Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Miriam Rodríguez Betancourt dialogó con nuestros lectores

La profesora Titular de la Facultad de Comunicación, de la Universidad de La Habana, contestó las más diversas preguntas de nuestros lectores

Autor:

Redacción Digital

Danilo Rodríguez: Profesora, soy español y me enorgullece que la sangre española siga viva en Cuba y en América en muchas personas como usted. Me gustaría que nos contara sobre su familia española. ¿Cuándo fue que llegaron a Cuba? ¿De qué región de España eran? ¿Y cuál ha sido su relación con la tierra de sus ancestros?

M.R.B: Gracias, Danilo, por su interés. Pues le cuento: mi padre, asturiano, mi madre, canaria. Ambos llegaron a Cuba en las primeras décadas del siglo pasado. Crecí en una familia muy unida a sus parientes en España, a las tradiciones y costumbres de su tierra. Además, por mi formación literaria, leí y me siento vinculada de modo importante, a la cultura hispana.  He tenido la oportunidad de visitar España en tres ocasiones, hice mi doctorado en la Universidad de La Laguna, escribí un libro de entrevistas sobre los emigrantes asturianos titulado Asturias en la memoria que, lamentablemente, no puedo enviárselo por carecer de suficientes ejemplares. Quizás esté en la WEB. Lo saludo desde mi sangre española.

Roberto: Profesora, ¿cómo fue que llegó a las aulas?, ¿cuán difícil fue renunciar a la práctica diaria del periodismo?

M.R.B: Saludos, Roberto. Verá, llegué a las aulas… porque siempre me ha costado mucho trabajo decir que no cuando piden con amabilidad. Había necesidad de docentes de Periodismo en aquella época y, después, yo misma me fui «enredando» con el compromiso con los estudiantes, en fin. Sí, me fue difícil renunciar al ejercicio del Periodismo, que es, como usted bien dice, esa práctica diaria, pero como he dicho en otra ocasión, decidí asumir la docencia libre de complejos de culpa, y tratar de cumplir con ella al máximo de mis posibilidades.

Anabel Pérez: Saludos y es bueno saber que existen profesoras tan brillantes y queridas como usted. Me gustaría que reflexionara sobre la siguiente pregunta: ¿Es el magisterio una profesión ingrata?

M.R.B: No, Anabel, de ninguna manera. Lo que sí es difícil, requiere mucho esfuerzo, mucha entrega. Pero pocas profesiones tienen tantas gratificaciones como el magisterio: ver cómo crecen tus alumnos, cómo saben prescindir de ti, cómo triunfan en sus carreras. Y, luego, cómo te recuerdan.

Yo he aprendido a admirar a los buenos profesores con los que he compartido cátedra, reuniones y experiencias. A los que me han enseñado métodos, ejemplos. El maestro transmite noblemente sus conocimientos, y eso es impagable, y así lo reconocen los alumnos que fuimos ayer, los que son hoy y los que serán mañana.

José Francisco Rivero: Desearía saber si actualmente en los cursos de formación universitaria en Comunicación se analiza en profundidad y rigor la obra periodística de Juan Gualberto Gómez. ¿Cuál es su opinión sobre esta importante figura del periodismo de Cuba? Reciba usted mi saludo más cordial.

M.R.B: Hola, José Francisco. Qué bien que te interese la figura de Juan Gualberto, un patriota entero. Puedo decirte que no lo estamos analizando en profundidad y rigor, como dices, y como sería la única forma de hacerlo, en la formación universitaria de Periodismo, aunque ahora estamos preparando una materia relacionada con Grandes Periodistas cubanos en la que, por supuesto, está incluída su vida y obra. Esa materia deberá entrar en el próximo curso.

La Unión de Periodistas de Cuba arropa una cátedra con su nombre; te sugiero dirigirte a ellos ya que vienen realizando un trabajo intenso sobre Juan Gualberto.

Mario: Por lo que leí ha abordado usted en sus libros la entrevista y la crónica. ¿Por qué no ha escrito del reportaje?

M.R.B: Mi saludo, Mario. Buena tu pregunta que me hace pensar en la respuesta. Así es, es una asignatura pendiente que espero aprobar con la elaboración que ahora estoy realizando de un librito —por pequeño— sobre Géneros Periodísticos en el que abordo el «género de los géneros». Espero que lo leas.

Leidys: No tuve la oportunidad de ser su alumna en la Facultad pero sí de leer sus libros, imprescindibles en nuestra formación. Me gustaría que comentara sobre las nuevas generaciones de periodistas y el ejercicio que están realizando, es decir, ¿qué opinión le merecen las entrevistas que lee diariamente, hechas por los jóvenes?

