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La tecla del duende

Hablar español

Castellano, dirán algunos; español, idioma nuestro así, con la fuerza de una palabra simple, dirán otros. Hoy es su día, en homenaje al gran Cervantes, pero quiero dedicar esta columna a una profesora de Español Literatura en Preuniversitario. Se nombra Yeniley Espinosa Martínez y es lectora de nuestra columna desde hace más de diez años, utilizando algunos de los textos que publicamos en sus clases. Para ella, para su pequeña ocurrente y para sus estudiantes, las siguientes palabras.

 Idioma mío

 ¿Para qué me exigen dominar bien el idioma español, si quiero hacer ciencia? Así me preguntaba un estudiante de preuniversitario, casi en la misma cuerda de otra joven, sintiendo predilección por el arte y odio por las Matemáticas. Pero de álgebra, geometría y aritméticas no hablaré hoy. Del idioma, que viste nuestras palabras y emociones, sí. Porque este español nuestro es la expresión de lo que somos, es la elegancia de lo que somos. Imagina, futuro científico, un cambio en el nombre de tu hallazgo, y ya no sería tuyo. Supón que con todos tus conocimientos no seas capaz de expresar en qué trabajas. O que leyendo un texto de tu especialidad, extravíes el sentido de la lectura por determinada palabra.   

 No es necesario que me respondas, pero mi objetivo no es que calles. Exprésate, pero correctamente, y reflexiona sobre la secuencia del idioma que se asemeja a un hallazgo. Así como hoy te expresas, se expresaron tus padres. Primero los imitaste, luego los comprendiste y luego innovaste.  El idioma es parte de la secuencia en tu investigación.

 No todo está dicho: el español es un sistema vivo, surgirán nuevas palabras. ¿Te gustaría aportar al idioma desde la ciencia?  Imagina un verbo nuevo que exprese la acción de tus indagaciones. Imagina que explicas ese verbo y tu ciencia, disertando con un idioma fluido, y que te pregunten: ¿Por qué usted no fue filósofo, periodista o escritor? Y responderás: Porque decidí ser un científico de calidad, y ello implica dominar el idioma de mi nación.  

 Graffiti

 Tití, en estos días de encierro tus mensajes son mi luz. Extráñame. Tu princesa.

 Oso: Necesito tus abrazos, aunque sea a distancia. El verdadero amor no reconoce kilómetros. Tu osa.

 Yanna: Sigo buscando una voz que me explique tu silencio. Preferiría que hables tú. Charly.

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