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¿Podemos quitarnos el sombrero?

Disminución en la producción, entrega directa y calidad de la leche; rendimientos cañeros insuficientes, incumplimientos en los contratos de venta al Turismo… El 20 por ciento de los empleos en Cuba están ocupados en el sector agropecuario, pero tan solo contribuyen al tres por ciento del producto interno bruto (PIB) del país. Estos dilemas fueron analizados en el V Pleno de la ANAP

Autor:

Marianela Martín González

La producción de leche descendió en 39 millones de litros durante el año 2011. Al cierre de mayo solo 5 674 bodegas recibían directamente la leche producida por los campesinos (810 menos que a principio de año).

Esta y otras problemáticas, cuyas soluciones se consensuaron durante el X Congreso y el IV Pleno de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), fueron analizadas durante el V Pleno de la organización campesina, celebrado en la Escuela Nacional Niceto Pérez, en Güira de Melena, Artemisa.

Orlando Lugo Fonte, presidente de la ANAP, señaló en el informe debatido en la reunión que entre las razones del decrecimiento en la entrega de leche a las bodegas incidió la falta de reservas alimenticias para el ganado en el período de seca, y el gasto excesivo de combustible para trasladar este producto a las áreas de comercio.

El tema de la ganadería vacuna fue calificado como el más complejo y difícil de resolver, debido a que el 66 por ciento de esta masa está en manos del sector cooperativo y campesino, y son muchos los tenedores que se encuentran dispersos.

Aunque se reconocieron discretos avances, como el incremento de la natalidad, la disminución de la edad de las novillas en su incorporación a la reproducción y el aumento de la siembra de alimentos para la masa pecuaria, se insistió en la necesidad de mejorar la calidad de la leche, la cual —entre no pocas razones subjetivas— se ve afectada porque cerca de 200 tanques refrigerados, donde debe acopiarse, permanecen rotos.

El vicepresidente del Consejo de Ministros y miembro del Buró Político del Partido Marino Murillo Jorge recordó que hace tres años el Estado pagó a los productores 374 millones de pesos por una leche cuya calidad era insuficiente. Llamó la atención sobre la diferencia en los parámetros de este producto cuando la industria lo somete a pruebas y cuando no se chequea.

Indicó que el Ministerio de Comercio Interior debe hacer las pruebas en las bodegas para evitar que se le venda a la población una leche carente de calidad. Calificó de injustificable que los tanques refrigerados sigan inhabilitados desde hace tiempo, mientras el país continúa importando este alimento. Insistió en la rehabilitación de esos envases, cuyo costo según los responsables de recuperarlos todos oscila en los

12 000 dólares de manera global. Se refirió a la necesidad de diseñar un sistema de mantenimiento para que estos recipientes climatizados se preserven.

Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, informó que hay un proceso de actualización de la ganadería y que se cuenta con los recursos necesarios para que el sistema de Control Pecuario funcione eficientemente. Dijo además que, luego de un proceso de consulta, se aprobó la modificación de la Resolución 371 relativa al control de la masa vacuna. Con los cambios —según el titular— se flexibilizan los trámites para controlar el ganado y la compra venta entre las cooperativas.

Directo al hotel

Rodríguez Rollero se refirió también a las ventas directas al Turismo mediante las cooperativas. Significó que cuando se autorizó este modo de comercialización, 422 bases productivas firmaron contratos con los hoteles y hoy se mantienen de manera estable cerca de 45 solamente.

«En un mes Frutas Selectas, como entidad comercializadora estatal del Turismo, sigue vendiendo 2 000 toneladas de productos agrícolas y las cooperativas de manera directa tan solo 96».

Ante esta situación el Presidente de la ANAP propuso garantizarles a los productores los mismos insumos que tiene asegurado Frutas Selectas —sacos, cajas, combustibles, etcétera— para poder exigirles el cumplimiento de los contratos. No obstante indicó que se averiguara qué ha pasado con aquellas cooperativas que luego de haber pactado con el Turismo no han cumplido con sus entregas.

Murillo explicó que el proceso es relativamente nuevo y que no puede haber desesperación mientras se consolida. Es una oportunidad más, tanto para la base productiva como para el Turismo. Aclaró que es una responsabilidad legal de las entidades cumplir con lo acordado; el fallo de algunas de las partes puede conllevar a una reclamación.

Subrayó que con esa apertura no se concibió despojar de sus funciones a Frutas Selectas, a pesar de que, como Acopio, es todavía ineficiente en su gestión comercializadora.

«Los dos canales de distribución al Turismo van a coexistir y deben competir. Hay campesinos a quienes les conviene venderle a Frutas Selectas y quitarse una serie de problemas de encima, pero hay un grupo de productos muy frescos que conviene que sean los agricultores quienes los vendan directamente».

