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Ojo con el Windows Vista

Muchos se preguntan si habrá que mandar a reciclar las computadoras debido a los innumerables problemas detectados en el «nuevo» sistema operativo

Autor:

Amaury E. del Valle

El Windows Vista, a pesar de un atractivo diseño, ha alarmado por las prestaciones que requiere de la máquina y las pocas modificaciones sustanciales.

Para los que siguen atentamente el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, TICs, el tambaleante lanzamiento del «nuevo» sistema operativo de la Microsoft Corporation, denominado Windows Vista, no ha causado sorpresa.

Las pretensiones de los ejecutivos, que desde las oficinas situadas en Redmond, estado de Washington, en la esquina noroeste de Estados Unidos, lo han puesto a la venta, no son otras aparentemente que exprimir aún más a los consumidores, tanto a los individuos como a empresas y corporaciones.

Después de un largo período de continuas emisiones de «parches» y los llamados service packs, a la vaca Windows XP no se le podía extraer ya más leche, sobre todo porque los usuarios se están volviendo cada día más inteligentes y empiezan a descubrir que hay otras opciones en el campo de los sistemas operativos.

Así, las inexorables caídas en las ventas y los continuados problemas relacionados con la seguridad —las dos grandes debilidades de XP— pusieron en marcha la maquinaria para la creación de Vista.

PARCHE ANTES DEL HUECO

Un día antes de salir al mercado el Windows Vista, Microsoft tuvo que publicar el primer «parche» para este sistema. Ocurrió apenas a 24 horas del lanzamiento oficial, y no estaba dirigido a la solución de un solo problema.

Resulta que los desarrolladores de Vista se percataron en el último minuto de que su sistema operativo era incompatible con programas de uso muy común, tales como el popular Photoshop y el navegador (gratuito por cierto) OPERA, entre otros que no podrían «correr».

Aunque la noticia sobre el parche que salió antes del hueco, como dice el popular refrán, no recibió grandes despliegues, no por eso pasó inadvertida en las listas de Internet, donde los especialistas intercambian puntos de vista e inquietudes.

Y como decía uno de los acertados comentarios sobre la publicación del parche para Vista, no sería ilógico esperar que a este sigan muchísimos otros más, recordando la larga cadena que siguió a la puesta en el mercado de Windows XP.

Pero los problemas no son solo con los programas, porque los que adquirieron Vista en los primeros momentos y trataron de instalarlo en sus computadoras, se quedaron boquiabiertos ante la proliferación de «mensajes de advertencia» cuya esencia gira en torno a las extraordinarias exigencias del nuevo producto de Microsoft.

Esto ha llevado a pensar a muchos que detrás de Vista se esconde algo más que un intento del monopolio de Bill Gates por vender software.

Resulta que al instalarlo en máquinas relativamente nuevas, con excelentes prestaciones en cuanto a capacidad de su Memoria de Acceso Aleatorio (RAM en inglés), velocidad del reloj del microprocesador (expresada hoy en día en GigaHertz, o sea miles de millones de ciclos por segundo), así como adecuadas características de la tarjeta de video y capacidad de almacenaje en disco duro, Windows Vista comienza a protestar tan pronto se instala, lanzando a la pantalla mensaje tras mensaje de advertencia al «usuario» de que no tiene otra opción que comprarse una computadora nueva, porque Vista no puede funcionar a plenitud con esos recursos.

Vista cancela así lo que quizás sea su gran «logro», el manejo de gráficos, al que Microsoft ha llama-

do Aero, si la tarjeta de video no tiene determinadas características en cuanto a su capacidad de memoria y velocidad de procesamiento.

Y claro está, como afirman varios expertos que han estudiado el problema, Vista sin Aero es casi igualito al viejo sistema operativo Windows XP que pretende sustituir.

¿EL SOFÁ POR LA VENTANA?

Cabría la pena preguntarse entonces qué hacer con las máquinas que no reúnan las super exigencias que demanda Vista.

Bien cabrían tres opciones:

1. Enviarlas al reciclaje.

2. Dejarlas trabajando con el sistema operativo que tenían instalado... por ejemplo Windows XP,

O mucho mejor:

3. Pasarlas de una vez y por todas a utilizar un sistema de software libre, alguna de las variantes de LINUX, cuyos códigos-fuente estén a disposición de todos los desarrolladores de programas de computación, a diferencia de las secretas líneas de programación de la Microsoft Corporation.

Por supuesto, esto es mucho más favorable ahora, cuando LINUX ya no es un sistema solo para especialistas en la materia, ya que la misma vida ha dado las lecciones necesarias para que predomine cada vez el uso de interfaces gráficas más amigables al usuario.

Estas, además, tienen hoy tanta eficacia, que pasar de cualquier variante de Windows hacia las más amistosas distribuciones de LINUX es un proceso mucho más transparente, debido además a la existencia de paquetes de programas libres que son capaces de ejecutar prácticamente la mayoría de las funciones más comunes, como son procesamiento de texto y ofimática en general, navegación por Internet e intercambio de correo electrónico, con mucha mayor seguridad.

No obstante, todavía es muy temprano para sacar conclusiones con el Vista. Habrá que mantenerlo «en observación» durante un tiempo, pero desde ahora todo parece indicar que pudiera estar condenado al fracaso, pues cientos de millones de propietarios de computadoras de escritorio, laptops y notebooks evidentemente no están dispuestos a deshacerse de sus equipos que funcionan perfectamente bien, solo para ver unos gráficos Aero-diferentes y llenarles aún más los bolsillos a los accionistas de Microsoft.

*Periodista de Radio Habana Cuba y profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí.

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