Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Javier Dueñas

Frente al espejo

Regalos del saber

«He disfrutado muchísimo de esta lectura (En automóvil, Ciro Bianchi Ross, página de Lectura, 15 de agosto). Gracias, Ciro, por regalarnos cada domingo un poco de tu conocimiento. Desde hacía rato quería leer sobre la historia de La Habana y sus calles». (Richard Landy Coll Pérez)

«Por suerte —o por desgracia— en este mundo siempre ha habido y habrá de todo: gente que solo sabe mirarse a sí misma, egoístas, insensibles, fríos, calculadores. Pero también, con frecuencia, sopla una brisa fresca y reconfortante, cuando nuestra mirada coincide con la de alguna de esas personas que nos hacen olvidar la parte amarga de la vida.

«Mientras exista ese tipo de personas, capaces de mostrar todo lo verdaderamente humano que guarda su corazón, creo que será posible sobrevivir. Hay que hacer lo posible por recordar los momentos agradables, y sepultar en el olvido a los que se comportan como las mujeres de las maletas (Por favor, las gracias, Yoelvis Moreno Fernández, 14 de agosto). Algún día la vida les pasará la cuenta, pero ya será tarde». (Pepe)

«Buen tema, Amaury (El guardián de la PC, Amaury del Valle, página temática Informática y nuevas tecnologías, 29 de julio). No se imaginan las cosas que me encuentro por ahí, gente que prefiere una mesa de lujo donde poner la PC y no compran la UPS. Yo únicamente les digo que han invertido en un castillo con los cimientos de cartón... Ah, y pocos te escuchan». (Eddy)

«Querido Luis Luque Álvarez, ¿qué más decir? Es un análisis perfecto de nuestra situación (La hora de Fini, 14 de agosto). Yo soy italiano y puedo confirmar todo lo que has dicho. (Marco Corrias)

«Realmente hacía rato que no leía esta sección (Tecla del Duende), pero decidí ponerme al día y he leído muchos de los anteriores trabajos que me había perdido. Me ha dado una gran alegría ver que el espíritu de Guillermo Cabrera continúa vivo. Los tecleros siguen creciendo de forma vertiginosa. Es como si se tratara de un “vicio” incurable: aunque estemos meses e incluso años sin acudir a esta sección, en cuanto volvemos a probarla, irremediablemente nos volvemos a “enfermar”… Para el Duende mi admiración por enfrentar con humildad el reto de seguir cultivando lo que sembró el Guille. A los tecleros, gracias por no conformarse: este espacio tiene que seguir haciéndonos soñar». (Oscar)

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