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Cuantos más herrajes, más agua

A pesar de la alta producción de artículos de grifería, algunos surtidos continúan escaseando para la venta al público, lo que acarrea acaparamiento y especulación. Un vistazo a la fábrica líder

Autor:

René Tamayo León

El agua —que cada día escasea más— está presente en todas las facetas del ser humano, y las cubanas y cubanos, aunque no tenemos mucha, la gastamos bastante. No la cuidamos.

Primero, la cultura del ahorro no acaba de fijarse en nosotros como debiera. Segundo, conseguir un grifo o pila, u otros enseres de plomería muy demandados, cuesta trabajo y bastante dinero.

Si bien se ha aplicado una sustanciosa política de producción y de rebajas de precios, artículos tan solicitados como los grifos de fregadero y lavamanos «vuelan» de las tiendas de materiales de la construcción y de los mercados industriales y artesanales (MAI).

Pese a las millonarias producciones e importaciones de herrajes, surtidos como estos no alcanzan, y ahí es donde se ceban los truhanes, que acaparan los artículos más exigidos bajo el manto protector de la complicidad, el «dejar hacer» o el «mirar para otro lado» de no pocos responsables de establecimientos, empleados y hasta de consumidores. Y después usted los ve en esquinas de ciudades y pueblos especulando con esos componentes, a los que triplican y cuadruplican el precio original.

Según un estudio de caso realizado en 2005 y actualizado un lustro después, anualmente el país demanda unas 8 200 000 unidades de herrajes sanitarios, entre grifos, válvulas, latiguillos, módulos para tanque sanitario y demás misceláneas afines.

De la apabullante cifra, que todavía hoy sigue como pauta, 6 400 000 herrajes son requeridos para el abastecimiento a la población, que se beneficia de forma directa, a través del programa de viviendas o por otras acciones de bienestar, como la rehabilitación de las redes hidráulicas. El resto de la demanda se dirige al sector estatal.

La producción destinada al programa de ahorro de agua está a cargo de varias fábricas del país, incluyendo las industrias locales. Y también se importa. Según informaban meses atrás autoridades de Comercio Interior, en 2015 se compraron en el exterior alrededor de 2 000 000 de artículos de grifería y       herrajes sanitarios para su venta en las shoppings.

Guanabacoa tiene la llave

Tras la aprobación de la Política Nacional del Agua en diciembre de 2012, Inés María Chapman, presidenta del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, informaba en una reunión del Consejo de Ministros de 2013 que dentro de nuestras casas se derrochaba entonces «el 22 por ciento del agua suministrada, a causa del deterioro de las redes internas, el mal estado de los herrajes hidrosanitarios y los derrames que se generan desde los tanques elevados y las cisternas».

Según el reporte de prensa de aquella reunión (1), resultaba «imprescindible implementar un programa diferenciado de aseguramiento y comercialización de dichos herrajes» a precios que no tuvieran un carácter recaudatorio y al mismo tiempo estimularan a que las personas suprimieran los salideros.

También se dio a conocer allí que la empresa Industrial Herrajes, única de su tipo en el país, tenía un elevado deterioro y obsolescencia tras casi 30  años de explotación, razón por la cual solo alcanzaba a satisfacer el 40 por ciento de la demanda nacional —el resto se importaba.

En 2012 y 2013, las producciones de la legendaria fábrica de Guanabacoa para el programa de ahorro del agua estuvieron entre 600 000 y 800 000 unidades. No obstante, en 2014 subieron a 1 800 000; en 2015 a 2 300 000, y en 2016 el plan se fijó en 2 682 000 unidades de 22 tipos de surtidos.

Industrial Herrajes ha sido beneficiada por pequeñas inversiones puntuales que incluyen la paulatina incorporación de la informática y la robótica, así como por un proceso de restructuración, reordenamiento del flujo productivo y control de la producción, entre otras acciones para mejorar la eficiencia productiva en las áreas de fundición, estampado, rebarbeo, corte, maquinado, niquelado...

En la planta se produce grifería, llaves de paso de 1/2 pulgadas y de empotrar con rosca de la misma medida, módulos de herrajes hidrosanitarios, latiguillos y válvulas de cisterna, entre otras piezas. Helmi Pedreira Guerra, director Técnico y de Desarrollo de la entidad, comentaba a JR días atrás, en el contexto de la Convención Cubagua, que la fábrica tiene capacidad para elaborar 3 400 000 unidades.

