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La curiosidad visita el planeta rojo

El robot explorador más grande y costoso construido hasta la fecha viajará próximamente rumbo a Marte para buscar posibles evidencias de vida pasada

Autor:

Patricia Cáceres

Según un refrán popular, cierto día, en algún lugar por precisar, la curiosidad terminó matando al gato. Sin embargo, como toda regla tiene una excepción, esta vez la curiosidad llegará nada menos que al planeta Marte, y sin cobrar a cambio ninguna vida felina.

Y es que el próximo 25 de noviembre la agencia espacial estadounidense NASA enviará al planeta rojo un nuevo robot explorador llamado Curiosity (Curiosidad), el más costoso y grande construido hasta hoy, a bordo del cohete lanzador Atlas V.

Al parecer, el artefacto llevará consigo el laboratorio móvil más complejo enviado hasta la fecha: el Laboratorio Científico Marciano (MSL, por sus siglas en inglés), que  tendrá la expresa misión de buscar posibles evidencias de vida pasada en el planeta vecino, así sea de microbios.

El despegue de la nave que transportará al nuevo artefacto más allá de nuestra atmósfera está programado para las diez con 21 minutos del próximo 25 de noviembre, desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, en la Florida, Estados Unidos. No obstante, en caso de algún imprevisto, la NASA fijó un plazo hasta el 18 de diciembre para el lanzamiento.

De acuerdo con BBC Mundo, Curiosity aventaja a sus homólogos predecesores en tamaño y peso. Es el doble de largo y cinco veces más pesado que Spirit y Opportunity, los que por varios años cumplieron misión en el cuarto planeta del sistema solar.

El nuevo robot explorador se construyó a un costo de 2 500 millones de dólares y pesa casi una tonelada. Está equipado con una serie de instrumentos de análisis y cámaras de video para examinar el suelo, las rocas y la atmósfera del planeta.

Entre otras cosas, podrá convertir gases en sólidos para su estudio a través de un equipo de tres espectrómetros. Eso dará una idea más clara de si alguna vez hubo vida en el cuarto planeta del sistema solar.

La nave recorrerá 570 millones de kilómetros durante unos ocho meses y medio hasta agosto del 2012, cuando aterrice en el cráter Gale, en el lado sur del Ecuador del planeta rojo.

El robot permanecerá en ese lugar durante dos años, ya que allí existen distintas clases de suelos y una pequeña montaña, donde Curiosity podrá trepar y analizar muestras a diferentes alturas.

Teniendo en cuenta que el peso del robot resulta algo excesivo para aterrizar con un paracaídas, este se desprenderá primero de la estructura en la que viaja, que lo protege como si fuera un huevo dentro de un cascarón. Luego se encenderán unos propulsores en la plataforma descubierta para reducir la velocidad.

El descenso propiamente será con una especie de grúa provista de unas cuerdas. Sus seis ruedas y el sistema de suspensión harán que tome posición justo antes de aterrizar.

En declaraciones a la agencia AFP, el científico Ashwin Vasavada, segundo al mando del proyecto MSL, catalogó al robot como «el explorador científico más capaz que hemos enviado».

Asimismo, John Grotzinger, otro de los investigadores implicados, explicó a la agencia EFE que la parte del cráter donde se posará Curiosity posee un abanico fluvial probablemente formado por sedimentos arrastrados por agua. También se cree que las capas de la base de la montaña contengan arcilla y sulfato, ambos materiales formados con este líquido.

«Gale nos da una excelente oportunidad para analizar varios entornos potencialmente habitables y su contexto para entender un largo registro de la evolución temprana del medio ambiente del planeta», puntualizó Grotzinger.

Simulacro de un viaje

Mars500 (Marte500) es el nombre de una misión desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), que tuvo por propósito determinar cómo la mente y el cuerpo humanos enfrentarían un viaje espacial de larga duración, similar al que se debería emprender rumbo a Marte.

El estudio comenzó el 3 de junio de 2010 y finalizó el 4 de noviembre de este año. Se realizó en una instalación herméticamente sellada ubicada en Moscú, de un volumen de 550 m3, que reproduce una nave espacial interplanetaria, con un módulo médico, otro habitable dotado de seis pequeñas habitaciones individuales de unos 3 m2, un simulador de aterrizaje, así como un área compuesta por almacenes, zonas de experimentación, sauna y gimnasio.

La tripulación estuvo conformada por los rusos Alexey Sergeyevich Sitev, ingeniero y comandante de la misión; Alexandr Egorovich Smoleevskiy, físico y fisiólogo; y el cirujano Sukhrob Rustamovich Kamolov; así como por el ingeniero eléctrico y aeroespacial italocolombiano Diego Urbina; el ingeniero francés Romain Charles y el fisiólogo chino Wáng Yue.

Según BBC, los científicos de la ESA aguardaban impacientes los resultados de sus experimentos y la tripulación contaba las horas para volver a ver el Sol.

«Los astronautas en una misión real a Marte se tendrán que enfrentar a nuevos retos psicológicos puesto que estarán en alerta constante, ya que en caso de emergencia no podrán abrir la escotilla de la nave y salir a la calle», explicaron representantes de la agencia, de acuerdo con BBC.

«Vista desde Marte, la Tierra no será más que una estrella entre muchas otras, lo que puede crear un fuerte sentimiento de desapego, que no haría más que sumarse al resto de factores de estrés», agregaron.

Por ello, durante los 17 meses de misión simulada, los seis miembros participaron en un sinfín de experimentos científicos, que incluyeron la monitorización de la actividad cerebral, patrones de sueño, estados anímicos, así como de niveles hormonales.

Como parte del proyecto, los seis integrantes solo tuvieron un contacto muy limitado con el mundo exterior. La nave no disponía de ventanas y sus comunicaciones sufrieron el mismo retraso que enfrentarían en un viaje de tan larga distancia.

El tiempo de espera para que una pregunta fuese enviada y una respuesta fuese recibida era de alrededor de 25 minutos. De ahí que se recurriera a mensajes de textos como correos electrónicos y Twitter, así como a videoblogs.

Si bien algunos detalles de la misión real no pudieron ser simulados, como es el caso de la ingravidez o la radiación espacial, los investigadores han manifestado su satisfacción por la información que han logrado recopilar, y que ahora corresponde analizar.

«El programa ha sido completado. Todos los miembros están en buenas condiciones de salud. Ahora estamos preparados para más pruebas», expresó el comandante ruso Alexey Sitev, tras caminar por la puerta abierta de la «nave espacial», según el diario ABC.es.

¿Por qué es rojo Marte?

El color característico del planeta Marte no es una noticia nueva. Incluso los egipcios se referían a él como «el rojo». Basta observar el cielo nocturno desde la Tierra y localizar las coordenadas del cuarto planeta del sistema solar, para que su tonalidad de fuego nos parezca evidente.

De acuerdo con la NASA, la explicación de su llamativo aspecto se encuentra en sus rocas, muchas de ellas ricas en hierro, que al exponerse al aire libre se oxidan y adquieren su particular tono. Además, una vez que el polvo de óxido de esas rocas se eleva a la atmósfera, un aura rosada envuelve al planeta.

No obstante, satélites y vehículos de exploración han descubierto que Marte no es monocromático como se creía. Gran parte de su superficie es de un color caramelo y, según los minerales de cada zona, los paisajes pueden variar del dorado, beige y marrón a un suave verde.

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