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Jóvenes argentinos que ascendieron el Aconcagua se reúnen con familiares de los Cinco

Los alpinistas argentinos compartieron detalles y peripecias vividas hace unos meses para llegar a la cima de Aconcagua con los familiares de los Cinco

Autor:

Nyliam Vázquez García

«Llevábamos el peso de media Isla en la mochila», comentó Alcides Bonavitta sobre el ascenso al Aconcagua en el que participó también Santiago Vega, el otro andinista, y Pablo Fernández, quien coordinó toda la campaña de prensa de esa hazaña, realizada a favor de la libertad de René González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Fernando González y Antonio Guerrero.

Los jóvenes argentinos compartieron las anécdotas de todo el trayecto, recordaron las muestras de solidaridad y apoyo recibidas y también el modo en que esos cinco seres humanos —que permanecen en prisión desde hace casi 12 años—les dieron aliento cuando las fuerzas flaquearon.

«El peso de esa bandera solo lo podían llevar ellos», apuntó Pablo, quien comentó que el andinismo es un deporte muy individualista, pero para ellos no se trataba de otra cima para abultar el currículo, sino de plantar la bandera con un mensaje para Obama allí «con todo lo que eso significa», acotó.

Tanto Santiago y Alcides contaron detalles y emocionaron con su sencillez. Estos dos amigos extraordinarios pusieron en riesgo sus vidas por la causa de los Cinco. Entre bromas compartidas, uno y otro mencionaron los momentos en que el cuerpo no quiso responder, la falta de oxígeno, el frío, y hasta esos instantes en que tuvieron ganas de volver. Pero no lo hicieron porque echaron mano a todas las convicciones que los habían inspirado, y especialmente pensaron en Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René.

«De ahí es donde se sacan fuerzas, de ellos y ustedes que no se rinden», le dijo Alcides a las madres, esposas y otros familiares allí reunidos.

En un momento crítico del ascenso Santiago estaba mal y Alcides le propuso volver temiendo por su salud. Él contestó: «No, hay algo aquí que es fortísimo en la mochila…Hay que subir».

Por su parte, Pablo aseguró que ahora tienen «más tareas que antes», y explicó a los familiares algunas de las acciones en las que están empeñados después del ascenso. Para él fue esencial la cobertura de prensa, y por eso agradeció a todos la coordinación para sacar el mensaje, que se expandió por los medios, incluso hasta los medios de derecha argentinos y la propia CNN lo publicaron. También destacó la importancia de sumar más a la causa, de no dejar fuera a nadie.

A nombre de los familiares, Olga Salanueva, esposa de René, comentó que para ellos había sido muy importante el aporte de esta acción valerosa al rompimiento del silencio en torno al caso. Actuaron inteligentemente para que el mensaje se expandiera, dijo.

Santiago, Alcides y Pablo entregaron a los familiares la bandera con el logo de Gerardo que ascendió el Aconcagua, también trajeron una replica de la que plantaron en la cima con el mensaje para Obama, y mostraron con la que subirán al punto más alto de nuestra geografía.

Esposas, madres y Laura Labañino, hija de Ramón, acordaron en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, donde tuvo lugar el dialogo, que la bandera que subió al techo de América también ascienda el Turquino para luego quedarse en el museo de la Batalla de Ideas de la ciudad matancera de Cárdenas.

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