Orlando Pérez, presidente de la cooperativa de crédito y servicios (CCS) Frank País, de Güira de Melena, expuso su experiencia exitosa como proveedor a entidades turísticas. En enero contrataron sus entregas y hasta ahora han ingresado 1 470 000 pesos por ese concepto.

«Nos dedicamos a buscar el producto que nos piden y hasta hemos sembrado otros que antes no teníamos previsto para satisfacer la demanda de polos turísticos como Cayo Largo del Sur. Estamos a 15 kilómetros del Puerto de Batabanó, adonde ellos vienen a buscar la mercancía negociada. No estamos exentos de los problemas con las cajas plásticas y los sacos, pero estamos guapeando».

Alberto Coto, presidente de la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Mártires de Barbados, de Cienfuegos, también contó cómo se ha insertado en el mercado con los hoteles. Sus tierras están a menos de un kilómetro de uno y a cerca de cinco de otro de estos enclaves turísticos de la Perla del Sur.

«Empezamos a prepararnos para lo que necesitaban y actualmente todo lo que piden se lo ofertamos. Al principio teníamos dificultades con el transporte y les cogimos el horario a los carritos de los mismos hoteles. Ahora les ponemos en la carretera la mercancía y lo que gastamos en combustible para este fin es insignificante en relación con las ganancias.

«Como nos va bien decidimos ampliar la red y tenemos firmado contratos con cuatro hoteles. Hay que dejar de importar lo que podemos producir. Dejemos el dinero del Estado para lo que aquí no se da, como la manzana, pera o melocotón, pero es penoso tener que traer de afuera yuca o boniato».

Higinio Rodríguez, de la CCS 13 de Marzo, de San José, provincia de Mayabeque, aunque pertenece a una base productiva básicamente ganadera ha podido posicionarse en hoteles capitalinos como el Habana Libre y otros de renombre. Hasta allí llevan productos como zanahoria, quimbombó y mamey.

A campesinos como Modesto Rodríguez, de la CCS Antonio Maceo, en el municipio de Abreu, Cienfuegos, no les fue atractiva al principio esta oportunidad. Según refirió, firmó contrato con tres hoteles, pero lo desanimaron la distancia y la falta de consenso con algunos funcionarios de los centros turísticos.

Finalmente encontró otras opciones más cercanas, y aunque estima que faltan cuestiones por ordenar, como la entrega de combustible, cajas y sacos, considera que no se puede desaprovechar la posibilidad de insertarse en este mercado.

Producción cañera

Los rendimientos cañeros de la zafra 2011-2012 en el sector cooperativo y campesino sobrepasaron lo previsto, según se informó en el V Pleno de la ANAP. Para entonces se preveían 41,7 toneladas por hectárea y un volumen productivo de 3 500 000 toneladas de caña, y realmente se promediaron 46,1 por área y se le entregó a la industria un total de tres millones 707 toneladas.

Aunque las cifras pueden resultar alentadoras, los resultados están todavía muy distantes de lo que el país necesita, y del potencial productivo existente en las diferentes bases productivas.

Lugo llamó la atención sobre la diferencia entre unas cooperativas y otras. «Hay 55 que promedian más de 60 toneladas por hectárea y otras están muy por debajo, cuando a todas se les garantizan los recursos en igualdad de condiciones».

Puso como ejemplo de buenas prácticas para el cultivo de la caña a la CPA Cuba Socialista, del municipio de Madruga, en Mayabeque, presidida por Ana Bueno, donde se promedian 96 toneladas por hectárea.

Para esta mujer el secreto de elevar rendimientos está en brindarle a la gramínea cada atención cultural en su debido tiempo, y tener presente que la caña cortada en abril apenas rinde. También hay que mejorar la contratación y programación del corte y la cosecha, según su experiencia.

Marino Murillo Jorge enfatizó en la importancia de que las zonas cañeras estén próximas a los centrales y se cumpla el programa de ordenamiento de las áreas.

Subrayó la necesidad de elevar los rendimientos cañeros y los del resto de los productos agropecuarios para dejar de importar alimentos. Significó que el 20 por ciento de los empleos en Cuba están ocupados por hombres y mujeres del sector agropecuario, pero tan solo contribuyen al tres por ciento del producto interno bruto del país.

El sector cooperativo y campesino al cierre de junio cumplió el plan de siembra de caña al dejar plantadas 16 730 hectáreas. Esto es un buen precedente para asumir la zafra venidera, de la cual el campesinado espera que toda la caña producida para la molienda sea aprovechada en los centrales, sin desestimar ninguna, como ocurrió en la pasada cosecha por ineficiencia industrial.

 

 

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