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Cuando el Che estuvo en Gaza

A 60 años de la visita a Gaza del comandante Ernesto Che Guevara, su recuerdo resalta la permanente solidaridad de Cuba con la causa del pueblo palestino

Autor:

Leonel Nodal

En su momento, aquel viaje a la estrecha franja de terreno desértico de Palestina que quedó bajo control militar de Egipto, tras la guerra de despojo emprendida por Israel en mayo de 1948, tuvo escasa repercusión, pero los palestinos la conservan viva en su memoria hasta hoy. 

El Che había llegado a El Cairo el 13 de junio, en la primera escala de una gira que se prolongó hasta el 8 de septiembre, e incluyó a la India, Indonesia, República Federativa de Yugoslavia, Ceilán (Sri Lanka), Pakistán, Birmania (Myanmar), Japón, Sudán y Marruecos.

En aquel primer recorrido, emprendido como una necesidad de la recién triunfante Revolución liderada por el comandante Fidel Castro, que ya sufían los ataques de Estados Unidos, la delegación cubana se proponía ampliar relaciones políticas, diplomáticas, comerciales y culturales.

Durante su estancia en El Cairo, según nos relata el investigador palestino Bassel Ismail Salem, el Che solicitó visitar Gaza, después de escuchar relatos sobre la vida de los refugiados palestinos y tener noticias de los «fedayines», los guerrilleros que hostilizaban al ejército sionista y habían tenido su bautismo de fuego durante la llamada «guerra del Canal de Suez», en 1956, cuando el presidente Gamal Abdel Nasser distribuyó armas a los ciudadanos para impedir su ocupación.

La breve estancia del Che en Gaza, de acuerdo con las investigaciones de Salem, se transformó en una leyenda ejemplar.

El Che Guevara es hoy un símbolo permanente de estímulo a nuestra lucha por la restitución de los derechos al retorno a nuestra patria, la autodeterminación y la creación de un Estado independiente, afirma Issam Khawaja, segundo secretario del Partido de Unidad Popular de Jordania.

Khawaja, nacido en Palestina y residente en Jordania, al igual que otros cuatro millones de compatriotas obligados a refugiarse en ese país como resultado de las agresiones israelíes, de visita en Cuba por estos días, compartiría nuestro diálogo con Bassel Ismail a fin de ofrecer una visión actualizada de la situación en los territorios ocupados por Israel y la perspectiva que ofrece el llamado Acuerdo del Siglo, que intenta vender el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.  

Cuenta Bassel que siendo todavía un joven, después de la segunda ola de expulsiones provocada por la guerra israelo-árabe de junio de 1967, corrían los relatos de un rebelde guerrillero palestino al que llamaban Guevara de Gaza.

Era Mohamed Mahmud Al Aswad, comandante de las fuerzas militares del Frente Popular para la Liberación de Palestina en la Franja de Gaza.

Había alcanzado notoriedad, dice, porque mientras el ejército sionista controlaba durante el día la Franja de Gaza, sus grupos de «fedayines» fueron capaces de dominar en el terreno las noches durante cuatro años, con sus métodos de guerra de guerrilla en la clandestinidad.

Desde entonces, Bassel reúne documentos, fotos, recuerdos sobre la visita del Che a Gaza, como el testimonio filmado del capitán del Ejército Rebelde Omar Fernández Cañizares, quien acompañó al Che Guevara en aquella misión, para que el mundo conozca todos sus detalles y los mantenga presentes.

Según narró Fernández Cañizares en un acto público de solidaridad con Palestina, en Gaza conversaron con oficiales brasileños integrantes de Fuerzas de Naciones Unidas desplegadas en la zona, así como con autoridades locales egipcias.

A su regreso a territorio egipcio, en automóvil, prosiguió el segundo al mando del Che en aquella misión, miles de hombres, mujeres y niños palestinos se alineaban a lo largo del camino para despedir al legendario guerrillero argentino-cubano, que vestía su uniforme militar verde olivo y su típica boina negra, y al que declararon «Gran Libertador de los Oprimidos», una condecoración que le entregaría en El Cairo el presidente Gamal Abdel Nasser.

Esa misma admiración, cuenta a su vez Khawaja, es la que se aprecia en la Palestina ocupada y en los países árabes, donde proliferan fotos, murales y —como ocurre en los campamentos de refugiados— cualquier joven patriota asume como propio el nombre del Guerrillero Heroico y dice llamarse Guevara.

El Che se convirtió en la primera figura de estatura internacional que tomó contacto directo con el pueblo palestino, cuando ya más del 80 por ciento de los residentes de Gaza eran refugiados, dice.

Hoy la situación es todavía más grave, afirma. Los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados son ciudades y abarcan el 70 por ciento de Cisjordania.

El reconocimiento por Trump de Jerusalén como capital de Israel, la negación del derecho al retorno a su patria  de los 8,5 millones de refugiados palestinos repartidos en países árabes y el resto del mundo, apuntan a la ejecución de los planes del Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu.

El desafío más importante, subraya, es preservar la unidad nacional tal como se manifiesta en las Marchas por el retorno, en Gaza, donde no es casual que por estos días el recuerdo de la visita del Che y sus enseñanzas cobren más vigencia que nunca antes.

La breve estancia del Che en Gaza se transformó en una leyenda ejemplar. Foto: Palestina Libre.

Dr. Isaam Khawja. Foto: David Gómez.

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