M.R.B: Gracias por tu reconocimiento sobre los textos que he escrito. Yo creo que los jóvenes periodistas que ahora ejercen lo están haciendo muy bien, en consonancia con la época que les ha tocado vivir. Forman parte de una generación más preparada, con mayores oportunidades, en una circunstancia de su país y del mundo especialmente compleja, promisoria y con un desarrollo superior.

De ellos leo entrevistas muy buenas, me gusta cómo abordan los temas; son desprejuiciados, y responsables en la búsqueda de información contextual.

Luis Eduardo González: Hola, profesora. No soy periodista, sino informático, es por ello que me gustaría preguntarle qué modificaciones debe hacer el periodismo con los crecientes progresos de las TIC, especialmente los blogs y las redes sociales como twitter y facebook. Saludos.

M.R.B: Hola, Luis Eduardo. No eres periodista, sino informático, y yo, al revés. De manera que no puedo darte una respuesta «sesuda» en torno a tu pregunta, así que excúsame esta limitación. Lo que creo al respecto es que el Periodismo más que modificarse, tiene que emplear estos extraordinarios instrumentos para comunicar mejor y con más eficiencia, aunque, por supuesto, la profesión de hoy no será la misma en cuanto a sus modos de hacer que la de ayer. Pero yo apuesto, como decía Umberto Eco, más por «el supremo arte de comunicar» que por la tecnología, con todo el respeto —hasta mayor por mi ignorancia— que le tengo.

Luis: ¿A qué se debe que muchos de las entrevistas realizadas por periodistas de nuestros medios de comunicación, llámese TV, periódicos, etc., son tan superficiales o preguntan induciendo la respuesta del entrevistado? ¿Qué debe hacer un periodista cuando entrevista, por ejemplo, a alguien con determinada responsabilidad, y recibe evasivas por respuesta? ¿A qué cree usted que se deba la poca cantidad de periodistas en la prensa plana que hacen crítica constructiva ante lo mal hecho o con deficiencia?

M.R.B: Estimado Luis: Tus preguntas requerirían otro libro… Bromeo, pero, sin duda, necesitarían respuestas de mayor reflexión. No obstante, no las eludo. Vayamos una por una: la primera: Coincido contigo en que muchas entrevistas —nuestras y ajenas, por cierto—son superficiales, preguntan para salir del paso, etc.  Puede deberse a muchos factores: censura y autocensura, falta de tiempo, de talento, de profesionalismo. Desde el aula, desde las redacciones, desde los receptores, hay que combatir estas deficiencias que atentan contra un género tan periodístico como la entrevista.

La segunda: Cada entrevista, cada entrevistado, tienen sus propias características y dinámicas. Yo puedo dar una opinión general en relación con lo que preguntas, pero en «la concreta» lo tiene que resolver, a su leal saber y entender, el propio periodista. Yo diría, y lo he dicho siempre en clases sobre este género: Venza las evasivas, busque recursos para «entrarle» al entrevistado por el ángulo menos esperado, obtenga las respuestas que necesita, caiga pesado si no hay otro remedio. ( Pero sé que no siempre es posible porque hay entrevistados expertos en evasivas, y, además, en radio y televisión sobre todo, usted tiene un determinado tiempo que restringe estas acrobacias. La vida del periodista, amigo Luis, es dura).

La tercera: Me remito a la primera pregunta, pero añado que, como seguramente adviertes en nuestros medios en los últimos tiempos, tanto en medios capitalinos, nacionales y del resto de las provincias, crece la cantidad de periodistas que critican lo mal hecho y las deficiencias. Y seguirá creciendo esa vertiente del Periodismo, y mucho más en nuestra sociedad, que es ejercer el criterio, como dices tú, constructivamente, lo cual supone responsabilidad y audacia, que no son términos excluyentes. No hay de otra, como dice el modismo mexicano.

Rosa M: Decía usted en El otro lado de la luna que hay que entender el periodismo como una actividad de alta complejidad cultural. ¿Cómo llevar esa concepción a la práctica?

M.R.B: Veo que has leído la entrevista que ese joven y brillante periodista que es Jesús Arencibia; me la hizo hace poco. Y que te llama la atención una de las ideas más importantes que traté en ese diálogo, no porque yo lo haya afirmado, sino por la trascendencia que tal concepto implica en nuestra profesión, muchas veces tratada solo como una tarea de transmisión y no de interpretación. Yo pienso que en cada uno de los periodistas es como se materializa el concepto, y, por supuesto, en la formación de los estudiantes de Periodismo.

