Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Descongelando el fraude

Creyeron burlar a sus contrarios y a la ciencia, pero esta los alcanzó. Como el iceberg en épocas de deshielo comienzan a caer unos tras otros los medallistas olímpicos que consiguieron su gloria auxiliados por sustancias prohibidas

Autor:

Julieta García Ríos

No hay resultados definitorios en los Juegos Olímpicos. Parece esta una certeza luego de que el Comité Olímpico Internacional (COI) decidiera guardar, desde la edición de Beijing 2008, las muestras de los atletas participantes.

Una nueva revisión de las analizadas en las citas de Beijing y Londres, obliga en lo adelante a una constante actualización de los datos que antes eran inalterables.

Aun cuando se han realizado dos de las cuatro vueltas de reanálisis previstas, la Agencia Mundial Antidoping (AMA, por sus siglas en español) ha publicado que son 98 los casos positivos entre las 1 243 muestras estudiadas. De ellos, 60 pertenecen a los Juegos de Beijing.

Para ser más eficaz en su búsqueda, en la segunda vuelta de las muestras recogidas en la capital china, el COI se concentró principalmente en los medallistas. El resultado fue revelador: 23 de los 30 atletas dopados habían ascendido al podio.

Tras el veredicto de AMA, publicado en su portal oficial en mayo y julio del presente año, el COI como primera medida negó a los atletas involucrados en el escándalo su participación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

En tanto, queda a cargo de los Comités Olímpicos Nacionales y sus respectivas Federaciones Internacionales el proceso en contra de los deportistas acusados por el COI de haber infringido el Código Mundial Antidopaje.

Mientras el proceso avanza, los títulos y marcas conseguidos de manera fraudulenta quedan borrados de los archivos oficiales. En su lugar aparece el rótulo de descalificado, y las medallas son retiradas y transferidas a nuevos triunfadores, esos que les marcaron los pasos en la competición.

Para ilustrar lo anterior, tomemos un artículo del colega Lluís Carles Pérez, del diario español Mundo Deportivo, en el cual informa que 31 de los 98 deportistas descubiertos en la investigación retroactiva corresponden a la disciplina de halterofilia.

De esta manera, comenta, la pesista ibérica Lydia Valentín podría convertirse en campeona olímpica cuatro años después de la competición de Londres 2012.

«La española acabó cuarta en 75 kilogramos, pero las tres medallistas de su categoría han dado positivo en los reanálisis efectuados ahora y, de confirmarse la suspensión provisional sobre ellas decretada por la Federación Internacional de Halterofilia (IWF), Valentín se colgaría el oro», expone el reportero.

Como la española, que fuera medallista de bronce en los recientes Juegos de Río de Janeiro, otros muchos deportistas aguardan por la justicia para poder acceder al podio.

Un caso cercano

A Cuba no le es ajeno el proceso, también se ha visto involucrada en él. Mientras Yipsi Moreno —multimedallista mundial y subcampeona olímpica en Atenas 2004— espera sea suya la corona de los Juegos Olímpicos de Beijing, por el dopaje de la titular bielorrusa Aksana Miankova, a la discóbola cubana Yarelis Barrios se le retiró la medalla de plata conquistada en la cita china.

Yipsi Moreno, multimedallista mundial y subcampeona olímpica en Atenas 2004.

La pinareña, doble titular panamericana y varias veces medallista mundial, en la primera vuelta de reanálisis dio positivo a la acetozolamida, un diurético prohibido.

Por estos mismos controles del COI, la propia atleta antes había sido beneficiada y en diciembre pasado acarició la presea de bronce correspondiente a Londres 2012, cuando en acto oficial en el Coliseo de la Ciudad Deportiva le entregaran el metal que perteneciera a la rusa Darya Pishchalnikova.

Aunque la atleta niega haberse dopado y apela a la limpieza de toda su carrera deportiva, el resultado es contundente. Para conocer sobre su caso, Juventud Rebelde se acercó a la jefa de la Brigada Nacional Antidoping, la doctora Yahumara Castro Gutiérrez.

«En mayo pasado el Comité Olímpico Internacional envió una carta al Cubano, en la que notificaba el resultado adverso de la atleta por el uso de acetozolamida. A partir de ese comunicado, el Comité Olímpico Cubano comienza un proceso en que la deportista, al manifestar su inconformidad con el resultado, tuvo derecho a la apertura de la muestra B, la cual confirmó el resultado positivo. Luego, asistió a una audiencia ante la Comisión Disciplinaria del COI, en compañía de su abogado.

«Transcurrido un tiempo, dicho panel envió un informe al Comité Olímpico Cubano, en el que explica que reconocen sinceridad y veracidad en las palabras de Yarelis; pero nunca pudo esclarecer cómo la sustancia llegó a su organismo y no contaba con Autorizo de Uso Terapéutico para la acetozolamida, se le retira la medalla y las marcas realizadas en Beijing.

