Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Norland Rosendo

Tiempo extra

Roce

La noticia se ha ido colando en los aros mediáticos más lento de lo que debía: el equipo Capitalinos, rey de la pasada Liga Superior de Baloncesto (LSB), participará este año en la Liga de las Américas, el torneo de clubes campeones de más alcurnia en el continente.

En las ocho ediciones anteriores nunca hubo un plantel cubano. La inclusión ahora fue una gentileza de Fiba Américas, que asumió la cuota de inscripción del plantel insular; así que el Tren de la capital viajará en calidad de invitado.

Al certamen acuden 16 equipos, divididos en cuatro grupos. Los nuestros fueron ubicados en el apartado D, el último en jugar la fase clasificatoria, entre el 5 y 7 de febrero en Barquisimeto, Venezuela, junto con los Capitanes de Arecibo (Puerto Rico), UniCEUB (Brasil) y el anfitrión Guaros de Lara. De esos, solo dos pasarán a la siguiente ronda.

Todos son grupos difíciles; pero este lo es en extremo. El conjunto boricua fue subcampeón de la Liga en 2011 y bronce dos años después; el club brasileño se quedó a un peldaño del podio en 2012 y 2013, y los locales cuentan en su nómina actual con varios jugadores de la selección nacional que ganó el torneo Fiba Américas 2015.

Aunque el Tren articuló a su maquinaria cinco «coches» de otras selecciones: Osmel Oliva (Artemisa), los avileños Joan Luis Haití, William Granda y German Clark y Carlos César Villegas (Camagüey), no contará con dos de sus estelares: Jasiel Rivero y Lisván Valdés.

Ambos cumplen contratos en el extranjero, el primero recién se recuperó de una lesión y ya se reincorporó a la liga uruguaya, y el segundo partió hace poco para Bolivia. De la justa profesional charrúa sí vendrán Haití y Granda.

Sin embargo, lo más preocupante no es la composición del equipo, en el que sobresalen también los habaneros Orestes Torres y Karel Guzmán, sino el poco tiempo previsto para entrenar juntos los 12 convocados.

Para Reinel Panfet, al frente del colectivo técnico, lo más aconsejable, con la Liga Superior en marcha, hubiera sido dos semanas de preparación para adquirir un mínimo de team work.

«¿Si otros deportes, como la pelota, detienen sus torneos para cumplir compromisos internacionales, por qué no se pudo hacer ahora con el baloncesto?», se pregunta Panfet, preocupado por la imagen que pueda dejar Cuba en la Liga.

Con esa duda JR se acercó a Ruperto Herrera, presidente de la Federación Cubana de Baloncesto. «Si detenemos la LSB más de dos subseries, hay que correr el calendario y se reduce el tiempo de entrenamiento de la preselección nacional con miras al Centrobásquet de junio.

Se hubiera podido, no obstante, buscar otra alternativa para garantizar la concentración de los atletas –al menos, el tiempo mínimo indispensable- y ensayar variantes defensivas y para el contraataque que doten a Capitalinos de mejores opciones competitivas, según el plan táctico previsto por los entrenadores.

La invitación este año a la Liga de las Américas es una puerta que no se debería dejar cerrar por lo que representa para el baloncesto cubano, para los atletas en sí y para la afición. Un buen tiro inicial puede ser un canastazo para el futuro.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.