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Trump aprueba robo israelí de tierras palestinas

Por medio del secretario de Estado, Mike Pompeo, el jefe de la Casa Blanca anunció que los asentamientos de Israel en la Cisjordania ocupada no son «incompatibles con el Derecho Internacional», lo que revierte décadas de la política asumida por Washington hasta ahora

Autor:

Leonel Nodal

En un acto autoritario que afecta a más de ocho millones de palestinos, como si se tratara de un emperador con poderes supranacionales, el Gobierno del presidente Donald Trump negó este lunes que las colonias de judíos sionistas establecidos en territorio árabe militarmente ocupado de Cisjordania, desde junio de 1967, sean ilegales.

El supuesto omnipotente jefe de la Casa Blanca, por medio del encargado de la política exterior de su administración, el secretario de Estado, Mike Pompeo, anunció que los asentamientos de Israel en la Cisjordania ocupada no son «incompatibles con el Derecho Internacional».

En otras palabras, el mandatario estadounidense autoriza el robo a mano  armada de pobladores palestinos establecidos durante siglos en el Valle del Jordán, mediante el desalojo por la fuerza, golpizas, destrucción de sus viviendas y, en última instancia, el asesinato puro y simple, en actos de pillaje, saqueo y cobro de botín de guerra.

A eso ha reducido el Gobierno de Trump la política exterior de Estados Unidos hacia el problema palestino, considerado el eje central del conflicto israelo-árabe, que ya produjo tres guerras de gran proporción y decenas de miles de muertos, heridos, mutilados, y millones de desplazados refugiados en países vecinos.

De hecho el anuncio de Pompeo revierte décadas de la política asumida por Washington hasta ahora y fue inmediatamente condenado por los defensores de Palestina.

«En lugar de pretender que Israel no está violando descaradamente la ley internacional, sería más honesto si el administrador de Trump solo anunciara que considera que Israel está por encima de la ley y se acabó», afirmó Omar Baddar, subdirector del Instituto Árabe Americano, con sede en Washington por medio del sitio web  WhatIsPalestine.

La nueva posición expuesta por Pompeo arroja a la basura una opinión legal del Departamento de Estado aprobada en 1978, que declaró que los asentamientos israelíes violan el Derecho Internacional.

La norma fue escrita por el entonces asesor legal del Departamento de Estado, Hebert Hansell, y durante 41 años fue la base de la política de Washington hacia las colonias, eufemísticamente llamadas «asentamientos israelíes», como si se tratara de una ocupación transitoria, de personas sin recursos, en una tierra sin pobladores.

Hansell —recordaron historiadores— escribió en aquel momento que Israel era «un ocupante beligerante» de Cisjordania y la Franja de Gaza, así como de la Península del Sinaí egipcio y los Altos del Golán sirio.

El anuncio de Pompeo se suma a una serie de medidas proisraelíes de Trump desde que asumió la presidencia, incluido el controversial traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, seguido del reconocimiento al control de Israel sobre los ocupados Altos del Golán sirio.

Esas medidas anticipan el zarpazo final de la aprobación a la anexión por Israel de todos los territorios palestinos ocupados.

En la actualidad hay unas 200 colonias judías aprobadas por Tel Aviv en Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, con alrededor de 620 000 residentes, según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem.

La decisión de Trump parece dirigida a darle un espaldarazo a su socio el primer ministro en funciones Benjamín Netanyahu, quien no logró ganar las  elecciones de septiembre, ni formar un Gobierno de coalición, siendo obligado a ceder paso a su rival Benny Gantz.

Si Gantz tiene éxito, Netanyahu tendrá que renunciar a su cargo. Con el anuncio hecho por  Pompeo, se presume que Netanyahu ganaría el favor de extremistas sionistas partidarios de la anexión de Cisjordania.

Sin embargo, eso equivale al más notorio despojo, la necesidad de fortalecer el estado de segregación actual de los palestinos y la imposición pura y simple de un régimen de apartheid, que ya tiene bases legales en las normas constitucionales.

Esa jurisprudencia sionista establece a Israel como un Estado judío, de hecho violatorio del Derecho Internacional y que perpetúa el ejercicio de la violencia permanente de una minoría sobre la mayoritaria población palestina. A juicio de especialistas jurídicos, solo conseguirá la autodestrucción de Israel.

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