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La República Popular China es un importante elemento de equilibrio, estabilidad y salvaguarda de la paz mundial

Intervención del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Mario Díaz–Canel Bermúdez, en la Cumbre Mundial de Líderes, en ocasión del centenario del Partido Comunista de China

Autor:

Juventud Rebelde

Intervención del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Mario Díaz–Canel Bermúdez, en la Cumbre Mundial de Líderes, en ocasión del centenario del Partido Comunista de China, en el Palacio de la Revolución, el 6 de julio de 2021, «Año 63 de la Revolución» 

(Versiones Taquigráficas–Presidencia de la República)

Estimado compañero Xi Jinping, Secretario General del Comité Central del Partido Comunista de China y Presidente de la hermana República Popular China;

Estimados invitados:

En nombre del Partido Comunista de Cuba, de sus militantes y del pueblo cubano, permítame expresar mis más cálidas felicitaciones al pueblo chino y en particular a Usted y a los más de 95 millones de militantes en el centenario de la fundación del Partido Comunista de China.

La fundación del Partido Comunista de China y la proclamación de la Nueva China constituyen acontecimientos fundamentales en la historia de la humanidad, gracias a los cuales hoy las fuerzas revolucionarias, progresistas y de izquierda cuentan con una gran nación que ha realizado importantes aportes teóricos y prácticos al marxismo-leninismo, enarbolando la bandera del socialismo, atemperado a sus condiciones histórico–concretas.

Cuando hace cien años se celebró el Congreso fundacional del Partido Comunista de China se iniciaba un capítulo trascendente en la historia contemporánea. Entre sus delegados estaba Mao Zedong, cuyos aportes como líder del Partido a la lucha revolucionaria y a la liberación nacional de aquel país, que era entonces tan grande como populoso y pobre, siempre serán recordados con admiración.

En la actualidad y tras más de cuatro décadas de la Reforma y la Apertura, la República Popular China es reconocida en todo el mundo por su robusta base económica, apoyada en un inmenso mercado interno y en las experiencias atesoradas en su proceso de exploración de la construcción del socialismo con características chinas.

Vemos en la República Popular China a un pueblo unido y laborioso; una memoria histórica, una cultura milenaria; a cuadros con elevada preparación, capacidad y compromiso. Y vemos, sobre todo, a un Partido que se ha enfrentado con firmeza y sabiduría a las más colosales adversidades y que ha sabido poner el desarrollo integral, la institucionalidad, la legalidad y a su población, en el centro de sus preocupaciones y de su labor.

Su efectiva batalla contra la COVID-19 y los visibles resultados en la erradicación de la pobreza extrema, son expresiones recientes y admirables del trabajo en función de las demandas y necesidades del pueblo.

No obstante esos innegables logros, el Gobierno de los Estados Unidos, ocultando deliberadamente sus intereses hegemónicos y de dominación mundial, intenta presentar a la República Popular China como una amenaza a su seguridad, al tiempo que se empeña en denigrar la imagen del Partido Comunista de China.

La verdad es bien diferente: en el contexto de la compleja coyuntura internacional de estos tiempos, la República Popular China es un importante elemento de equilibrio, estabilidad y salvaguarda de la paz mundial. No impone un modelo; no adopta medidas coercitivas unilaterales; no aplica leyes extraterritoriales. Defiende el multilateralismo y los principios del Derecho Internacional.

En la batalla contra la pandemia ha dado acceso a sus vacunas a 80 países y a tres organizaciones internacionales; las ha exportado a más de 40 naciones, a la vez que coopera con varias en investigación, desarrollo y producción.

Es conocida nuestra entrañable relación con el pueblo, Partido y Gobierno chinos, forjada por los líderes históricos y continuada por las actuales generaciones de dirigentes de ambas naciones. Los excelentes vínculos interpartidistas, basados en la igualdad, el respeto mutuo, la amistad y la cooperación, constituyen un referente y un pilar de nuestros nexos bilaterales.

Nos unen la determinación de construir el socialismo, partiendo de las realidades nacionales; la confianza política mutua; una visión común del desarrollo sostenible y la mayor preocupación por el bienestar de nuestros pueblos.