Helmi Pedreira Guerra, director Técnico y de Desarrollo de Industrial Herrajes. Foto: Ismael Batista

«Con algunas otras acciones y dependiendo de la estructura del surtido, podríamos llegar a cuatro millones, pero —decía— no podemos estar ajenos a la tensa situación financiera del país, debido a la cual este año produciremos 2 482 600 unidades para el programa de ahorro del agua.

«Un ejemplo de la elevada solicitud de nuestras producciones se evidencia durante las ferias nacionales de negocios que se han realizado en Expocuba, donde se capta una demanda superior a nuestra capacidad actual, fundamentalmente por problemas de financiamiento».

Hasta mediados de marzo, la entidad ya había fabricado cerca de medio millón de unidades de diferentes surtidos, según lo previsto en el plan, las que se entregan a la mayorista Divep SIME del grupo empresarial de la industria sideromecánica (Gesime) para su distribución a Comercio Interior, que es el organismo que rectora la venta de estos suministros en las tiendas de materiales de la construcción (rastros) y en los MAI.

El aseguramiento material a Industrial Herrajes en 2017 marcha bien; están arribando insumos y materias primas —aunque algunos con cierto retraso—, y el estado de la instalación es aceptable, así como su capacidad técnica y el ambiente laboral —señala Pedreira. «En una fábrica siempre hay problemas; es el día a día de cualquier ingeniero, técnico, obrero, pero se resuelven».

Quejas de la población

—Según la apreciación empírica o los estudios de mercado y satisfacción al cliente que podría haber realizado la empresa, ¿cuáles son las principales quejas de la población sobre la calidad de los productos de Industrial Herrajes?

—No recibimos muchas reclamaciones. Solo nos han llegado dos, y cuando fuimos a analizarlas, eran productos importados.

«La principal queja de la población sobre los herrajes hidrosanitarios que están en el mercado —nacionales e importados— son su durabilidad, pero esto es una cuestión técnica. La población cubana sigue acostumbrada a la grifería de antes, cuando las «pilas de agua» duraban más de 40 años.

«Entonces estas producciones tenían un contenido alto de cobre, de 60 a 75 por ciento, así como de estaño y otros elementos, según las necesidades de aquella fundición no ferrosa.

«Las tecnologías modernas son diferentes y con otros criterios de costo y de relación calidad/precio. Para la producción de grifería actual se tienen otros requisitos o porcentajes de los elementos químicos de la aleación para que el metal fluya por los moldes metálicos.

«También hay una cuestión económica. Antes se usaba en la aleación mucho cobre y estaño, pero hoy estos productos son muy caros en el mercado, por lo que la relación productividad/calidad es otra.

«Además del asunto técnico y económico, hay una tercera cuestión. Esta es natural: el agua en Cuba es bastante agresiva, tiene arenilla, calcio, lo cual erosiona la grifería.

«Otra cuestión es de conocimiento técnico o cultural: la población cubana no tiene mucha cultura de cómo trabajar la grifería moderna. Tenemos en el subconsciente las de antes, que además de la aleación más duradera, el cierre era por vástagos más robustos. A los grifos o pilas de ahora las tratan como a las de antes, las aprietan y aprietan y ahí se rompen el sistema de cierre y otras partes.

«Hoy, además de que los productos no tienen las mismas aleaciones del pasado y las paredes de los mismos son menos gruesas, las unidades de cierre de los grifos para lavamanos, de fregadero y de paso, son más pequeñas, de poca rosca o de traslación. Pero como estamos acostumbrados a las antiguas, no solo cerramos hasta el momento en que el agua deja de fluir, sino que seguimos apretando.

«Es algo inconsciente, un asunto de cultura, y así las rompemos o les reducimos la vida útil, específicamente al sistema o unidad de cierre, no así a los cuerpos de la grifería o válvulas de paso, los cuales tienen muy buena durabilidad.

«Un quinto tema que explica las quejas de la población es comercial, pero esta es ajena a Industrial Herrajes: las importaciones de grifería para el mercado en divisa no siempre tienen la calidad debida.

«Sí, la población tiene quejas sobre la durabilidad de partes y piezas, pero aunque no sean artículos de nuestra fábrica, las personas tienden a generalizar a todos los productos el comportamiento del mercado, aunque no por eso dejamos de considerar que nosotros también debemos incrementar la calidad de nuestras producciones».

—¿Qué acciones acomete Industrial Herrajes al respecto, porque «lo cultural es lo cultural», no se cambia de un día para otro?

—Nuestras materias primas, como los lingotes y barras de latón, son importadas, con norma europea para la elaboración de grifería —la tecnología estadounidense es la más reconocida internacionalmente, pero debido al bloqueo no podemos adquirir ni equipos ni materiales allí—, y las unidades de cierre para los grifos también se traen.

