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Faltan recursos, pero hay que soñar más

La carta de Wilfredo Alonso Díaz olía a nostalgia. Este mayabequense que no se conforma con las respuestas del tipo «no hay» o «no se puede» evocaba, en el Acuse del 29 de enero de 2013, cómo siendo aún jovencito conoció, sin salir de su pequeño poblado de Guara, en Melena del Sur, las mejores agrupaciones y talentos musicales del país.

A la memoria de Wilfredo venían los acordes y voces de la Aragón, Roberto Faz, la Riverside, Pacho Alonso, los Karachi, la Original de Manzanillo, Pello el Afrocán, la Monumental, Rumbavana… envueltos en el jolgorio de las fiestas tradicionales de Guara, que comenzaban un viernes y terminaban el domingo.

Este cubano, residente en la avenida 11 No. 180, entre 18 y 20, del citado pueblito rural, comparaba entonces aquellas vibraciones de sus años mozos con el menguado festejo de un solo día que tuvo lugar en Guara en 2012 —específicamente el sábado 27 de octubre— y no podía menos que sentir pena y preguntarse por qué.

Para colmo, la jornada señalada para la celebración estuvo afectada por descoordinaciones y problemas técnicos.

A propósito responden Yoselaine Arias Alazo y Olga Llanos Carrillo, directora de Cultura y directora general de Educación, Cultura y Deporte, respectivamente, de Melena del Sur. Informan las funcionarias que los festejos populares del municipio «se celebran cada año en el mes de noviembre durante tres días, brindándosele a la población variadas opciones, no solo culturales, sino también deportivas, gastronómicas, comerciales y agropecuarias».

Estas festividades son priorizadas en su aseguramiento por las direcciones provinciales, de manera que se efectúen con la mayor calidad posible, acotan. Y especifican que las de 2012 fueron evaluadas de buenas por la población, como había reconocido en su carta el lector.

Añaden que «en el caso del Consejo Popular, no se realizan festejos populares, pues no hay presupuesto ni recursos (...). Lo que se realizó en el Consejo Popular Guara el pasado 27 de octubre fue una “festiferia” con los recursos municipales con que contaban las diferentes direcciones implicadas (...) y se planificó para un solo día, pues insistimos en señalar que las fiestas populares tienen un carácter municipal y se realizan una vez al año según un calendario planificado...», argumentan las ejecutivas.

Sin embargo, señalan que lo anterior no significa que no se revise críticamente lo hecho durante el año 2012 en Guara y en otros consejos populares a fin de mejorar las acciones culturales y propiciar la actuación de grupos infantiles, juveniles y de adultos de la Casa de la Cultura, expoventas de artesanía, exposiciones de artes plásticas, venta de libros, etc.

Finalmente, apuntan las directivas que esta respuesta fue también comunicada al remitente en un encuentro que sostuvieran con él el 24 de febrero y donde planteó estar de acuerdo de manera general con lo contestado.

Agradezco la respuesta de las directivas mayabequenses, que está fechada el 25 de febrero de 2013, mas llegó a nuestra redacción el 4 de julio.

Es comprensible que los aseguramientos que el país destine de manera centralizada para las actividades culturales y recreativas vayan en gradual descenso desde la nación hasta el barrio. Las jerarquías y prioridades son lógicas. También resulta casi una perogrullada que para organizar la recreación hacen falta recursos: entiéndase pago a artistas y demás trabajadores, tecnología, gastronomía...

No obstante, me niego a creer que garantizar un entretenimiento y enriquecimiento cultural de altura en un pequeño poblado dependa solo de la cantidad de dinero que se pueda invertir en ello.

¿Cómo funcionan, por ejemplo, las peñas que, en cada provincia, todos los meses, convocan a encumbradas personalidades y a veces no existe para ellos más pago que reunirse con 20 o 30 de sus admiradores a leer poesía o descargar con la trova? Por otra parte, la realidad a menudo confirma que la articulación de iniciativas a partir del talento local tiene potencialidades inexploradas.

¿Por qué no se piensan y ofrecen opciones que logren recrear, entretener y no salgan tan caras? ¿Cuánto costaría, por ejemplo, organizar en el parque central de una localidad un torneo gigante de dominó y garantizar tres buenos premios para las parejas ganadoras? En fin... Casi siempre que se acude a la frase: «Se hizo lo que se pudo», quedará en el tintero mucho más que se pudo y no se hizo.

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