Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Puente solidario desde las telecomunicaciones

Trabajadores de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba en Artemisa marcharon a Oriente a reparar lo que Melissa dañó

Autor:

Adianez Fernández Izquierdo

 

ARTEMISA - Pocos días faltan para que el calendario marque el 6 de noviembre y nos recuerde que, hace justo un año, estas tierras sufrieron el azote del huracán Rafael, un poderoso fenómeno muy similar a Melissa que hoy arranca lágrimas en el oriente de Cuba.  Y si entonces no nos sentamos a llorar, hoy tampoco lo haremos, máxime cuando esta vez también afloran las muestras de hermandad que nos caracterizan.

Llevados por la solidaridad innata del cubano, ocho trabajadores de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba en Artemisa marcharon hoy a Oriente a reparar lo que Melissa dañó.

En la Dirección Provincial de Etecsa, un grupo de trabajadores despidió a esta avanzada. Se trata de una brigada de cables, con seis integrantes, más un especialista de planta interior y Yoslier Noriega Sánchez, jefe del Departamento de Operaciones, quien marcha al frente.

En la Dirección Provincial de Etecsa, un grupo de trabajadores despidió a esta avanzada. 

Yuri Vargas Nápoles, director territorial de Etecsa, señaló que «esta es la primera de nuestras contribuciones a los hermanos del oriente del país que el año anterior nos ofrecieron su solidaridad. Convidó al resto de los trabajadores a colaborar en lo que puedan con la recuperación y le pidió a sus muchachos mucha disciplina y responsabilidad, pues es importante también que cuiden su integridad».

Mientras, Leydi Alfonso Espinosa, especialista en Comunicación de la Dirección Territorial, aseguró que ellos parten a devolver comunicación, que es también esperanza y tranquilidad para familias enteras que necesitan hablar con sus seres queridos distantes.

Son en su mayoría jóvenes, pero algunos como Yunier Macías Pulido, jefe de brigada, ya acumulan experiencias en la recuperación en otras provincias. «Esta será mi octava ocasión. Ya he estado en Pinar del Río, dos veces en Guantánamo, Camagüey, Santiago de Cuba… y ahora estoy aquí, de nuevo ayudando a mis compañeros que lo necesitan, tal como ellos lo han hecho con nosotros».

Llevamos nuestra fuerzas y equipamiento necesario para asumir las labores de recuperación: motosierras, taladros, motobomba, una planta. La tropa está motivada, ya tenemos experiencias anteriores y allá vamos a levantar postes, cables, árboles caídos.

En casa, sus dos hijos, la esposa y la madre y la abuela, esperan convencidas de que, como tantas otras veces Yunier, regresará a casa con el deber cumplido y la satisfacción de haberle devuelto a otros la posibilidad de acercarse, mediante la comunicación, a sus seres queridos.

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