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Con las cartas sobre la mesa

La calidad en el servicio y el talento de sus jóvenes distinguen al Centro Provincial de Electromedicina de Las Tunas en la instalación, mantenimiento y reparación de la infraestructura del sistema de salud del territorio

Autor:

Juan Morales Agüero

LAS TUNAS.— Cuando un tunero cualquiera asiste al policlínico para tomarse la presión arterial, se sienta en un sillón estomatológico, o se somete a una intervención quirúrgica, en un quirófano, y en cada ocasión confirma que el equipamiento de rigor está en perfecto estado técnico, quizás ignore que detrás de esa eficiencia figura el trabajo abnegado de los especialistas del Centro Provincial de Electromedicina.

La institución se fundó el 25 de junio de 1985, reseña su director, el ingeniero Fernando Ferrera. Su colectivo asume la instalación, mantenimiento y reparación de la infraestructura técnica, mobiliaria e instrumental del sistema de salud de esta provincia. Además, fabrica y recupera piezas de repuesto. Cuenta con un centro territorial en Puerto Padre que atiende esa jurisdicción y la del municipio de Jesús Menéndez.

A juzgar por el directivo, una de las fortalezas del centro es la innovación tecnológica, afianzada en los esfuerzos del país por neutralizar las nefastas secuelas del bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos desde hace más de medio siglo. Se conoce que el sector de la salud es uno de los más golpeados.

Tenemos que estar «inventando» todo el tiempo para mantener de alta los equipos existentes, asegura. Eso ha contribuido a la obtención de numerosos reconocimientos en los fórums de Ciencia y Técnica. También nos hemos hecho acreedores de los dos únicos premios que tiene en su haber el Ministerio de Salud Pública en materia de innovaciones de mayor impacto económico y social.

Una de esas guirnaldas fue por la recuperación de máquinas de hemodiálisis, conocidas popularmente como riñones artificiales, indispensables para el tratamiento a personas con insuficiencia renal crónica en sesiones de cuatro horas cada dos días. Se las remiten desde Holguín, Ciego de Ávila, Villa Clara, Guantánamo, Santiago, Camagüey… La institución las repara en un taller especializado que le ahorra al país millones de dólares.

En el taller contamos con herramientas de avanzada, acota Iván Rojas, ingeniero automático de 25 años de edad, quien dirige el comité de la ANIR. «Eso exige preparación y estudio, pues muchas de máquinas que nos llegan son de tecnología japonesa y alemana. Aquí labora un personal muy calificado y experto, que incluso ofrece asesoramiento técnico a otras provincias. Nos satisfacen los resultados, porque, además de lo que representan en el orden económico, apreciamos su impacto en la sociedad».

Otro palmarés que enriqueció el aval del Centro Provincial de Electromedicina fue la recuperación del autoclave de óxido de etileno de la fábrica tunera de guantes quirúrgicos. Gracias a la creatividad de sus técnicos, ese equipo volvió a funcionar y propició que Cuba dejara de importar anualmente 12 millones de pares de guantes y dejara de erogar en fletes y en divisas.

«Cuando acometimos su recuperación, el equipo estaba muy dañado», reconoce el joven ingeniero Wilber Luis Prado, uno de los artífices de la hazaña. «Tenía bloqueado el panel de control, salideros de óxido de etileno en el compensador de presión, problemas en el ventilador y en el contactor de fuerza de la caldera y la bomba de vacío… Hoy trabaja plenamente».

Todo lo que sea reparable en el sector de la salud —desde lo más simple a lo más complejo— encuentra respuestas concretas en las dependencias del Centro Provincial de Electromedicina. Así, la brigada de muebles clínicos recupera y pone en servicio sillas de ruedas, camillas, camas para pacientes postrados, escabeles, mesas y mobiliario especializado de hospitales, hogares de ancianos, policlínicos, casas de abuelos, consultorios… La unidad repara también esfigmomanómetros, estetoscopios, pinzas quirúrgicas, soportes para sueros, prótesis ortopédicas, instrumental diverso…

Existe un taller de electrónica médica para electrocardiógrafos y medios de electrocirugía y rehabilitación… Al área de Oxígeno van los medios vinculados con la atención al paciente grave, como ventiladores artificiales de terapia intensiva y neonatología. En el departamento de Laboratorio les devuelven la vitalidad a equipos diagnósticos, analizadores químicos y gasómetros, entre otros. Al de Electromecánica van centrífugas, incubadoras y medios de terapia intensiva… Y en la sección de Imagenología, la de mayor rango tecnológico, recobran aparatos de Rayos X, tomógrafos, manómetros, etc. Hay, además, una sección dedicada a la estomatología, adonde llegan instrumental y sillones para reparación, y otra que tiene que ver con los salones de operaciones y sus mesas y lámparas quirúrgicas.

