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Huawei sorprende al mundo con el Mate 60 Pro

Con su nuevo teléfono celular, lanzado hace unos días, Huawei envía una clara señal de que no detendrá su desarrollo como empresa de alta tecnología. El fabricante chino ha logrado desarrollar su propio chip 5G con la ayuda de SMIC, el mayor productor de semiconductores del gigante asiático

 

Autor:

Yurisander Guevara

Sin mucho ruido mediático, Huawei lanzó el pasado 29 de agosto su nuevo buque insignia: el Mate 60 —que también tiene una versión «Pro»—, y tras unos días, la salida al mercado de este celular ha sido un verdadero misil con varias detonaciones.

Por un lado, está el equipo como tal, que es una «bestia» en cuanto a rendimiento y especificaciones técnicas. Por otra parte, el Mate 60 muestra la pericia china para superar bloqueos y sanciones en una guerra comercial que inició hace cuatro años y todavía está muy lejos de terminar.

Resurgimiento

El Huawei Mate 60 Pro es un portento tecnológico en toda regla. Con una pantalla gigantesca, una tasa de refresco envidiable, tres configuraciones de almacenamiento, múltiples cámaras y un chip «misterioso», el terminal compite con la gama alta de otras compañías y parece el resurgir de las cenizas de una empresa duramente golpeada desde 2019 por las sanciones del Gobierno de Estados Unidos.

El teléfono destaca por su diseño: la parte trasera es muy similar a la del Huawei Mate 40 Pro, pero con unos colores más llamativos. El módulo de cámara tiene un aspecto más discreto que el del Mate 50 Pro, que tenía una forma más original. Los materiales son de aluminio y cristal.

En el frontal hay un cambio importante: el Mate 60 Pro se olvida del notch y deja las cámaras y los sensores al descubierto. La pantalla es una OLED de 6,82 pulgadas, con resolución de 2 720 x 1 260 píxeles y una tasa de refresco adaptativa de 1 a 120 Hz.

El procesador es un Kirin 9000S, una variante del Kirin 9000 que no se sabe muy bien qué diferencias tiene. Es el último procesador de Huawei con 5G, ya que las restricciones de Estados Unidos le impiden fabricar o colaborar con otros fabricantes que usen tecnología del país norteño.

El Mate 60 Pro tiene conexión satelital, algo útil sobre todo en zonas rurales donde la cobertura tradicional falla.

En el apartado fotográfico, mantiene la resolución del sensor principal: una cámara de 50 megapíxeles con apertura variable de f/1.4 a f/4.0. Esto permite ajustar la profundidad de campo y la nitidez general de la escena, como en una cámara profesional.

El ultra gran angular llega con 12 megapíxeles, y el teleobjetivo alcanza los 50 megapíxeles. Este último ahora es más luminoso, con apertura f/3.0. Conserva los 3.5 aumentos ópticos y el zoom digital hasta x100.

La batería mejora bastante, subiendo hasta los 5 000 mAh y con carga rápida de 88 watts. La carga inalámbrica se mantiene en 50 watts y también tiene carga inalámbrica inversa. El software es Harmony OS 3.0.

Sorpresa

Con su nuevo Mate 60 Pro, Huawei lanza una clara señal de que no detendrá su desarrollo como empresa de alta tecnología. El fabricante chino ha logrado desarrollar su propio chip 5G con la ayuda de SMIC, el mayor productor de semiconductores del gigante asiático, lo cual lo pone de vuelta en la competencia de gama alta.

El teléfono, que no cuenta con los servicios de Google, vendió más de un millón de unidades en su primera semana, superando a su antecesor, según datos de la publicación digital Gizmochina.

Pero más que buscar un éxito global de ventas, Huawei ha apostado por el mercado interno, que no es nada despreciable si tomamos en cuenta que China es la nación más poblada de la Tierra.

El lanzamiento del Mate 60 Pro ha sido también una victoria simbólica frente a Estados Unidos. Según datos de Counterpoint Research, Huawei sigue siendo el primer fabricante en China si se tiene en cuenta la base asentada de dispositivos, es decir, la suma de todos los teléfonos vendidos este año y anteriores. Sin embargo, ha caído al sexto puesto en ventas trimestrales, superado por OPPO, Vivo, Apple y su antigua filial Honor.

Por supuesto, Estados Unidos no se ha quedado de brazos cruzados ante el avance de Huawei y SMIC. El Departamento de Comercio estadounidense anunció que está investigando a ambas compañías por su nueva tecnología de semiconductores. El objetivo del Gobierno de Joseph Biden es evitar que China alcance las tecnologías más avanzadas de fabricación de circuitos, por razones de «seguridad nacional y aplicaciones militares», según han declarado oficiales de esa administración.

Huawei todavía se enfrenta a grandes desafíos para recuperar su posición en el mercado global. Su litografía de siete nanómetros en el nuevo chip está por detrás de los procesadores de tres nanómetros que empezarán a utilizarse este año. Además, sin los servicios de Google, tiene muy difícil competir en Europa y otros mercados donde estos son imprescindibles. Aun así, el Mate 60 Pro demuestra que Huawei no se rinde y sigue innovando. Y ya sabemos que el que persevera, triunfa.

La ruta de coerción

En 2019, la Cámara de Comercio de Estados Unidos ubicó a Huawei en la tenebrosa Entity List, un listado de compañías a las que se les prohíbe comprar tecnologías o bienes de empresas norteamericanas sin una autorización del Gobierno de ese país.

La medida provocó la revisión de Google del acuerdo con Huawei y la consecuente suspensión de la licencia de Android para el fabricante chino.

Según un documento del Departamento de Comercio estadounidense firmado contra Huawei y revelado entonces por Reuters, a la Entity List se añadieron la empresa principal y 68 subsidiarias repartidas alrededor del mundo, desde Canadá hasta Japón.

Estados Unidos alegó en este caso que Huawei es una «amenaza nacional para la seguridad de las telecomunicaciones», y acusó a la empresa de espionaje. El 16 de mayo de 2019 el entonces presidente Donald Trump había firmado una orden ejecutiva que declaró una «emergencia económica», la cual empoderó al Gobierno para bloquear tecnologías y servicios de «adversarios foráneos» bajo la premisa de que constituyen «riesgos inaceptables», según reveló The Guardian. Aunque dicha orden ejecutiva no mencionó a ningún país o compañía en específico, se especuló que estaba dirigida contra Huawei.

Huawei respondió que un bloqueo de EE. UU. a su tecnología no haría a ese país más fuerte, sino todo lo contrario, con daños para las compañías y los consumidores a largo plazo. Y lo hizo porque, además de ser un fabricante de móviles, es referente global en el despliegue de redes de telecomunicaciones.

Empero, la administración de Donald Trump operó de la misma forma en que lo ha hecho contra Cuba, Venezuela, Irán o Nicaragua, por citar solo ejemplos, al imponer medidas de coerción, y así la Cámara de Comercio dictó el bloqueo a Huawei.

Google no tuvo otro remedio que cumplir con la orden y romper tratos con Huawei, medida a la que se sumaron los principales fabricantes de semiconductores y otras tecnologías. Cuatro años después, el Mate 60 Pro es una respuesta de lo que parecen ser significativos avances de China en la fabricación de semiconductores, una industria con pocos actores relevantes y repartida de forma mayoritaria entre Estados Unidos y el sudeste de Asia.

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