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En la cima del teclado

Por vez primera tres jóvenes de nuestro país y del Caribe asistirán a una final mundial del Concurso Internacional Universitario de Programación

Autor:

Leidys García Chico

Hasta Harbin, la ciudad de hielo en China, llegarán Jorge Enrique Moreira Broche, Julio César Triana Castillo y Omar Alejandro Mainegra Sarduy, integrantes del equipo UCLV1, que en el pasado Concurso Regional Universitario de Programación de México, Centroamérica y el Caribe, obtuvo el tercer lugar.

Por primera vez jóvenes cubanos asistirán a una final de la prestigiosa competición desarrollada por la Asociación para Máquinas Computadoras —ACM, por sus siglas en inglés—, que en esta ocasión celebrará su XXXIV edición en la norteña ciudad china, en febrero de 2010.

Desde los años 70, el objetivo del Concurso Internacional Universitario de Programación —ACM-ICPC— ha sido el mismo: estimular el desarrollo de habilidades de programación y la resolución de problemas con ayuda de las computadoras y el trabajo en equipo.

En conversación con JR Jorge Enrique asegura que «la final mundial del ACM-ICPC es la competencia de programación más difícil del mundo, porque allí participan las universidades más importantes.

«Desde ahora estamos entrenando muy duro para hacer un buen papel y lograr poner el nombre de Cuba, y el de la Universidad Central Martha Abreu de Las Villas —UCLV— en particular, en el lugar que merecen.

«Sobre todo porque es la primera vez que una universidad cubana y caribeña participa a ese nivel y todo el mundo va a estar pendiente de nuestro resultado».

El concurso

Del 22 al 25 de octubre pasado la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) acogió a 33 equipos de 12 universidades cubanas y una de República Dominicana, como parte de la subregión que integran México, Centroamérica y el Caribe.

«Conocíamos que existía la ACM, pues es una de las sociedades científicas y educacionales de computación más grandes del mundo; también sabíamos del concurso, pero Cuba nunca había tenido la oportunidad de ser una sede y por eso nuestros conocimientos eran superficiales.

«No obstante, luego de organizar esta fase, fuimos testigos de la capacidad de nuestro país y especialmente de la UCI de convertirse en sede permanente para la ACM y potenciar esta rama de la informática en todas las universidades de la Isla», afirmó Carlos A. Cuéllar, integrante del equipo de la Universidad de Pinar del Río.

Dovier Ripoll, director de la sede cubana, destacó que esta fue la única que transmitió en vivo audio y video por Internet durante todo el certamen —algo que por vez primera se hacía en Cuba en un evento de este tipo—, pues las demás se limitaron a publicar el ranking de los equipos y algunas fotos.

Entre los requisitos de la competencia estuvo el trabajo con software libre. La sede cubana optó por la utilización del sistema operativo NOVA, distribución de Linux desarrollada en la UCI, que contribuyó a la alta calidad tecnológica del certamen.

No faltaron capítulos oscuros en el evento, como el hecho de que la Internacional Bussines Machine (IBM) no pudo patrocinar el concurso como acostumbra hacerlo, debido a las leyes del bloqueo impuesto por el gobierno de Estados Unidos.

En declaraciones a la prensa, el Director de la sede cubana del certamen precisó que en un comunicado de IBM dirigido a ACM, la empresa trasnacional informó a los organizadores del evento que Cuba era un país bloqueado, razón por la que «le era imposible apoyarlo monetariamente, como acostumbra a hacer».

IBM es, desde 1997, el patrocinador primario de los concursos regionales de ACM-ICPC, como los que compartieron este año Cuba y México, y el único de la final mundial desde 1997.

«Y aunque Cuba fue la única sede no patrocinada por IBM, se demostró que somos capaces de asumir el reto sin el apoyo de grandes compañías», aseguró Ripoll.

En cinco horas de competencia, entre las 12:50 y las 5:50 p.m. del día 24, los equipos Bankai (UCI), UH01 y UH03 (ambos de la Universidad de La Habana) y UCLV1 se disputaron los primeros lugares.

No obstante, el conjunto UCLV1, entrenado por Michel González Blázquez, ocupó la primera plaza del certamen cubano y se ubicó tercero en la región, detrás de dos escuadras mexicanas.

La competencia regional reunió a más de 150 equipos en las cuatro sedes mexicanas y la de Cuba. Los concursantes se enfrentaron a once problemas de programación que en todos los casos requirieron profundos conocimientos matemáticos, computacionales —la ACM estipula que los lenguajes de programación a utilizar son C, C++ y Java— y razonamiento lógico.

Los Punteros, de México, resolvieron ocho problemas en 1 089 minutos para adueñarse del primer lugar. El segundo puesto lo ocuparon los mexicanos del equipo Hausdorff con siete soluciones en 720 minutos. Los cubanos quedaron en la tercera posición también con siete, pero consumieron más tiempo, 1 061 minutos.

Este resultado supera ampliamente el 11no. lugar alcanzado por estudiantes de la UCI en Venezuela 2007.

Un sueño real

Durante el invierno chino, uno de los eventos más importantes es el Festival de Hielo que organizan los pobladores de Harbin.

Sin embargo, esta vez febrero traerá algo más que nieve y esculturas luminosas, pues hasta esa ciudad llegarán jóvenes programadores de todo el mundo en busca de un premio: proclamarse campeones en la final mundial del ACM-ICPC.

Para los cubanos es el cumplimiento de un sueño, luego de varios años trabajando por incluir un equipo nacional en el significativo certamen.

Los ánimos en la universidad villaclareña de todos los que participarán continúan exaltados y junto a ellos el de todos los que apuestan por una buena demostración en la final de Harbin.

Como Jorge Enrique afirma: «Ya hemos roto los pronósticos dos veces, en la competencia local en la UCLV y en la regional de la UCI, donde nadie esperaba que obtuviéramos esos resultados, ni siquiera nosotros mismos».

«Estamos —hablando como equipo— muy optimistas; tal vez volvamos a dar una agradable sorpresa», comentó Julio César Triana.

¿Una gran final en Cuba?

Cuba espera presentar su candidatura para organizar una final mundial de ACM-ICPC entre los años 2015 a 2019, toda vez que ya están distribuidas del 2010 al 2014 entre China, Malasia, Rusia, Polonia y España, respectivamente.

La actuación de la UCLV1 y la capacidad como anfitriona exhibida por la UCI impresionó gratamente a los organizadores del evento, quienes reconocieron la profesionalidad y el nivel de conocimiento demostrado por los equipos participantes.

Los primeros caribeños

En la competencia final en Harbin participarán representando a Latinoamérica, además de Cuba, siete equipos de Brasil, tres de Argentina, dos de México y uno de Venezuela y Colombia.

La actuación de los cubanos tiene como antecedentes más destacados el 11no. de la UCI en el evento de la Región Sudamericana Norte, celebrado en Venezuela 2007, y el 15 de la Marta Abreu, en evento similar de 2001.

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