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Rumbo a Capitalia

El CD producido bajo el sello Egrem solo ha sido presentado de manera online debido a la situación derivada de la pandemia

Autor:

Sergio Félix González Murguía

Un fonograma con nombre de mujer es la propuesta que ha dado a luz William Roblejo’s Trío. Se nombra Capitalia y nació por la manera honda como el imponente edifico de cúpula dorada de La Habana inspiró a Roberto Luis Gómez (guitarra), Julio César González (bajo) y a William Roblejo (violín), líder del reconocido proyecto.

«El Capitolio es un punto de referencia casi obligado para todo el que vive o visita La Habana, sea cubano o extranjero. Por ello le dedico este material y en especial el último tema del disco que le da nombre, aunque no cuente con muchos elementos que recuerden la música cubana, pues me pareció que la mezcla de country y flamenco, sobre la base del jazz podrían reflejar esas diversas culturas que confluyen en la capital», asegura a JR Roblejo, cuyo álbum ha sido grabado con la casa discográfica Egrem y hasta la fecha solo se ha presentado de forma online, debido a la situación derivada de la pandemia.

El destacado instrumentista siente que La Habana va mucho más allá del guaguancó o la salsa, de modo que expandió su visión de la ciudad y creó Capitalia, muy a tono con el festival Habanarte, que en 2016 contó con dicho tema como sintonía representativa de un evento que promovía «todo el arte de una vez».

De aquel encargo surgió este fonograma compuesto por nueve temas que podrían ubicar al oyente directo en un «almendrón sensorial», rumbo al gran edificio de Prado, lleno de matices e influencias foráneas de bluegrass, bossa nova, música celta y bases de jazz fusionados con claros elementos de ritmos cubanos.

Cuando uno escucha el primer tema de Capitalia de inmediato intuye que se tratará de una obra muy disfrutable. Irlanda para tres, una pieza que apareció con la improvisación y luego fue perfeccionada, abre la ronda para luego dar paso a una versión de Amor de loca juventud, del compositor Rafael Ortiz, que combina bluegrass y gypsy jazz, según refiere William Roblejo, quien repite intenciones muy atractivas con esta canción.

Y es que en su primer disco, Dreaming (Colibrí, 2012), el joven jazzista experimentó junto a Omara Portuondo y Harold López Nussa y presentó una versión más ortodoxa apegada al feeling del Buena Vista Social Club, muy diferente al aire con que la encontraremos en su siguiente fonograma.

«Con Ida y vuelta me transporto a Nueva Orleans. Nunca he estado en esa ciudad, pero he viajado allí a través de su música y este tema pretende recrear esa unión cultural que tenemos con los estadounidenses, como también ocurre en Danzón in Tunisia, dedicada al gran trompetista Dizzy Gillespie».

Los momentos de mayor ternura en Capitalia los ofrecen Recuerdos, una balada en cuya autoría también interviene el violinista cubano Jelien Baso; y Cuando ya no estés, un homenaje que William Roblejo rinde «a esas personas cercanas que han fallecido en los últimos tiempos producto de la pandemia y que compuse incluso desde antes de mi primer disco, pero considero que ahora, en esta producción es que ha encontrado su mejor lugar».

Completan la nómina Llegando a tierra, que se le ocurrió a este virtuoso «en algún momento mientras viajaba en un avión», y Bossanera, inicialmente una bossa nova que empezó mezclándose con habaneras, pero que finalmente quedó combinada con elementos del jazz.

Capitalia aseguró la colaboración, en calidad de invitados, de los percusionistas Rodney Barreto y Edgar Martínez Ochoa, el guitarrista Damián Campos y Leandro Cobas, en el cajón flamenco. Además, el sugerente diseño de portada estuvo a cargo de Edel Rodríguez (Mola).

«Con este disco he querido demostrar cierta evolución en mi forma de crear la música para un formato de trío, lo cual establece una diferencia con mi ópera prima en la cual utilicé una vertiente más coral.

«Esta vez no me quería encerrar tanto en la música tradicional pues las raíces ya las llevamos dentro e inevitablemente las expresaremos si tocamos jazz, música celta o bossa nova», explica quien asumió la autoría de ocho de los nueve temas que componen Capitalia.

En detalle

William Roblejo se autodefine como un violinista que compone desde su instrumento y asegura que todavía le falta mucho por aprender sobre la carrera de composición, de hecho Capitalia es una excelente forma de continuar ese camino que inició con Dreaming, disco por el cual fue nominado en tres categorías del Cubadisco correspondiente a 2013.

«Tardé siete años para realizar este segundo álbum, pues buscábamos que fuera algo muy agradable de escuchar mientras te tomas un café, compartes con los amigos o como banda sonora que te acompaña cuando caminas o conduces por la ciudad. Me gustaría explorar otros formatos en próximos discos y jugar con voces y otros formatos más allá del trío», asegura el director de este proyecto galardonado con el Primer Premio del concurso Jojazz 2010.

Desde sus inicios en la música este graduado del Instituto Superior de Arte (ISA) ha formado parte de diferentes proyectos de relevantes trayectorias en el panorama artístico nacional. Durante dos años integró el cuarteto Traza, que comprendía dos guitarras, chelo y violín. Luego se uniría a grupos en los que la creatividad se vuelve un torbellino imparable, como le ocurrió con Interactivo y con David Torrens, con quien aprendió cómo acompañar a un cantante y «a convertir su instrumento en un complemento capaz de bordar la música».

«En dicho cuarteto interpretábamos música clásica, piezas del repertorio latinoamericano, europeo, norteamericano... Fue un proyecto que me enfrentó a diferentes géneros y en el que aprendí mucho de música de cámara. Por esa experiencia me atreví a crear el trío, a raíz de una invitación a un festival de jazz a donde solo podía asistir en un formato de tres instrumentos.

«Recordé la composición de Traza y decidimos formar un conjunto con la guitarra y el violín, pero sustituimos el chelo por el bajo, para darle una base sonora interesante y diferente. Como logró mucha aceptación, decidimos mantenerlo», explica William Roblejo, quien también ha realizado colaboraciones con la Jazz Band del maestro Joaquín Betancourt, productor de su primer disco. Asimismo integró durante diez años el Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán, que le posibilitó probarse en la composición musical.

Mientras pasa el tiempo, este creador que ha ganado el premio Cuerda Viva 2011 y Cubadisco 2013, ha ido transformando la idea de hacer la presentación exclusiva de Capitalia solo con el trío y armar un proyecto tal vez más ambicioso, en el cual incluya temas nuevos que han surgido durante los meses de confinamiento, «porque es difícil que la creación se detenga, por muy aislado que esté el artista».

William Roblejo tiene confianza en que, tras la pandemia, la música regresará más fuerte y vital a los escenarios, mientras tanto «no pierdo la oportunidad de anunciar mi música por las redes sociales, de mostrar mis colaboraciones con otros músicos y de compartir algunos ensayos de Capitalia, para que la gente vaya haciendo suyas mis creaciones. El público es “virtual”, pero sigue siendo fiel, así que cada vez que sea posible lo llevaremos rumbo a Capitalia.

«La gente me escribe, de modo que las redes sociales se convierten en un canal de comunicación que nos permite seguir compartiendo arte. A veces quizá me deprima, que me estrese o “me funda” con todo, pero la música, que no puedo dejar de hacer, me salva».

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