Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Activa la universidad «de la calle»

Promover salud, una tarea esencial que asumen futuros profesionales de las Ciencias Médicas en el país ante la situación generada por el nuevo coronavirus

Autores:

Yahily Hernández Porto
Roberto Díaz Martorell
Luis Raúl Vázquez Muñoz

Laura Serrano Segovia lleva horas caminando de un establecimiento a otro sin descanso. Un blog de nota en una mano, el bolígrafo en la otra y en la mente la claridad de su misión: capacitar para prevenir la COVID-19.

Esta estudiante de Estomatología y presidenta de la FEU de la Filial de Ciencias Médicas de la Isla de la Juventud, conversa con las personas a cargo en los diferentes puntos de ventas de alimentos ubicados en Nueva Gerona acerca de las medidas de protección e higiene que deben aplicar.

«Nos indicaron dirigirnos a los kioscos y puntos de venta de alimentos de cara a la población. Observamos que tengan (y usen) el nasobuco, los guantes y agua para el lavado de las manos. Cuando encontramos alguno que incumple anotamos el nombre y número de licencia y damos parte para que se adopten medidas», explicó la joven a JR.

Según la doctora María del Carmen Hernández Rivero, decana del centro, los estudiantes de Ciencias Médicas desempeñan un papel importante dentro de la estrategia, tanto en las pesquisas activas en busca de pacientes sintomáticos respiratorios como participando en audiencias sanitarias  en las comunidades, escuelas, centros de trabajo…

«Los alumnos tienen la misión de capacitar al personal que labora en espacios de fronteras como la aduana, el aeropuerto, la naviera, el transporte público, centros del comercio y la gastronomía, y a la población, a fin de ampliar el conocimiento sobre el tema y elevar la percepción del riesgo», precisó la decana.

Calmar calma

En todas las provincias hay estudiantes y profesores de las especialidades médicas apoyando pesquisas a domicilio, una de las medidas adoptadas a nivel nacional para elevar el control y detectar la aparición de casos sospechosos.

El doctor Ángel Enrique Batista Díaz, rector de la Universidad de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila, informó que en la indagación en esa provincia participan 1 038 jóvenes de tercero a quinto año de Medicina y de tercero y cuarto de Estomatología, quienes trabajan en dúos, en tanto un profesor supervisa el trabajo de diez jóvenes.

También aclaró que los estudiantes no realizan diagnóstico ni auscultan a persona alguna, mucho menos entrarán a las viviendas. Su misión, precisó, es encuestar desde la puerta, cumpliendo todas las medidas de protección, como mantener una distancia mayor al metro y medio.

El objetivo es aumentar el control en la población de casos con posibles síntomas del coronavirus, sobre todo en los grupos de mayor riesgo, como adultos mayores de 60 años o con padecimientos de hipertensión, cardiopatías y diabetes, y en hostales y casas de rentas.

Otro propósito es conocer el comportamiento de todas las afectaciones respiratorias reportadas comúnmente en el país en este período estacional, y en algunos casos apoyarán el trabajo de enfermería en los centros hospitalarios, labores que han estado antecedidas de una capacitación intensiva para todo el personal de Salud en cada provincia.

En Camagüey, varios jóvenes de primer año de Medicina contaron a JR sus vivencias en esta tarea, que los ha hecho sentir con una responsabilidad gigante. Rosmery Medrano Rodríguez, de 19 años, habla de lo que le tocó hacer cuando en horas de la noche del miércoles 11 se dio a conocer el primer reporte de casos confirmados.

«Esa noticia desató mucha preocupación en mi cuadra. Varios vecinos salieron espontáneamente a la calle para hablar del tema y yo no pude quedarme callada al percibir un poco de temor en el ambiente. A esa hora les di una charla que los calmó y los preparó para asumir las normas de seguridad más adecuadas en cada hogar y así minimizar los riesgos de contagio en las familias».

Similar experiencia narró el joven Fidel Alejandro Pradas: «Una vecina muy querida comentó que su nieto tenía síntomas de gripe y tuve que hacerle entender con mucha persuasión la importancia de que fuera sin demora a su consultorio o al policlínico. Ella escuchó atentamente y luego me confesó que se fue más tranquila y segura para su casa».

Para Carla Pérez Flores, la situación actual le permite sentirse una futura profesional «hecha y derecha», algo que nunca antes había experimentado. «He podido calmar a muchos amigos, vecinos y conocidos cuando explico cómo comportarse en este complejo escenario. He aprendido que al coronavirus no solo se le gana tomando vitaminas u otros medicamentos o aislándose del mundo exterior, sino también con información correcta, que te permite actuar con inteligencia ante una situación de peligro. Y ese es un valor a defender en nuestro sistema de salud cubano», aseveró.

Otra joven del grupo B4, Jennifer González, valoró: «He tenido experiencias increíbles con los niños. Creo que esa es una población con la cual hay que seguir trabajando para influir con mensajes educativos y atractivos en los pioneros, parte esencial de la familia cubana».

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