«Su caso no se ha cerrado. Ella está suspendida provisionalmente de entrenamiento y competencias. Ahora es la Federación Cubana de Atletismo la que debe decidir una medida acorde con la infracción cometida».

Del Estanozolol al doping genético

Uno de los más sonados casos de doping sucedió en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, cuando a Ben Johnson le retiraron su título ganado en el hectómetro e invalidaron su récord mundial en la distancia, por consumo de estanozolol, sustancia que hoy en día sigue siendo de las más frecuentes en el fraude deportivo.

En aquel momento asomaba su rostro el fantasma de este flagelo, aunque resultados anteriores, por increíbles, parecen también marcados por la duda. Tal vez por eso nadie ha podido durante más de dos décadas romper la plusmarca de 1:53:28 minutos en los 800 metros femeninos, de la checa Jarmila Kratochvílová. Y hay otras.

En el panorama actual, el dopaje queda más al descubierto ante el desarrollo de la ciencia. A los 98 casos ya conocidos pudieran sumarse otros cuando se realicen las dos vueltas de reanálisis programadas. ¿Cuánto se ha avanzado en la detección de sustancias prohibidas? ¿Podrán los atletas «pillos» seguir jugando al gato y al ratón? ¿Llegaremos a tener un deporte verdaderamente limpio?

Rodny Montes de Oca, director del Laboratorio Antidoping de La Habana. Foto: cortesía del entrevistado.

Para profundizar en esas ideas, nos acercamos al máster Rodny Montes de Oca, licenciado en Farmacia y director del Laboratorio Antidoping de La Habana.

—¿Por qué luego de ocho años aparecen como dopados atletas que antes no lo fueron?

—Es sencillo. Actualmente los equipos e instrumentos analíticos con que trabajamos en los laboratorios son más sofisticados. Y lo que antes era un piquito ínfimo en la gráfica, hoy es un pico bien definido que no deja margen a la duda.

Cada pico pertenece a una sustancia diferente. Foto: Foto Abel Rojas Ballobre.

—¿Los picos qué simbolizan?

—En un análisis cromatográfico, cada pico en la gráfica representa una sustancia determinada, este se realiza para separar mezclas. Tiempo atrás estos aparatos no eran lo suficientemente sensibles para determinar o confirmar las sustancias en cuestión.

—¿La actual revisión contó con nuevos aparatos de análisis?

—No. Son los mismos equipos, con condiciones analíticas y electrónicas superiores, lo que hace que los equipos tengan mayor sensibilidad y se puedan detectar sustancias a muy bajas concentraciones.

—Faltan dos rondas por estudiar, ¿qué hay de relevante en las anteriores?

—Son rusos quienes predominan en los 98 nuevos casos positivos. La disciplina que más incurre es el atletismo, y las sustancias más recurrentes son metabolitos de estanozolol y turinabol.

—¿Qué son los metabolitos?

—Al ingerir una sustancia, esta sufre un proceso de biotransformación en el organismo y se descompone en otras, que son los llamados metabolitos. Por supuesto, si una cantidad se divide en cuatro o cinco sustancias diferentes, las nuevas estarán en cantidad inferior con respecto a la primera. Y si hoy son más detectables, es gracias a las investigaciones realizadas entre 2014 y 2015.

«En ellas se descubrió que nuevos metabolitos de estas sustancias permanecían un tiempo más prolongado en la orina. Si se ha detectado que un mayor número de atletas consumieron estas sustancias, es porque a todas las muestras reanalizadas se les han buscado los metabolitos de estanozolol y turinabol».

—¿Por qué es el laboratorio de Lausana el encargado de almacenar y revisar las muestras?

—El laboratorio de Lausana, Suiza, entre los 30 acreditados por la Agencia Mundial Antidoping, es en el mundo el que mayor capacidad y experiencia tiene de almacenaje a largo tiempo. Por eso, al terminar los Juegos de Beijing 2008 todas las muestras analizadas fueron selladas, recogidas y embaladas en cajas, las que se enviaron al laboratorio de Lausana para conservarlas por ocho o diez años. Lo mismo se hizo con las de Londres 2012 y Río 2016.

«Por otra parte, en Suiza está el COI y como es el apoderado de las muestras, decide dónde abrirlas. Son los propios expertos de Lausana quienes revisan las muestras almacenadas. Este laboratorio es puntero por su moderna y sofisticada técnica entre los 29 restantes que hoy existen en el orbe».

—El laboratorio que usted dirige, ¿en qué condiciones se encuentra con respecto al mundo?

