lactar se relaciona con un mal aspecto físico posterior en sus senos.

Por otra parte, en muchas oportunidades, se trata de la urgente necesidad de incorporarse a su vida profesional sin que en su entorno laboral existan las condiciones y la comprensión idónea para congeniar ambas responsabilidades. Ello, unido a la baja empatía que persiste en algunos espacios en los que no se concibe que la mujer lacte públicamente, hace que ella no desee convivir con el rechazo.

Prioricemos la lactancia materna: construyendo sistemas de apoyo sostenible, es el lema que guió la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna que acaba de concluir, impulsada por la Alianza Mundial para la Acción en Lactancia Materna y promovida por la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia.

Se apela al apoyo imprescindible que toda madre necesita para desarrollar esta práctica vital a través de instituciones, organismos, decisores y población en general.

No obstante, quisiera insistir en la capacitación del personal de salud para, no solo hablar de los beneficios nutricionales y emocionales de la lactancia materna, sino también para instruir en la mejor forma de hacerlo, sin causar dolor y propiciándole al bebé una alimentación sin esfuerzo.

Cada madre al dar a luz debe recibir orientaciones e información que le derribe mitos, como aquel que repiten de que sus senos descenderán. Siempre recuerdo al médico amigo que les decía, para derribar esos pensamientos: Mira que camino por la calle y no veo ninguno caído en el suelo.

Que cada puérpera comprenda el bien que le hace a su bebé y a ella misma al lactar es vital, y que todos contribuyamos a que se desarrolle esa actividad sin contratiempos, sin estrés que la abrume, sin sufrimiento. No es para engrosar estadísticas a nivel nacional, es para crecer en bondad, en sentido común, en salud.

 

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