Distinguidos invitados:

Con el triunfo de la Revolución Cubana se puso fin a un pasado colonial y de expoliación imperialista y se inició el camino hacia la conquista de toda la justicia, la equidad y la dignidad plena del hombre.

Nuestra pequeña nación garantiza el acceso universal a la salud y a la educación, a la seguridad y la tranquilidad ciudadanas, la protección social bajo el principio de no dejar a nadie desamparado y la igualdad de todas las personas, sin discriminación de ninguna índole, entre otros derechos.

Cuba enfrenta un criminal bloqueo impuesto por el Gobierno de Estados Unidos hace más de 60 años, que se recrudeció durante la administración Trump con 243 brutales medidas que la administración Biden mantiene, a despecho de la actual crisis internacional agravada por la emergencia de una pandemia mundial.

A pesar de esa genocida política, Cuba ha logrado sostener la vitalidad de sus principales servicios; atender a toda su población contagiada y sospechosa de la COVID-19; habilitar en tiempo récord más de una veintena de laboratorios de biología molecular; diseñar y elaborar prototipos nacionales de ventiladores pulmonares y kits de diagnóstico, y desarrollar cinco candidatos vacunales, planteándose producir dosis suficientes para inmunizar a toda su población y aportar a otras naciones.

Al mismo tiempo, nuestro país brinda una desinteresada y humanista colaboración médica en varias naciones. Tan solo para asistir a esos pueblos en el enfrentamiento a la pandemia, se han enviado 57 brigadas médicas y alrededor de 2 500 profesionales de la Salud a 40 países de diferentes regiones.

Estos principios humanistas y solidarios de la Revolución fueron ratificados en el reciente Octavo Congreso del Partido Comunista de Cuba, como prueba fehaciente de que los revolucionarios cubanos siempre hemos considerado las necesidades de los pueblos y la solidaridad internacional como prioridades.

Esos valores están indisolublemente ligados al pensamiento y a la acción del líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien sentó las bases para la construcción de la Cuba socialista, siguiendo los preceptos martianos, marxistas y leninistas.

La garantía de continuidad de estos ideales se sostiene y fortalece con las enseñanzas del General de Ejército Raúl Castro Ruz, en la acción de la nueva generación de dirigentes y el actuar consecuente de todos los revolucionarios cubanos.

Distinguidos invitados:

Deseamos reiterar nuestra posición invariable de apoyo al principio de Una Sola China, y de rechazo y condena a la injerencia en sus asuntos internos, al tiempo que agradecemos la postura inequívoca de esta gran nación en solidaridad con nuestro pequeño país, que ha tenido que pagar un alto costo económico y en vidas, por defender con firmeza sus nobles ideales.

Reciba, estimado compañero Xi Jinping, una vez más, nuestras felicitaciones con motivo de tan significativa conmemoración, como expresión del respeto y el afecto que sentimos todos los cubanos hacia usted, el Partido Comunista de China y su heroico pueblo.

Como le expresé personalmente en carta con motivo de este aniversario: «Ningún otro proceso de construcción del socialismo ha logrado rebasar con éxito las siete décadas y ningún otro Partido Comunista ha dirigido un país por tanto tiempo.

«La República Popular China y su Partido Comunista han demostrado que es posible proponerse, con soberanía, independencia y profundas convicciones, alcanzar un desarrollo sostenible.

«Los aportes realizados por usted al frente del Comité Central, dan continuidad a la labor de varias generaciones de militantes chinos y representan un salto cualitativo en la adaptación del socialismo a las particularidades nacionales y de la época».

Nos asiste la más profunda convicción de que en el año 2049 el mundo contemplará, aún más admirado, al primer país socialista moderno que llega, bajo la conducción de su vanguardia política, al centenario de su fundación.  Desde Cuba, sus inspirados seguidores lo felicitamos.

¡Unámonos en la urgente y necesaria lucha por la paz, la vida y el bienestar de todos los seres humanos!

Muchas gracias (Aplausos).

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