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Una Flor con muchos poderes

Lograr cultivos con altos rendimientos, que se adapten a las condiciones climáticas de nuestro país y contribuyan a la reducción de importaciones, son los derroteros por los que camina el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas, sin descuidar la tierra y la salud humana

Autor:

Margarita Barrios

«Con la Flor de Jamaica se pueden hacer refrescos, vinos, jaleas, mieles y salsas, entre otros alimentos con alto contenido proteico. De la semilla es posible extraer aceite. Además, es hermosa y requiere de muy poca agua para su buen desarrollo», nos dice la doctora María Caridad González Cepero, investigadora del Departamento de Genética y Mejoramiento de las Plantas del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA).

Doctora María Caridad González Cepero. Foto: Margarita Barrios

Y continúa: «A sus maravillas se une provocar múltiples efectos positivos para la salud humana: disminuye la hipertensión arterial y previene las enfermedades cardiovasculares y del sistema circulatorio en general. Es antinflamatoria, diurética, sedativa y antitumoral. Aquí hemos logrado tres variedades de esta vistosa flor».

Ubicado en San José de Las Lajas, provincia de Mayabeque, el INCA —perteneciente al Ministerio de Educación Superior— se fundó en 1970 y sus especialistas dedican sus principales esfuerzos a lograr cultivos con altos rendimientos, que se adapten a las condiciones climáticas de nuestro país, y que ayuden a eliminar importaciones, como ha sucedido con la Flor de Jamaica.

«Esta flor, destacó la investigadora, ha  despertado gran interés en quienes la conocen. Tiene una alta demanda en el turismo, pues se utiliza en la pastelería y para preparar cocteles; además, se  hacen pruebas para que sustituya al chícharo en el café. Hay muchos países que ya la comercializan y nosotros estamos dando buenos pasos.

«Necesitamos que los productores se sientan atraídos por esta importante especie, algunos ya la están sembrando. Hemos realizado actividades promocionales, pero en ocasiones tenemos dificultades para llegar hasta ellos, por falta de transporte, de comunicación, de recursos en general», subrayó.

González Cepero argumentó que además trabajan en nuevas variedades de importancia económica como arroz, tomate, soya, frijol, ajonjolí y maní, «con especies que tienen tolerancia a la sequía, las altas temperaturas y salinidad del suelo, en correspondencia con nuestro clima. Buscamos alta calidad de los cultivos y disminuir los consumos de agua y fertilizante químico», expresó.

La especialista puntualizó que trabajan con mutantes de soya de ciclo muy corto, lo que permite obtener el cultivo tres veces en el año y disminuir importaciones. En tal sentido opinó que en Cuba no se le ha dado la debida importancia a ese cultivo, que tiene posibilidades para la alimentación animal y humana, fundamental en la búsqueda de nuestra soberanía alimentaria.

En otros momentos se comercializaron alimentos con soya que no fueron bien aceptados por la población.

—Es cierto, pero el problema no está en la soya, que es muy alimenticia, sino en las proporciones en las que se utiliza. En el mundo es habitual que los alimentos estén acompañados por soya, pero las fórmulas tienen que ser las adecuadas para no dañar la textura y el sabor del producto.

«Es bueno puntualizar también que a partir de la soya y de la Flor de Jamaica se pueden obtener aceites para la cocina de alta calidad y mejores para preservar la salud que otros de origen animal que son mucho más dañinos. Además, trabajamos una variedad de arroz importante porque requiere de poca agua. En la zona sur del centro del país, donde regularmente se cultiva esa planta, hay lugares que se han abandonado, pues el suelo se saliniza a partir de la sequía.

«Sin embargo, la variedad que nosotros hemos obtenido es resistente a esas circunstancias adversas habitualmente para ese cultivo. En total estamos trabajando en diez proyectos nacionales, apoyo es lo que necesitamos para poder seguir adelante con nuestros resultados».

Con vista de futuro

Doctora Yaisys Blanco Valdés Foto: Margarita Barrios

La doctora Yaisys Blanco Valdés es investigadora del Departamento de manejo de agrosistemas sostenibles, donde realizan la modelación de cultivos agrícolas para predecir su comportamiento en diferentes condiciones climáticas. «Cómo serían las condiciones ambientales, de aquí a 50 años, y cómo deberían ser entonces las variedades de arroz, maíz y sorgo, son algunos de nuestros trabajos».

Igualmente, añadió que «es preciso el manejo de los agrosistemas, con rotaciones de cultivos y una atención agroecológica de la tierra. La captura de carbono en el suelo, por ejemplo, es una temática muy importante para enfrentar los daños del cambio climático».

El INCA, además de probar los resultados de sus investigaciones en fincas de la provincia de Mayabeque, realiza cursos, asesorías y entrenamientos para productores de otros lugares del país, así como también organizan posgrados nacionales e internacionales.

«A partir del programa de innovación agropecuaria local, se capacita a los productores. Hemos logrado buenos resultados porque han aumentado el rendimiento de sus cultivos, utilizando técnicas agroecológicas y menos productos químicos. De ese modo, los alimentos son más sanos», destacó Blanco Valdés.

Entre las líneas de investigación y campos estratégicos que desarrolla el INCA se encuentran: El mejoramiento genético para agricultura bajo condiciones de estrés (métodos clásicos, biotecnológicos y participativos); caracterización y manejo de microrganismos rizosféricos en sistemas agrícolas micorrizados eficientemente, así como la elaboración de productos bioactivos y su empleo en el incremento de la producción y la resistencia a enfermedades de las plantas.

En los laboratorios del INCA se trabaja a favor del mejoramiento de las variedades de diversos cultivos. Foto: Vladimir Molina Espada

Un colectivo de investigadores y técnicos, en el que se destacan 40 doctores y 48 másteres, así como la presencia habitual de jóvenes estudiantes de la Universidad Agraria de La Habana Fructuoso Rodríguez Pérez, hace sus mayores esfuerzos por llevar la ciencia a la mesa del cubano. Sus resultados son cada día más significativos para lograr producir lo que necesitamos.

Lo que dice la Botánica

La flor o cáliz de Jamaica es, como su nombre lo indica, la flor de la planta arbustiva (Hibiscus sabdariffa L.) perteneciente a la familia Malvaceae. Es originaria de Asia y África tropical, y actualmente se conocen más de medio millón de especies en el mundo.

En algunas regiones, las flores son rojas y en otras verdes. Cuenta con grandes propiedades medicinales, debido al alto contenido de micronutrientes como vitaminas (A, C, B1 y E), y minerales como el hierro, fósforo y calcio.

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