Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Las reservas de energía del barrio

Mucha electricidad se dilapida diariamente en nuestros hogares que pudiera mitigarse con responsabilidad y algunas medidas de ahorro 

Autor:

Hugo García

MATANZAS.— En los barrios se puede hacer más en función del ahorro de la energía eléctrica. Eso lo sabemos todos. Pero los descuidos, la vorágine diaria y el hecho de permanecer durante casi todo el día en las viviendas, sin dudas aumentan el consumo actual.

«Siempre se puede ahorrar más», comenta Nelson García, vecino de un edificio perteneciente al Comité de Defensa de la Revolución (CDR) número uno José María Pérez, de la circunscripción 45, Zona 55, en el Consejo Popular Playa.

Como administrador del Centro Auditivo provincial Doctor René Peña Pérez, trasladó a casa el hábito del control sistemático: «Yo me fijo en el contador para saber el consumo diario, y otros vecinos se han sumado a eso. A veces gastamos mucha agua sin pensar que hay que bombearla desde la cisterna hasta los tanques», ejemplifica.

También Regla Abreu Bofill, trabajadora de la Unidad provincial de Propaganda del Partido y presidenta del CDR, ratifica que ahorrar es una necesidad imperiosa y por eso apoyó una iniciativa de sus cederistas: «Después de los aplausos, a las nueve de la noche, apagamos cinco minutos los 24 apartamentos y 14 viviendas de la zona. La  gente lo acogió con entusiasmo y sentido de pertenencia.

«Todos los días lo hacemos: combinamos lo relacionado con las medidas higiénicas y que se quede todo el mundo en casa con esto del ahorro. Es verdad que hay muchas personas en las casas, muchos niños, pero no hay que tener el televisor encendido desde horas tempranas. Hemos sugerido combinar la tele con diversos juegos de mesa, como damas o ajedrez.

«A veces son varios ventiladores encendidos por gusto… y también debemos usar más el gas para cocinar. Hay muchas reservas de ahorro y la población lo está concientizando.

«Subimos a las redes nuestros mensajes, principalmente los jóvenes que conocen la tecnología, y cuando apagamos, para que se sepa que estamos presentes, hacemos una ola con los celulares, como en el estadio, cada uno desde su balcón.

«Cinco minutos por cada casa es bastante ahorro. Por eso siempre digo que en el barrio no tenemos que imponer, sino persuadir, para cumplir todo lo que indique nuestro Presidente. Los aplausos, el ahorro y la música de las iniciativas de las familias, crean un ambiente ameno y lo pasamos en familia», sentencia Regla.

Música por ti

Los hermanos Liz Amanda y Ricardo Luis Bonelly Pérez honran cada noche a los médicos en cualquier parte del mundo: «Mi mamá es médico y me emociona aplaudir y dedicarle mi música, a ella y a los que cada día dan lo mejor de sí para mejorar la salud», dice esta niña de 11 años que estudia clarinete en la Escuela Vocacional de Arte Alfonso Pérez Issac. 

«Yo también estoy orgulloso, lo menos que puedo hacer es aplaudir y tocar algo. Cada noche, desde nuestro balcón en el cuarto piso, luego de los aplausos y el apagón intencional tocamos algo para nuestros vecinos, siempre con un carácter patriótico», agrega Ricardo Luis, de 15 años, estudiante de trombón en la escuela provincial de música.

«Por el día ensayamos en áreas con buena iluminación para no usar las luces eléctricas y no ponemos el televisor por gusto», refieren ambos adolescentes.

Su mamá, la doctora Liudmila Pérez García, ginecóloga del hospital materno y activista de salud en el CDR, agradece el gesto y confiesa que se emociona mucho con los aplausos: «Entre tantas preocupaciones, los vecinos pasamos un momento de unidad. Ya he regalado nasobucos, ayudo a las personas más vulnerables y en la cuadra estamos atentos a quien viola las medidas higiénico-sanitarias o no mantiene el distanciamiento», sostiene la doctora.

«Este CDR está muy activo, con muchas iniciativas. Quizá en la casa subió un poquito el consumo eléctrico, pero a raíz de que el país llamó a ahorrar hemos tomado medidas. Todos estamos en función de eso porque además afecta nuestra economía, como la del país», reflexiona Liudmila.

Tumba catao...

A Carmelina Jorge Pérez no le tiembla la mano al quitar el fluido eléctrico en su edificio cada noche: «Me dieron esa tarea y la cumplo al pie de la letra. Cuando la presidenta me grita ¡Tumba catao, Carmelina!, enseguida me movilizo», afirma esta ama de casa.

«El cobrador de la luz me preguntó: “¿Abuela, usted cocina solo con gas?, porque ha gastado poquito…”, y yo me sonreí. Le contesté que somos dos personas nada más y pagamos poco porque ahorramos mucho… Y aunque no lo creas seguimos ahorrando, porque a eso nos ha llamado la dirección del país y cumpliremos con esa encomienda», subraya con fuerza.

Yeny Martínez Pérez, trabajadora de la dependencia interna del Gobierno municipal y secretaria de bloque de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), vive con su hija enfermera, y su mamá, y todas cumplen con lo establecido: «Aunque somos pocas estamos al tanto y no derrochamos. Nos han dado la posibilidad de pagar después, pero si es muy alto el consumo nos podemos complicar, por eso apagamos lo innecesario, tratamos de hacer un almuerzo-comida y no hacer tanto potaje, que consumen más electricidad en su cocción».

Carmelina lista para los cinco minutos diarios de ahorro. Foto: Hugo García

Se puede más

Actualmente la provincia cuenta con 1 154 zonas y 10 084 CDR. La cifra de cederistas supera los 250 000. Norlenis Serpa Santos, coordinador provincial de la organización, dijo a este diario que a partir del llamado a ahorrar energía y evitar el contagio del nuevo coronavirus, se activaron en todos los municipios puestos de mando en cada CDR y zona para apoyar a los trabajadores de la Salud y Consejos de Defensa.

El dirigente destacó el levantamiento en cada CDR de los ancianos mayores de 60 años y los que viven solos, las embarazadas y personas con otras patologías, al tiempo que elogió el gesto humanista que se materializa en las cuadras con la atención a esas personas vulnerables, llevándoles los medicamentos o alimentos.

«Ahora, en estos momentos excepcionales, además de enfrentar la COVID-19, indicamos cómo contribuir desde la familia al ahorro de energía eléctrica, ya que el sector residencial es el que mayor consumo presenta», manifestó Serpa.

«Nos facilitaron los nombres y direcciones de los 5 656 clientes altos consumidores de la provincia, los que están por encima de 500 kWh, que representan el 2,1 por ciento del sector residencial», apuntó Serpa, y aseguró que los CDR emprendieron visitas a esas familias para inducirlas a ahorrar, partiendo de la autolectura o la lectura que hace la empresa. «Muchos han sido receptivos», concluye el coordinador provincial.

 Norlenis Serpa (izquierda) y Regla Abreu, líderes en el ahorro de electricidad. Foto: Hugo García

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