—Estamos en mucha desventaja en cuanto a equipamiento. Hay laboratorios que tienen equipos más sensibles y son capaces de detectar concentraciones más bajas que el de La Habana. Pese a ello, desde 2001, cuando comenzamos, no hemos perdido nuestra acreditación.

—Para muchos, tener un laboratorio como el nuestro es garantía de que en eventos internacionales no haya casos positivos…

—El laboratorio lo que garantiza es un deporte limpio en Cuba. Nosotros no limpiamos atletas para competencia. Si una muestra devela un caso positivo, se notifica y se sanciona al atleta por el Órgano Nacional de Antidopaje.

«En coordinación con la Brigada Nacional Antidoping se chequea a nuestros atletas durante todo el ciclo olímpico. Algunos tienen hasta cuatro controles en el año.

«Cada muestra recogida es independiente. Un análisis puede dar negativo, y a los diez minutos lo repites, tomas otra muestra y esta puede dar positivo a algunas de las sustancias prohibidas».

—Volvamos a Río, ¿cómo se trabajó allí?

—Normalmente en Juegos Olímpicos se analizan cerca de 5 000 muestras. En dos semanas se trabajó las 24 horas del día, dividido el personal en tres turnos. Hubo mucho equipamiento, de lo más moderno, y todos los reactivos se garantizaron. Allí estuvieron los mejores especialistas del mundo.

«América contó con especialistas de Brasil, país sede, Canadá y Cuba. Otros laboratorios del área, como los de Estados Unidos, Colombia y México, no tuvieron presencia. Los directores de Laboratorio también estuvimos trabajando, unos de manera directa en la revisión de las muestras y otros como miembros de la Comisión Médica del COI. Estos últimos eran el enlace entre el COI y el Laboratorio, para la discusión y análisis de los casos positivos».

—De los participantes en Río, ¿cuántos se doparon?

—Hubo unos 30 resultados adversos, pero muchos tenían certificado de exención de uso terapéutico.

—Es decir, no todos fueron positivos.

—No. El certificado de exención fundamenta el uso de sustancias prohibidas y exonera al atleta de un resultado positivo.

Simone Biles usa sicoestimulantes

El pasado 13 de septiembre la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) informó que hackers rusos irrumpieron en sus bases de datos y robaron información médica de las estrellas olímpicas, entre ellas la gimnasta estadounidense Simone Biles.

Gimnasta estadounidense Simone Biles.

Los piratas informáticos que operan con el nombre de Fancy Bear revelaron que más de 25 atletas compitieron bajo el efecto de sustancias prohibidas por exención de uso terapéutico, en su mayoría estadounidenses.

Diversos medios de prensa del mundo se hicieron eco del notición, y los deportistas implicados confirmaron el dato y sus respectivas federaciones apoyaron sus tesis. Tal es el caso de Biles, quien admitió que desde niña padece de Trastorno por Déficit de Atención por Hiperactividad (TDAH), lo que requiere tratamiento médico.

Curiosamente, dicha alteración del comportamiento se trata farmacológicamente con sicoestimulantes.

Para despejar las dudas de cómo y cuándo un atleta es exonerado del dopaje tiene la palabra la doctora Yahumara Castro, jefa de la Brigada Nacional Antidoping, quien tiene a su cargo la planificación, toma y transportación de las cerca de 1 500 muestras cubanas que se hacen al año.

—¿Cuándo un atleta es autorizado a competir bajo el efecto de cualesquiera de las más de 500 sustancias prohibidas por el Código Antidopaje?

—La Exención de Uso Terapéutico (TUE, por sus siglas en inglés), o Autorizo de Uso Terapéutico (AUT), se concede al deportista si su salud pudiera verse perjudicada de no tomar la medicación adecuada, si no existe un tratamiento alternativo y si estos no producen un mejoramiento significativo de su rendimiento.

«Una vez que el atleta solicita el AUT porque tiene una enfermedad, se procede a analizar el caso ante una comisión integrada por expertos en Medicina Deportiva, Interna y de otras ramas de ser necesario. Para conseguirlo debe rellenar un formulario y presentar un informe médico de un especialista que avale que realmente padece la enfermedad, todo ello con estudios complementarios».

—¿Qué sucede con aquellos atletas que son tratados con urgencia?

—En caso de urgencia médica, asisten a un cuerpo de guardia y se les suministra algún medicamento de los incluidos en la lista de sustancias prohibidas. Se les exige que traigan un documento que registra el tratamiento recibido, para que sea informado al médico de su equipo y este se ponga en contacto con la Brigada Nacional Antidopaje y se solicite un AUT retroactivo. Para ello tienen hasta diez días.

«Cuando les realicen su prueba antidoping, debe declarar ese medicamento, y solo el AUT los exonera de ser positivo por dopaje».

