Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Prevenir desde el conocimiento

Si algo tendríamos que agradecerle nosotros a la naturaleza en esta lucha humana a favor de la vida, es la capacidad de razonar, el conocimiento y la información

Autor:

Liudmila Peña Herrera

Positivo. Po-si-ti-vo. La palabra le daba vueltas en la cabeza, al mismo tiempo que se movía todo a su alrededor, como si el caos que sentía dentro se le desbordara. Aún no lo entendía. Quería esfumarse, desaparecer… Menos hablar, cualquier cosa.

No era una persona desinformada que andaba a tropezones por la vida. Quiso confiar, darle y darse el gusto de disfrutarse «a plenitud» —como le pedía su pareja—, sin protección, sin pensar. Ahora, el miedo y la angustia. Y todos los sueños despeñándose en caída libre. Sentía el terror crecerle en lo profundo del estómago, y entonces habló. Les contó a sus padres.

Ahora es un número dentro de las 28 756 personas infectadas en Cuba que sobreviven, aunque ha tratado de salirse de la impersonalidad de la cifra para ser una paciente proactiva, que cuenta su experiencia a otros muchachos y muchachas para que no crean, erróneamente, que no tiene por qué pasarles a ellos.

Si algo posee a su favor el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es que está asociado al disfrute de un cuerpo con el otro, a la entrega. Si algo tendríamos que agradecerle nosotros a la naturaleza en esta lucha humana a favor de la vida, es la capacidad de razonar, el conocimiento y la información. Lástima que no siempre seamos diestros en el uso de los recursos que disponemos.

Hablar sobre VIH a los adolescentes, a los jóvenes, no significa invocar al virus, ni incitar a las relaciones sexuales, como muchos adultos piensan. Brindar información, aclarar dudas, aceptar que, como familia, no estamos lo suficientemente preparados para ayudar a nuestros hijos, es el primer paso para buscar asesoría o consejería. Entender que no es solo la juventud, por su inexperiencia, la que está expuesta a los riesgos, es otra manera de prevenir.

Al cierre de 2019 fallecieron 690 000 personas en el mundo a causa de enfermedades relacionadas con el sida, según datos del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONU/sida). Las cifras, traducidas en rostros, en nombres, en proyectos de vida… duelen. Y Cuba no escapa a la epidemia.

Aunque las personas que viven con VIH en nuestro país tienen una esperanza de vida elevada, gracias a la terapia antirretroviral, como explicara Myrna Villalón, especialista del Centro Nacional de Prevención ITS/VIH-sida, durante una reciente conferencia de prensa ofrecida por la Dirección Nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública—, no significa que los riesgos para su salud hayan desaparecido, pues «se van insertando otras patologías y comorbilidades propias de la edad, como la diabetes, la hipertensión, las artrosis; y los antirretrovirales no dejan de tener también sus reacciones secundarias», insistió la especialista.

En Cuba se trabaja por aumentar al 90 por ciento la proporción de personas bajo tratamiento con carga viral no detectable, como respuesta a uno de los objetivos de trabajo de Onu/sida. Se emplean recursos para las actividades de educación sexual, de promoción de salud y de prevención; pero también han sido evidentes y sostenidas las dificultades para mantener cubiertas las demandas de preservativos en farmacias y otros establecimientos expendedores.

No pocas han sido las inquietudes de la población al respecto, bajo la razón expresada por Rafael Pérez de la Iglesia, coordinador nacional de la línea de condones de Prosalud, quien informó en la citada conferencia de prensa sobre «el atraso en los planes económicos», y aseguró que «la pandemia obligó a redistribuir recursos financieros para la compra de insumos y equipos, así como el endurecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno norteamericano a Cuba».

Ante esta situación, ¿cómo hablarles a nuestros muchachos y muchachas sobre relaciones sexuales protegidas, prevención de las infecciones de transmisión sexual y el VIH? ¿Cómo les decimos «protéjanse», si luego no encuentran el condón?

Pérez de la Iglesia aseguró que «se está trabajando con los proveedores chinos y otros habituales nuestros para acelerar la entrada y, por tanto, la distribución de condones en el país. Pero hoy la limitación es real».

Mientras esta realidad se transforma, no quedan muchas otras alternativas más allá de brindarles información a nuestros jóvenes, de manera que puedan encontrar vías diversas y creativas para disfrutar de su sexualidad sin exponerse.

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