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Cuando se juntan saberes para el mañana

La maniobra táctica realizada en los años terminales de cada especialidad militar pone a prueba las capacidades y aptitudes de los cadetes de las instituciones docentes de nivel superior de las Fuerzas Armadas Revolucionarias

Autor:

Aileen Infante Vigil-Escalera

Cuando se hizo evidente la invasión enemiga, ya la cadete Darislexys Delgado Martínez se encontraba en camino a la zona del desembarco. No es especialista en Inteligencia Militar como sus compañeros, pero como futura médico designada a este pelotón se debe sumar a todas sus actividades y misiones. No recuerda haber caminado tanto antes, subirse a un árbol ni cavar una trinchera. Todo lo aprendió con ellos.

«Siempre supe que la vida en campaña era difícil, pero en el espacio académico no se llega a comprender todo su significado. Solo el terreno nos permite probarnos profesional y personalmente, evaluar nuestras capacidades reales para actuar en cualquier escenario. Aquí he hecho cosas que nunca imaginé y crecí mucho demostrándome a mí misma de cuánto soy capaz», aseguró la cadete de quinto año de la Universidad de Ciencias Médicas (Ucimed) de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Darislexys no es la única con esta convicción, pues igual a ella opinan sus compañeros de años terminales de las instituciones docentes de nivel superior (IDNS) de las FAR, quienes participan en los ejercicios en el Centro de Estudios Jejenes.

Incluso, agregó Elionardo Rodríguez Soria, cadete de cuarto año de Inteligencia Militar de la Escuela Interarmas de las FAR General Antonio Maceo (EIGAM), Orden Antonio Maceo, esta es una excelente oportunidad para conocer y aprender de las demás especialidades del perfil militar. Nutrirnos de todos esos saberes y compartir los nuestros es uno de los mayores beneficios de esta práctica, expresó.

Foto: Roberto Garaicoa

«Aquí lo mismo recibimos charlas sobre las medidas higiénico-sanitarias durante nuestra vida en campaña, que ayudamos a nuestros colegas a montar un equipo de comunicación o a abrir una trinchera. Trabajar y convivir juntos enriquece sobremanera el ejercicio futuro de nuestras funciones», comentó.

Como parte de su preparación integral, a la tradicional salida en campaña de la EIGAM se suman la Ucimed, la Escuela Militar Superior Comandante Arides Estévez Sánchez y el Instituto Técnico Militar (ITM) José Martí, todas —excepto la Ucimed— poseedoras de la Orden Antonio Maceo, y el ITM, además, de la Orden Carlos J. Finlay.

«Este constituye el ejercicio evaluativo de culminación de estudios de los cadetes. En cada uno de los distintos escenarios de batalla improvisados, se les asigna una misión real para que desplieguen las habilidades, conocimientos y capacidades adquiridos durante la preparación docente», explicó el teniente coronel Raubel López Cuba.

Durante el tiempo que pasan aquí hacen total vida de campaña, manifestó. «Se desempeñan como jefes de pelotones y escuadras, dirigen sus propias acciones, trazan estrategias, organizan la logística y solucionan los problemas técnicos, similares a los que pueden darse en una situación real. Se preparan para asumir con disciplina su función ante cualquier agresión que amenace la seguridad de nuestro pueblo».

Bien lo sabe la joven Maritza Arévalo Figueredo, cadete de quinto año de Telecomunicaciones del ITM. «Mi primer reto al llegar al campamento fue la defectación de todos los equipos de comunicación con los que trabajaríamos y la construcción de nuevas y más seguras líneas. Fue una difícil pero gratificante prueba de fuego, porque me demostró que, aunque nunca se está del todo preparado, contaba con la capacidad suficiente para hacer frente a cualquier adversidad».

La preparación rigurosa del armamento previa al combate garantiza el éxito de la misión. Foto: Roberto Garaicoa

Poder identificar fallas o deficiencias en sus propios medios de trabajo y la manera más oportuna de solucionarlas sin afectar la misión es una de las mayores pruebas que pasan estos jóvenes en su estancia en Jejenes.

«Qué decisión más oportuna tomar y en qué momento, cómo guiar mejor a las tropas, reaccionar eficientemente ante posibles adversidades, mantener la ecuanimidad en el peligro, hacer un mayor y mejor uso de la técnica disponible, y cumplir todas las medidas higiénico-sanitarias son solo algunos de los principales aspectos que se les miden a estos muchachos durante su semana de preparación en Jejenes», señaló el teniente coronel López Cuba.

En el Centro de Estudios de Jejenes los cadetes aprenden a acondicionar el terreno para el combate. Foto: Roberto Garaicoa

Claudia Domínguez Sariol, cadete de cuarto año de Infantería Mecanizada de la Antonio Maceo, antes de venir a Jejenes nunca había podido probar sus habilidades al frente de una compañía. Aspirante a Título de oro en su especialidad, maneja toda la teoría, pero la práctica, confiesa, es la única que demuestra verdaderamente la preparación del oficial.

El empleo combinado de los medios blindados en el terreno forma parte del aprendizaje de los cadetes durante las maniobras en Jejenes. Foto: Roberto Garaicoa

«Aquí el terreno es el que dice la última palabra, el que nos demuestra nuestra valía, el que ratifica nuestra posición y preparación ante la defensa de la Patria», consideró.

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