El ingeniero Fernando Ferrera no permite que sus responsabilidades como director del centro le hagan olvidar sus inclinaciones por la técnica a pie de equipo.

Recorro el edificio, dividido en departamentos, y en todos aprecio un inusitado ajetreo. Un grupo de trabajadores descarga madera de un camión. Otro embala equipos reparados con destino a alguna provincia. Veo a gente consultando planos y manuales frente a los monitores de sus computadoras. Un par de muchachos empalma cables y otros dos prueban accesorios. Los jóvenes son mayoría. Sus edades oscilan entre los 25 y los 35 años.

«Nuestro centro siempre está en la vanguardia en materia de innovaciones», dice la joven ingeniera biomédica Arleidis Martín. «Una de las últimas que hicimos fueron las adaptaciones a las tomas del salón de operaciones del hospital Ernesto Guevara. Cada una tiene una posición y un color único, pues son cuatro los tipos de gases que se utilizan en esos locales».

Gracias al talento de los trabajadores del Centro Provincial de Electromedicina se reparó y entró en servicio la mesa de cirugía ortopédica del hospital Guillermo Domínguez, de Puerto Padre, lo cual hizo posible restablecer allí las intervenciones quirúrgicas de cadera. También aparece la recuperación de la incubadora de dióxido de carbono del Centro de Genética y un equipo de ultrasonido del Centro de Reproducción Asistida.

«Nuestro grupo brinda atención a equipos de gran complejidad — añade Fernando—, como el tomógrafo del hospital Doctor Ernesto Guevara. La instalación, además, cuenta con una mesa telecomandada para estudios contrastados, y con medios de última generación para análisis químicos. El Centro de Reproducción Asistida dispone de un módulo de ultrasonido en 3D para atender a parejas infértiles, y el Centro Oftalmológico, de modernos microscopios. Estamos en espera de un tomógrafo multicorte de última generación. Nuestros electromédicos están capacitados para resolver cualquier avería o desperfecto en ellos.

Buena parte del equipamiento médico tunero —formado por miles de aparatos de heterogéneas características, complejidades y tamaños— funciona gracias al desvelo de sus especialistas. Muchos de ellos tienen pergaminos universitarios y han recibido capacitación en Cuba y en países como Alemania, Japón, España, Canadá… También han viajado en menesteres de colaboración.

«La Universidad nos proporciona las herramientas teóricas para enfrentar la vida laboral, pero la verdadera graduación ocurre en la práctica», certifica Arianna Carralero Paredes, ingeniera médica de 25 años de edad y secretaria general del comité de base de la Unión de Jóvenes Comunistas en el centro. «Aquí, entre los equipos, uno cursa otra carrera. He recibido mucha ayuda de los trabajadores y técnicos más experimentados» explica.

El Centro Provincial de Electromedicina no está exento de padecer carencias materiales. Solo que allí su gente no aguarda pasivamente por tiempos mejores, sino que pone la inteligencia en función de las circunstancias. Un importante por ciento de las reparaciones que realizan es obra de los aniristas, siempre con las neuronas en alerta roja. De alguna manera eso ha influido en que les hayan conferido reconocimientos como Colectivo Moral y Vanguardia Nacional.

«En la actualidad, vamos más allá de atender la tecnología médica instalada —precisa Fernando—. También somos garantes del equipamiento empleado en la campaña antivectorial. Nuestros ingenieros recorren las calles junto a las brigadas de fumigación, prestos a atender cualquier eventualidad técnica. Además fungimos como centro docente y en esos menesteres académicos hemos formado a un buen número de licenciados en Tecnología de la Salud, en la especialidad de Electromedicina».

Los innovadores y racionalizadores del sector de la salud tienen en el Centro Provincial de Electromedicina de Las Tunas un paradigma de buenas prácticas.

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