Cuando un periodista comprende que esta es una profesión que comienza todos los días y, por tanto, tiene que superarse todos los días para tratar de entender el mundo que le rodea, cada vez más complejo en todos los aspectos, lleva a la práctica esa concepción a la que aludí. Y después, la responsabilidad con que trabaje, la inconformidad con su propio quehacer, su sentido de la ética y del deber.

Pudiéramos hablar mucho más al respecto, te agradezco la observación.

Mauricio: Profesora, ¿puede llegar a ser realmente el periodismo el cuarto poder en una sociedad?

M.R.B: Mauricio, yo no sé si es el cuarto, el quinto, el tercero, pero sí estoy persuadida de que ocupa un lugar entre los poderes. Tiene una fuerza muy grande: si se ejerce con honestidad  contribuye a despertar conciencias, si se ejerce al servicio de la mentira y la desinformación, corrompe, adormece. Hoy asistimos, como sabes, a un ámbito mediático internacional en el que se desvirtúa, tergiversa y miente acerca de las realidades de nuestros países, de sus luchas por un mundo mejor. Sin embargo, esa fuerza extraordinaria que mencioné anteriormente, si es negativa, tiene una vulnerabilidad: la vida misma de la gente, sus experiencias cotidianas, el contraste con la realidad sufrida.  Ante eso, retrocede la mentira, retrocede la influencia mediática.

Tony: ¿Qué tendría que alabar y criticar del diario Juventud Rebelde?

M.R.B: Hola, Tony. Me pone a pensar porque estoy tan entusiasmada con JR, con sus trabajos críticos, con el desarrollo de los jóvenes periodistas que escriben en él, con las oportunidades que abre a los estudiantes de Periodismo para que realicen sus prácticas  pre-profesionales, que me hace perder, lo comprendo, la observación de las deficiencias o las insuficiencias.

Meditándolo un poco, a tenor de su al parecer fácil pregunta (solo al parecer), resumo: yo quisiera que de martes a sábado JR fuera como el periódico dominical. Y seguramente ellos lo quieren también.

Darío M.: Me imagino que haya sido muy meditada su decisión de jubilarse. ¿Cómo será la vida de Miriam después de llegado este momento? ¿No hay vuelta atrás? ¿Se mantendrá en contacto con la Facultad de Comunicación?

M.R.B: Estimado Darío: Te saludo. En cuanto a la jubilación, en efecto, fue bastante meditada. No significa que me retire, y mucho menos a cuidar gatos como insinuó mi admirado y querido José Alejandro Rodríguez en su crónica La infinita, ese, su hallazgo verbal, que me acompaña entre los colegas. La jubilación la entiendo como una nueva etapa para, mientras las fuerzas me respondan, hacer otras cosas que el día a día del trabajo me han impedido, y seguir colaborando con la Facultad en lo que ellos estimen.  Tengo pendientes, Darío, algunos otros textos relacionados con la docencia periodística.

En estos momentos que hablamos, no hay vuelta atrás, pero el futuro dirá. (Como ves, sigo siendo una optimista).

Liliana: Profesora, no soy periodista ni tengo el inmenso placer de conocerla, pero al leer el artículo La infinita la admiro mucho por su gran labor. Me gustaría preguntarle qué se siente al inspirar un artículo como ese.

M.R.B: Liliana, tienes razón, ese artículo no pasa por los sentimientos sin dejar huella.  Uno no sabe si agradecer más que admirar no solo lo bien escrito que está, sino la sensibilidad del autor. Es un gran periodista, un amigo sin tacha, un revolucionario auténtico, una gran persona. Solo siendo así puede escribir un artículo semejante, y otros en los que se revela también su personalidad. Y no excluyo de estos ejemplos Acuse de recibo, sección en la que se necesitan tales virtudes.

José Alejandro Rodríguez: Querida Infinita profesora: ¿Qué nos aconseja a los periodistas de prensa escrita para seducir a los lectores, en medio de una era de supremacía e inmediatez audiovisual, poderes mediáticos hegemónicos en manos del gran capital y tanta información sesgada y sensorial? De aquella época cruenta y tierna a la vez, primer lustro de los 70, ¿qué deberíamos salvar y traer hasta el presente?

