Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La otra casa de los niños

Los círculos infantiles continúan prestando servicios para que la familia pueda marchar tranquila al trabajo

Autor:

Margarita Barrios

Cada día, con los primeros rayos del sol, son muchas las familias que habitualmente llevan a su más preciado tesoro al círculo infantil. Esas instituciones, que suman más de 1 100 en el país, con una matrícula superior a los 134 000 niños, son indispensables para que mamá y papá vayan tranquilos a trabajar.

Sin embargo, con la llegada de la COVID-19 las cosas comenzaron a cambiar. Algunos tienen temor de llevar a sus niños, otros han dejado temporalmente de trabajar o algún familiar que puede seguir el consejo de no salir de casa se encargará de los pequeños.

No obstante, los círculos siguen abiertos, y muchos padres continúan necesitando ese servicio, ahora con la facilidad de que la entrada se extiende hasta las 9:00 a.m. y se pueden recoger a partir de las 3:00 p.m., y si el niño no asiste, no pierde su matrícula. Además, aquellos que están en adaptación, deberán posponer ese trámite para cuando terminen las actuales medidas.

Así lo comprobamos en el círculo infantil Amiguitos de Polonia, ubicado en el municipio capitalino de Plaza de la Revolución. Allí, continúa el trabajo habitual, pero según afirma Odelta Turró Benítez, la enfermera integral de la institución, se han extremado las medidas de higiene.

«Ahora tenemos dispuesto todo aquí en la entrada. El adulto que vaya a acompañarlo para la entrega debe lavarse bien las manos, y también los pequeños. Tenemos solución de hipoclorito y también agua y jabón. El secado es al aire, como está indicado.

«La elaboración de los alimentos se realiza con el máximo cuidado. A la hora del sueño los catres se colocan con la distancia adecuada. Todo está previsto, y lavamos también los juguetes, todo lo que los niños van a usar está limpio y desinfectado. Tenemos todos los medios para hacerlo.

Odelma explicó, además, que realiza el pesquisaje de las seños y de todos los trabajadores,«si alguien, incluyendo algún pequeño, presenta síntomas de catarro o fiebre durante la jornada, lo aislamos, llamamos a la familia y a las autoridades de salud, y continuamos con el protocolo ya establecido para su traslado y reconocimiento.

«Hasta ahora no hemos tenido ningún problema, y seguimos trabajando, ayudando a la familia para que pueda desarrollar su labor, porque algunos padres tienen trabajos muy importantes en estos momentos, que no pueden ser interrumpidos. El círculo sigue siendo vital», precisó.

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