El curioso caso de los paralímpicos

Los Juegos Paralímpicos de Río 2016 levantaron serias sospechas con respecto al doping. Solo en los primeros cuatro días se impusieron 117 marcas, y en la carrera de los 1 500 metros en la categoría T13 (débiles visuales), los puestos del uno al cuatro alcanzaron mejores tiempos que el logrado por el estadounidense Mathew Centrowitz para coronarse en esa prueba de la cita para atletas convencionales, aun cuando aquella final fuera más lenta que la eliminatoria.

En los Juegos Paralímpicos de Río 2016, el argelino Abdellatif Baka, y sus tres inmediatos perseguidores, 
superaron la marca que el convencional Mathew Centrowitz hiciera días atrás en el mismo estadio.

La avalancha de marcas puso en alerta al propio Comité Paralímpico Internacional, que manifestó su preocupación por el hecho de que, al parecer, los programas de antidopaje de su organización no habían sido suficientemente efectivos y eficaces.

Para el joven director del Laboratorio de La Habana, habrá que esperar para tener una idea más exacta de lo que pudo haber sucedido. «Todavía no se ha publicado ningún caso positivo de los Juegos Paralímpicos. Puede que no se estén dopando o que lo hagan con sustancias que no se detectan hasta el momento. De ser así se sabrá con el transcurso del tiempo, porque sus muestras también serán almacenadas por ocho o diez años.

—¿Hay alguna técnica nueva en estudio?

—Sí, se esperaba que en los primeros Juegos Olímpicos donde se hiciera la detección del dopaje genético fuera en los de Río 2016, ya que AMA cuenta con todo el equipamiento. Es muy posible que en revisiones futuras de las muestras de sangre conservadas se detecten algunas anomalías genéticas que puedan inducir a un dopaje de este tipo.

—A propósito, el pasaporte biológico es un paso más en la lucha por el juego limpio… ¿Cómo vamos en este sentido?

—El pasaporte biológico en estos momentos cuenta con dos módulos: el hematológico y el esteroidal. Y está a las puertas de implementarse el módulo endocrino.

«Este mide esteroides en orina o hemoglobina en sangre en el tiempo. Es decir, archiva y compara los datos de los atletas. Y si en el atleta hay una variación en los niveles de estas sustancias es una señal de que el atleta consumió sustancias prohibidas. Con este método no detectas las sustancias, pero se puede decretar positivo al dopaje porque hubo un movimiento de los valores basales del atleta en el pasaporte biológico.

En el laboratorio la primera muestra en analizar es la del frasco  A. La contenida en el B solo se abrirá,
por solicitud del atleta ante 
la inconformidad con el resultado adverso. Foto Abel Rojas Ballobre.

«Nosotros contamos con el pasaporte esteroidal, en el que se mide el comportamiento de seis esteroides que produce el cuerpo humano. Como existe mucha variabilidad de estos niveles, se puede realizar un perfil de cada persona.

El hematológico —que evalúa entre diez y 11 variables sanguíneas, que no solo es la hemoglobina— en Cuba aún no poseemos la técnica para implementarlo, pero muchos de los atletas que son de interés de sus Federaciones Internacionales sí lo tienen, porque ellas cuentan con el equipamiento.

Más allá de transgredir la ética deportiva y el principio de transparencia y fraternidad con que el barón Pierre de Coubertin concibió los Juegos Olímpicos Modernos, la práctica del dopaje afecta también la salud del atleta.

Al ingerir sustancias prohibidas, con la intención de aumentar de modo artificial el rendimiento deportivo, los atletas quedan expuestos al deterioro de sus funciones fisiológicas.

En tal sentido, la doctora Yahumara Castro advierte que el abuso de estas sustancias provoca daños a todos los niveles.

El ciclista portugués Bruno Neves perdió la vida en mayo del 2008 de una fatal caída en la Clásica de Amarante.
La autopsia demostró que murió por un paro cardíaco y pesquicias posteriores encontraron eritropoyetina.
Foto: El País.

«Estos pueden ir desde afectaciones cardiovasculares o el debut de distintos tipos de cáncer», asegura.

«El consumo de la eritropoyetina, agente estimulante de la eritropoyesis (proceso relacionado con la generación de glóbulos rojos), puede provocar deshidratación, coagulación intravascular y hasta pudiera dejar secuelas tanto cardiacas como cerebrales».

No se trata entonces de engañar a otros, sino de afectar su propio organismo. En aquella fábula de Esopo, la tortuga no llegó primero por ser más ágil que la liebre, sino por ser mucho más constante. ¿No será esta la moraleja para los atletas que pretenden llegar lejos pasando por encima de la transparencia de sus actos?

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