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El misterio de una pensión extraviada

Tania M. Roque Alfonso (López Coloma, edificio 59, apto. 24 G, reparto Frank País, Colón, Matanzas) denuncia hoy un raro misterio con el pago mediante tarjeta magnética de la pensión a su mamá de 77 años, jubilada.

 Cuenta que, según el Banco Popular de Ahorro (BPA) le ha informado, no le depositan el dinero de la pensión a la señora en su tarjeta magnética, si no a la tarjeta de una persona que vive en Camagüey, y la cual  coincide con el carné de identidad de su mamá.

 El misterioso asunto  comenzó a suceder hace unos seis meses. Y a la madre de Tania  le han pagado por el método de pago en línea. Pero en mayo, desde el día 18, cuando le correspondía cobrar, y hasta la fecha, la señora no ha no ha podido cobrar porque su tarjeta está en cero, y supuestamente la persona de Camagüey lo cobró el 17 en un cajero automático.

 Tania comenzó a llamar al BPA en Colón y no le daban respuesta. Al fin, le contestaron que el problema estaba en manos de la Banca Electrónica, y que le depositarían a su mamá el dinero el 27 de mayo. No fue así, y no ha sido aún. Y la filial del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS) en Colón le responde que el problema está resuelto, pero no aparece el dinero.

 El 16 de junio recibí otro correo de Tania, alertándome que, según le había dicho la gerente comercial del BPA de Colón, ya estaba todo resuelto y no iba a suceder más. Que iba a cobrar su pensión este 17 de junio. Y ayer me volvió a escribir. La tarjeta magnética amaneció sin el dinero.

 «Mi mamá, dice, se mantiene en casa cumpliendo las indicaciones del país por el coronavirus. Pero, además, está limitada físicamente por una fractura de cadera; y me dice que muchas aulas tuvo que limpiar y mucha basura tuvo que recoger en su vida para que ahora le suceda esto.

  «No entiendo por qué cosas como esta suceden, y más en una entidad tan precisa y “casi perfecta” como el Banco Popular de Ahorro. La jubilación de mi mamá no puede quedar en el aire».

 En medio de situación tan excepcional como esta pandemia, ¿cómo es posible que una anciana esté penando por el dinero que necesita?

¿Por qué tanta demora?

 Marbelys González Linares (Calle 13 no. 23, entre 4ta. y 6ta., reparto Camacho, Santa Clara) es una joven que inició su adiestramiento como profesional en Planta Mecánica de esa ciudad y solicitó un cambio para completar su servicio social.

 Desde febrero de este año ella fue liberada por el director de dicha empresa y está en trámite para laborar en el Consejo Electoral Municipal de Santa Clara y en estos momentos aún no ha recibido respuesta.

 Los papeles están en el grupo Empresarial de la Sideromecánica, al que pertenece Planta Mecánica. Y Marbelys conoce que la capacitadora es la encargada de tramitar el proceso a distancia.

 Pero la joven no ve los resultados y se pregunta si en esta era de las tecnologías digitales, es posible que un cambio de boleta de un adiestrado se aletargue tanto, al punto de que una entidad interesada en recibirlo tenga que esperar tanto, y ese profesional soporte pasivamente que algo tan sencillo se enlentezca al punto de perder las esperanzas.

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