«No obstante, trabajamos técnicamente con los proveedores para mejorar las unidades o sistemas de cierre, aumentando los hilos de la rosca interior de las mismas, y para poner zapatillas cónicas, que permiten mayor hermeticidad.

«También hemos trabajado en el sistema del accionador, como el tipo “mariposa” sujetado con tornillo al vástago, y se ha hecho un programa de marcaje de nuestras producciones con el objetivo de conocer y controlar la procedencia en el mercado y determinar si son nuestras o no.

«Otra acción que emprenderemos es la colocación de las llamadas válvulas “de sapito” en los módulos de herrajes hidrosanitarios. Sustituiremos las actuales, que provocan señalamientos. Están al llegar los moldes para elaborar esas válvulas de salida. Así también responderemos al reclamo de la población».

(1)    Analizó el Consejo de Ministros asuntos vitales para la economía nacional. Yaima Puig Meneses y Leticia Martínez Hernández, en Granma, 3 de junio de 2013.

Ahorrar, ese otro manantial

Cuba está bajo los efectos de una intensa sequía que ya se extiende por casi tres años. El cambio climático no va a ocurrir, ya está aquí. La variación a que está conduciendo en los regímenes de precipitaciones y la paulatina e inevitable elevación del nivel del mar, son dos consecuencias verificables en nuestro archipiélago.

El sector hidráulico acomete este año un proceso inversionista valorado en 450 millones de pesos, uno de los más grandes del país y la mayor cifra en la historia del INRH. Además del dinero nacional, las inversiones son favorecidas por el otorgamiento de créditos blandos a mediano y largo plazos y de donaciones de países de Medio Oriente, Europa, Asia y África.

Los trabajos para mejorar el servicio incluyen, entre sus resultados palpables, una aplaudible —aunque insuficiente— reducción de las fugas en las redes de acueducto. En 2012 por estas se perdía el 58 por ciento del agua bombeada; hoy es de 44 por ciento. ¿Alta? ¡Altísima! Pero ya se empezó a contraer.

Se necesita mucho dinero, en «especies» y en «la mano», para bajar a niveles razonables las pérdidas, que siempre las habrá (todos los acueductos del mundo, por muy eficientes que sean, las tienen), pero también urgen conciencia y responsabilidad de todos los actores sociales, desde los directivos de cualquier entidad hasta los ciudadanos del lugar más apartado.

Según se supo en el balance de trabajo de 2016 del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH), sus sistemas de acueducto suministraron el pasado año agua potable a 2 484 asentamientos poblacionales, donde residen 8 035 397 habitantes,           25 400 más que en 2015.

El crecimiento fue posible —explicaron— por la discreta recuperación de agua con el programa de reducción de pérdidas, por la hidrometría y por la sectorización del servicio, además de las rehabilitaciones.

Las recurrentes y prolongadas sequías también constituyen otra alerta sobre la necesidad de ahorro. A pesar del aumento de la población servida en 2016, informaba el INRH, mantener el servicio en las áreas más afectadas por el evento exigió reajustes en los ciclos de entrega de agua. De los más de ocho millones de personas que la recibieron a través de los acueductos del INRH, solo 3 126 469 tuvieron servicio diario en 2016 (ver Tabla-1).

Se busca socio

El incremento de la producción nacional de herrajes va por varias vías, entre estas el capital foráneo. La Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) incluyó en la Cartera de oportunidades de inversión extranjera 2016-2017 un proyecto para la producción y comercialización de grifería económica y de lujo, el que se instalaría en la Zona A-10 y tendría un monto de inversión estimado de 15 millones de dólares.

En modalidad de empresa mixta, cuya parte cubana sería Gesime, la propuesta versa sobre el montaje «de una nueva planta para la producción de griferías económicas y de lujo (series mezcladoras bimando y monomando), válvulas y herrajes sanitarios, con destino a la sustitución de importaciones.

«La fábrica deberá contar con la tecnología más avanzada de fundición en coquilla por gravedad bajo presión, corte y rebabeo de piezas fundidas, maquinado de griferías en máquinas transfer ultraveloces, con varios cabezales, acabados superficiales de esmerilado y pulido automatizado, con tratamiento superficial de níquel/cromo, con planta de tratamiento de aguas residuales y procesos de ensamblaje y prueba de la grifería». La producción estaría destinada al desarrollo hotelero e inmobiliario nacional y a la exportación.

Aunque no tenemos mucha, la gastamos bastante. Foto: Juan Moreno

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