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El paracortos Yordan Manduley empuñará ahora un hacha. Autor: Juan Moreno Publicado: 23/10/2017 | 09:26 pm
Si hay unanimidad en un criterio, y eso no se logra fácilmente entre los aficionados y expertos del béisbol en Cuba, es en que a partir del jueves empieza otra serie. Se arrastran los resultados de la fase inicial, pero los equipos no son los mismos, y tampoco las tácticas y estrategias.
Desde el sábado por la noche no hay peña, oficial o improvisada, donde no se hable de los refuerzos, mucho más que del Juego de las Estrellas (ganado por Orientales con marcador de 6-4). Y ahí sí hay polémica. Aportemos nuestros puntos de vista con el ánimo de provocar debate para la sección Mi esquina caliente.
Si por nombres y estadísticas fuera, los Cazadores de Artemisa, últimos en agenciarse el boleto al dejar fuera nada menos que a los Tigres de Roger Machado, han armado un equipo que ya no solo depende de su pitcheo, sobre todo, del bull pen.
Cuando se consumó el triunfo sabatino sobre los avileños, quedó expedito el nombre de quién iba a ser el primer refuerzo. Las poquísimas dudas fueron despejadas por Dany Valdespino al decantarse por Vladimir García. Con él, Miguel Lahera y los zurdos Misael Villa, Geonel Gutiérrez y Yulieski González, los artemiseños dispondrán de unos abridores que deben caminar más de seis inning como promedio. Para el cierre es un lujo contar con José Ángel García.
¿Qué decir de la ofensiva? Las cuatro adquisiciones responden a las necesidades de los Cazadores. Yunier Mendoza, Dennis Laza y Norel González aparecen en el top ten de los mejores promedios de la primera ronda, mientras Yordan Manduley viene de jugar en la liga Can-Am, donde el béisbol tiene una calidad superior al campeonato nacional nuestro.
La estrategia de la dirección de Artemisa debe estar orientada a la inserción rápida, pero natural de los cinco a la dinámica del grupo. Provienen de provincias diferentes y el proceso adaptativo es vital para 45 partidos, máxime que están en la cola del ordenamiento y necesitan ascender dos puestos como mínimo para asistir a la postemporada.
Si mantienen el espíritu con el que concluyeron la serie de comodines y logran el team work, cuidado con los Cazadores, pues sus lanzas pueden ser muy mortíferas, y no sería descabellado, ni la primera vez tampoco, que se cumpla aquello de que los últimos estén entre los primeros…
Los Leñadores de Las Tunas fueron fieles a sus pronósticos. Pablo Civil, a diferencia de otros mentores que no querían anunciar qué solicitarían, siempre dijo que iba por tres lanzadores y dos jugadores de cuadro. Con Alexander Ayala y Yunior Paumier la custodia del infield se hermetiza y aumentan las prestaciones ofensivas del conjunto, que de por sí eran notables. Ese dueto junto a Danel Castro, Rafael Viñales y Yudier Rondón (sigue lesionado Yordanis Alarcón), con Yosvany Alarcón en la receptoría y unos jardineros que han cumplido bien su cometido, deben seguir alimentando las esperanzas de la fanaticada tunera.
El zurdo Luis Ángel Gómez, de muy buena temporada con Holguín (4-0, PCL de 1.70 y WHIP de 1.07 y menos de dos boletos por juego), y el camagüeyano Yariel Rodríguez, también de menos de tres carreras limpias de efectividad, se sumarán a Yoelkis Cruz y Yudiel Rodríguez para las aperturas, mientras el también Toro Carlos Ángel Pérez completa el bull pen. Su elección dejó a algunos sorprendidos, incluido este redactor, pues regala más de seis bases por bolas cada nueve entradas, aunque salvó nueve juegos. Sobre ese asunto, Civil me ratificó su confianza en él como cerrador. Pensé primero en el isleño Danny Aguilera o el villaclareño Yasmany Hernández Rojas, restablecido ya de la lesión, para ocupar esa plaza.
Los cinco con que se blindan son vecinos: tres de Camagüey y dos de Holguín, y eso ayuda mucho a la integración eficaz. Hay mucha sed de campeonato entre los Leñadores, que van segundos en la tabla de posiciones y esa ventaja bien aprovechada puede contribuir a un final feliz.
Y basta por hoy, mañana seguimos el análisis.
