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El Ballet Nacional de Cuba ofrece gala por el VII Congreso de los universitarios cubanos

El afamado colectivo, bajo la dirección de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, se presentará, con entrada libre de público, en el Estadio Universitario Juan Abrahantes como regalo a la máxima reunión estudiantil Programa de la gala Karateca, médico y... delegado directo

Autor:

Margarita Barrios

El Estadio Universitario Juan Abrahantes será nuevamente el escenario. Han transcurrido 50 años y volverá a reeditarse la memorable experiencia. En el centro del terreno se montarán otra vez las tablas y en el público estarán los estudiantes. Ocurrirá un nuevo abrazo del Ballet Nacional de Cuba con la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

Miguel Cabrera, historiador del Ballet Nacional de Cuba. Foto: Roberto Morejón «Hemos preparado todos los detalles con mucho cariño. Son festejos, aunque haya una memoria triste por los que cayeron en la lucha y no pueden estar, pero es también un recuerdo alegre, porque ellos dieron apoyo y vida a lo que disfrutamos hoy», dijo en entrevista concedida a JR el historiador del Ballet Nacional de Cuba, Miguel Cabrera.

Con entrada libre de público, y a partir de las nueve de la noche del próximo lunes 18 de diciembre, las primeras figuras del Ballet Nacional de Cuba ofrecerán este regalo al VII Congreso y a nuestros universitarios.

«Alicia ha dicho: "Con la FEU hemos mantenido, durante más de 50 años, un matrimonio feliz", recordó Cabrera. Ella está muy emocionada con este reencuentro, y ha redactado unas palabras muy hermosas que pronunciará ese día».

EN LA MEMORIA

La primerísima bailarina Alicia Alonso recibe el aplauso del público al terminar su interpretación de La muerte del cisne, en el Estadio Universitario, el 15 de septiembre de 1956. El acontecimiento reeditará lo ocurrido el 15 de septiembre de 1956. En aquel año la tiranía de Batista enfrentaba su más dura crisis por la repulsa popular, y ensayó una hipócrita maniobra. Sus esbirros ahogaban al pueblo en la sangre de sus mejores hijos, y los voceros oficiales intentaban toda clase de esfuerzos por mostrar ante el mundo una falsa preocupación por las actividades culturales.

Con ese fin fue creado el llamado Instituto Nacional de Cultura, en cuya dirección el sátrapa situó a Guillermo de Zendegui, un apóstata múltiple con la misión de presionar a los más prestigiosos organismos y creadores artísticos para que presentaran sus espectáculos y desarrollaran sus labores como voceros del régimen, so pena de verse privados de las exiguas asignaciones presupuestadas por el Estado para el fomento de la cultura.

El Ballet de Cuba no escapó a esas pretensiones. La política de chantaje que desplegó el Instituto halló el total repudio de la gran bailarina y sus colaboradores, por lo que el régimen, mostrando su verdadero rostro, decidió suprimirle la irrisoria subvención que gracias a las enérgicas gestiones de la dirección de Cultura de la FEU y otros sectores progresistas del país, recibía del Estado desde 1950.

El falso argumento esgrimido era que la compañía se mantenía aislada del pueblo, siguiendo una orientación distinta a la que el régimen trataba de dar a sus iniciativas culturales.

La agresión contra Alicia y el Ballet provocó una conmoción nacional y contrariamente a lo que habían pensado, la medida se convirtió en un bumerán para sus promotores.

La página más honrosa de esta crisis tuvo por escenario el Estadio de la Universidad de La Habana, la noche del 15 de septiembre de 1956. En aquel acto, donde se fundieron artistas y pueblo, emergería de la clandestinidad Fructuoso Rodríguez, para patentizar el respaldo estudiantil al Ballet. Allí Alicia interpretó La muerte del cisne, obra que para muchos tomaba en aquellas circunstancias un dramático simbolismo.

GÉNESIS DE UN ABRAZO

Miguel Cabrera asegura que, entre las páginas más hermosas del Ballet Nacional de Cuba está su relación con la FEU y la Universidad de La Habana, porque el vínculo no fue solo bueno con el estudiantado, sino también con el rectorado y los profesores, que salvo escasas excepciones, tuvieron siempre una total comprensión de la importancia de crear en la Cuba de los años 40 una compañía danzaria.

«Esa histórica presentación del ballet fue hace 50 años, pero ya en 1948 había una relación, incluso antes. En 1947 una estudiante de Filosofía y Letras y dirigente de la FEU, Ángela Grau, le hizo una entrevista a Alicia Alonso para la revista Redención.

«En esa entrevista la Alonso dijo que era un crimen que se dejara perder tanto talento en Cuba. "¿Es que a nuestro país no le interesa desarrollar el arte y la cultura?", se preguntó Alicia, porque hay personas que quieren hacer ballet y no tienen apoyo, entonces se van y los talentos se pierden para el país».

Cabrera recuerda que, cuando finalmente se crea la Compañía, se demostró que el estudiantado cubano debía y podía entender el ballet.

«De aquellos años hay fotos de Alicia con José Antonio Echeverría, con Juan Nuiry, con Fructuoso Rodríguez, con Machadito. Entonces era un sueño, pero he meditado mucho sobre eso y pienso que no hay asunto que pueda lograr más adeptos que una utopía».

LAZO QUE PERDURA

Aunque los tiempos cambian, los objetivos son los mismos —asegura Miguel Cabrera—, pues las nuevas generaciones de estudiantes no están ajenas a ese enlace con la cultura.

«Yo tuve la suerte de participar en la organización del homenaje que se realizó en 1986, en el 30 aniversario, cuando el Ballet también estuvo en el Estadio Universitario. Han pasado los años, y la tradición no muere.

«Ahora ha coincidido con una gran gira de la compañía por Gran Bretaña, Egipto y España; sin embargo Alicia quiso esperar el regreso, pues quería que estuvieran todas las principales figuras, y participar también ella».

—Otra vez se reencuentran el Ballet y la Universidad

—Sí, varias veces ha bailado allí. En 1971, por ejemplo, se hizo la coreografía Edipo en la Plaza Cadenas, y Alicia bailó Carmen en la Escalinata.

«Hay un gusto en los universitarios por el ballet, y lo que hacemos es recoger los frutos del trabajo de divulgación masiva que realiza la Compañía.

«Recientemente realicé una clase didáctica en la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), llamada Un encuentro con la danza, la técnica, la expresión y los estilos. Se hizo por circuito cerrado, y el interés fue tan grande que hicimos luego una función allí, para todo el estudiantado de ese centro.

«Por eso puedo asegurarte que esa relación entre el Ballet y la FEU fue y es de mucho amor, mucha comprensión, es de oro de 60 quilates».

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