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Las tres razones de un desacuerdo

Luis Dain Gámez Piñón (Edificio 27, apto. 25, Reparto Caribe, Moa, provincia de Holguín) escribe para manifestar su inconformidad con una decisión adoptada por la Dirección Municipal de Planificación Física (DMPF) en su territorio que ha causado descontento en él y otros 11 usufructuarios de la tierra.

Cuenta el remitente que en una reunión con la DMPF les notificaron que los terrenos adquiridos por esos agricultores en calidad de usufructo serían desmantelados para la construcción de viviendas. Y les informaron que debían ya recoger sus producciones.

En el caso particular de Luis, refiere que se le concedió ese terreno desde enero de 2009, tal y como se muestra en el registro 647541 del Registro de Tenencia de la Tierra, y de Certificación de Tenedor Inscripto del Ministerio de la Agricultura.

Y las razones para objetar tal decisión son, según Luis, tres. En primer lugar, que esos usufructuarios y sus familias viven de lo que ellos sean capaces de producir. En segundo lugar, porque se echaría abajo la idea de hacer de cada pedacito de tierra una parcela para la producción de alimentos.

Y en tercer lugar, por los daños que traerá allí la ejecución de viviendas al medio ambiente, la flora y la fauna de la zona. Incluso, manifiesta Luis que la representante del Citma en el territorio no aprueba la idea por ser esa un área húmeda donde corren un río y varios manantiales.

«En mi opinión, afirma, para la ejecución de viviendas que se pretende deberían tener en cuenta otros terrenos de mejores condiciones de firmeza en el suelo. Sería bochornoso, como ha ocurrido en otros lugares, que se han comenzado las labores de construcción, y con el paso de los días han tenido que echar por tierra esas ideas, porque las irregularidades del terreno no permiten continuar, y los recursos utilizados quedan a merced del tiempo y la destrucción».

Precisa que su inconformidad fue puesta en conocimiento, no solo de la representante del Citma, si no de las máximas autoridades gubernamentales y políticas del municipio, y de Planificación Física.

«Espero tengan en cuenta mi queja, que no solo habla de mi persona, sino de otros 11 usufructuarios, todos jubilados ya sea por edad o por enfermedad, y que su único sostén es ese pedacito de tierra al que han dedicado varios años de su vida», concluye.

Gratitud de una madre

Yenisey González Ruiz (Ramiro Lavandero No. 29, Ranchuelo, Villa Clara) es una madre agradecida, porque celebró los 15 de su hija Daniela Beatriz el pasado 13 de octubre, en el hotel Mar del Sur, de la cadena Islazul, en Varadero. Como su hija deseaba: solo fotos y una excursión.

«Las atenciones en el hotel, refiere, fueron maravillosas, tanto por los custodios, las carpeteras, los empleados del bar, la parrillada, el restaurante, el caney de la playa y las camareras.

«Mis hijas disfrutaron mucho su estancia. También llegue mi agradecimiento al personal de la terminal de Varadero, que a pesar de tener el pasaje para el carro de las seis de la tarde, que estaba cancelado, nos embarcaron en el de las dos, con un trato muy afable», concluye Yenisey.

Ojalá siempre los cubanos nos tratáramos así unos a otros. 

Concluyo disculpándome con los lectores, porque en la edición de este miércoles de Acuse de recibo, salieron dos erratas en cuestión de fechas: Donde debió decirse 24 de septiembre, salió 24 de octubre. Y donde salió 2918, debió publicarse 2018. Este redactor cometió el error mecánico, y la cadena de revisión no lo detectó. Perdón.

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