M.R.B: Mi querido y excesivo colega y amigo: Ya sabía yo que no podías faltar a la cita electrónica. Y que tus preguntas serían de este jaez. Pero como son retos, y la entrevistada no puede desteñirse a estas alturas, las responderé, faltaba más, aunque son temas que merecerían debate y estudio, como bien sabes:

Creo, Pepe, que el desafío para la prensa escrita no puede ser otro que tratar de mantener las señas de identidad de este «soporte» y expresión: la buena escritura, contar historias interesantes,  contrastar fuentes, aportar la mejor argumentación, ejercer el criterio, denunciar, descubrir, investigar….  No se puede competir en términos de igualdad con el mundo cibernético o digital, o como se llame, aunque tampoco podamos renegar de sus ventajas, que obligan, como la inmediatez, por citar una en la que a veces nos dormimos.

Y de aquella época, Pepe, lo que siempre hay que salvar: el optimismo, la fe en el mejoramiento humano, en las ideas más justas, los sentimientos de amor, aquellos que, recordaba el Che, siempre  deben inspirar a un revolucionario.

Un beso para ti.

Reinier Alonso Hola profesora, quisiera saber en qué proyecto se encuentra trabajando ahora.

M.R.B: Reinier, hola.  Pues ahora estoy escribiendo un libro sobre Géneros Periodísticos en prensa (excluye radio, televisión, Internet). Y también atiendo varios trabajos de doctorado, como tutora. Y pendientes un montón de cosillas, tú sabes que nunca el tiempo alcanza. Gracias por tu interés.

Leslie Salgado: Hay una frase de sus clases que nunca olvido. Sean sencillos, no es lo mismo la simplicidad de la gallina que la sencillez de la paloma. Gracias, profesora, por su infinita agudeza y sencillez. Siempre se dice que el periodismo es una actitud ante la vida. ¿Cuánto de profesión? ¿Hasta dónde de oficio? ¿Siempre vocación? ¿Qué une las aspiraciones de los estudiantes de hace 25 años con los de hoy? ¿Cuánto han cambiado los sueños?

M.R.B: Gracias, querida Leslie, por tus palabras. Hace algún tiempo que no te veo en TV. Sí, esa frase, genial, la he repetido mucho. La dijo Gabriela Mistral, en una escuela norteamericana en la que impartió clases, y la recordaba Camila Henríquez Ureña en una entrevista que le hicimos Minerva Salado y yo, hace ya muchos años. Me alegra que forme parte de tus recuerdos.

Intentaré responderte lo mejor posible a tus interrogaciones:

Yo pienso que el Periodismo, sí, es una actitud ante la vida, sin duda, y que tiene mucho de profesión, de oficio y de vocación. Alguien me preguntaba una vez si yo creía que el periodista nace o se hace, y yo le decía entonces, y lo sigo creyendo ahora, que se hace en la vida, en la práctica, en el estudio, en los aciertos y en los fracasos, pero que algo congénito debe haber también, no sé en qué medida, si partícula o totalidad, que al ponerse en contacto con la oportunidad de desarrollo, cuaja y comienza vida propia. Esto ni es científico ni nada por el estilo, sencillamente así lo concibo, y hasta ahí la divagación.

En cuanto a las aspiraciones de hace 25 años —me refiero, y creo que tú también, a las de los estudiantes de Periodismo y las de hoy—, me parecen que deben ser distintas en algunos aspectos y en otras semejantes, de acuerdo con las circunstancias de cada época. (Quiero recomendarte un artículo muy lúcido de Graciela Pogolotti sobre el diálogo con la juventud, que publicó recientemente JR).

Pienso que los estudiantes de Periodismo de aquel momento y de ahora tienen los mismos sueños y aspiraciones que los de hoy: hacer un Periodismo mejor, de vanguardia, a imagen y semejanza de los paradigmas profesionales que van conociendo como tales.

Lo que no se puede olvidar, para hacer justicia a unos y a otros, es que los estudiantes y todos nosotros, somos hijos de nuestra época, del momento que nos toca vivir, compartir, diferir o aceptar.

Un gusto intercambiar contigo.

DESPEDIDA:

M.R.B: Estimados amigos:

Les agradezco mucho las preguntas, todas me han obligado a meditar en temas en los que creía tener respuestas pertinentes,  y de pronto comprendo que solo tenía vagas ideas. También debo agradecerles el interés por mi persona y los elogios, algunos excesivos en verdad. Es primera vez que intervengo en una entrevista interactiva —bautizada así por mí para evitar el anglicismo on line— que me parece un ejercicio de pensamiento muy interesante. Les deseo, a todos y cada uno, éxitos, salud, y que mantengan siempre tanta curiosidad por «el mejor oficio del mundo».

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